Nuestro dolor ha
sido expuesto
en dos grandes
vitrinas.
Como ejemplo de
osadía
y consecuente
escarnio
(con leyendas
explicativas,
fechas, fotografías
y datos
pertinentes).
Tu dolor.
Mi dolor.
Por separado.
Nadie ha entendido
nada.
Ni los responsables
de la exposición,
ni el público que
pagó
para observarnos.
Ángel Fernández Fernández, Las lágrimas del Pato Donald