jueves, mayo 31, 2012

13.0.0.0.0 (the revolution is now), de Esteban Gutiérrez Gómez



Supongamos que somos capaces de comunicarnos con la mente. Supongamos que ya no es necesario pronunciar una sola palabra, que todos estemos conectados con todos. Es posible que lo logremos a fuerza de entrenamiento o porque aprendemos a encender esa luz. No nos importa cómo sino saber que lo hemos conseguido.
¿Qué ocurriría?
Ocurriría que todo sería diferente, que entenderíamos el mensaje que leemos en nuestras cabezas en muchos viajes. Ocurrirían cosas que jamás podríamos imaginar. Para empezar todos nos conoceríamos mejor y sería inútil ocultar nada, por lo que la mentira no tendría lugar en ese nuevo mundo. Ahora hay mucha gente que vive de las mentiras, de forjarse una apariencia y se muestra disfrazada. Pues eso no tendría lugar en ese mundo de perceptores mentales.

Hoy, en Madrid



Presentación de Supermame, de Pablo Álvarez. En la Casa del Libro de la calle Hermosilla 21, a las 19:00 horas.

Trailer de Los Miserables


Recordemos que no se trata de la adaptación de la novela, sino del célebre musical. Con Hugh Jackman, Russell Crowe, Anne Hathaway y Amanda Seyfried. Trailer: aquí.

miércoles, mayo 30, 2012

Peking by Night, de Svetislav Basara



Tres ejemplos de un libro de cuentos muy divertidos, experimentales y plagados de sorpresas:

Morí antes del amanecer, pero no dejé de escribir. Esta loca manía ha superado incluso a la muerte, y ahora, en vez de ocuparme de mi destino, escribo y escribo, mientras unas fuerzas horribles e incomprensibles me llevan y arrastran cada vez a más profundidad, o cada vez más lejos, si es que los complementos adverbiales (que ni siquiera me importaban mucho mientras vivía) tienen algún sentido. Nunca he creído demasiado en la muerte.
[Del relato “Chönyid Bardo”]

**

Me he perdido en el supermercado. Quería comprar algo, una cosita sin importancia; he caminado un buen rato a través del laberinto de góndolas llenas de mercancías y de repente me he dado cuenta de que estoy perdido y nunca más encontraré el camino hacia la salida. Eran aproximadamente las ocho menos cinco, me encontraba en la página 127, el supermercado cerraba a las ocho, las posibilidades de llegar a la salida eran casi nulas. ¿Qué podía hacer? Me senté en ALGO, estaba inclinado y por eso lo escribo en cursiva, suspiré y me cubrí el rostro con las manos.
[Del relato “Perdido en el supermercado”]

**

[…] Estamos igualmente perdidos; tú en ese lado del papel y yo en este. Piensas que soy todopoderoso, que el curso de la narración es un capricho mío. Te aseguro que no es así. No sé por qué la historia empezó como empezó, ni sé cómo acabará. Lo único que sé es que debe fluir. Que debe tener treinta páginas. Ten un poco más de paciencia. Casi estamos en la mitad.
[Del relato “Perdido en el supermercado”]


[Traducción de Luisa Fernanda Garrido y Tihomir Pištelek]

Próximamente: El último viaje del Capitán Salgari


De Ernesto Ferrero. En Ático de los Libros.

Daniel Ortiz Peñate: Hola fondo sur



Mi editor de Escalera publica su nuevo libro en Baile del Sol. Ya a la venta.

martes, mayo 29, 2012

Django Unchained: nuevas fotos


Cortesía de WorstPreviews.

Juego de tronos, de Varios Autores



El escritor George R. R. Martin abandonó Hollywood en 1994, decidido a hacer realidad el cambio que se había propuesto. Había obtenido algún éxito en televisión trabajando en una nueva versión de En los límites de la realidad y en la serie fantástica La bella y la bestia. Sin embargo, el capítulo piloto de Doorways, una serie creada por el propio Martin, no había sido bien acogido y se sentía cansado de las limitaciones de los medios audiovisuales.
[…]
Sobre el papel, en cambio, podía disponer de todo lo que quisiera. Recuerda que se decía a sí mismo: “Voy a escribir una historia de ficción y va a ser inmensa. Voy a introducir a todos los personajes que me dé la gana y todas las batallas que quiera”. En 1996 publicó una novela de setecientas páginas, Juego de tronos, el primer volumen de una trilogía que se llamaría Canción de hielo y fuego.


[Traducciones de Irene Rodríguez, Antonio Fornet, Antonio García Maldonado e Irene Antón]

Dos carteles de Amour



La nueva película de Michael Haneke, premiada en Cannes.

lunes, mayo 28, 2012

El trabajo. Conversaciones con Daniel Odier, de William S. Burroughs



Me ha costado años hacerme con este libro. Y no porque fuera imposible seguirle el rastro, ya que de vez en cuando aparecían ejemplares en las librerías de viejo, sino por el precio que esos libreros le ponían: en torno a los 70 euros. Hace poco lo conseguí por menos de 20 euros. El primer precio me parece una locura, teniendo en cuenta que es una edición bastante burda que data del 71 (el libro carece de solapas, las hojas van pegadas en vez de cosidas, etc).

En la introducción, Salvador Clotas no oculta que el libro le parece un sermón farragoso a ratos. Y es que El trabajo cuenta con una ventaja y con un inconveniente. La ventaja es que leemos las respuestas sabias y premonitorias de Burroughs y no podemos sino anotarlas y maravillarnos. El inconveniente es que, de vez en cuando, y para que veamos ejemplos de lo comentado en las respuestas, ambos autores introducen textos experimentales que dificultan un poco la lectura; se trata de esos experimentos de WSB con el lenguaje, muy interesantes, pero que sobran en medio de una entrevista porque le roban fluidez. A pesar de ese escollo, leer a Burroughs siempre es un placer. Algunas de las notas que tomé:

Para competir con la televisión y las fotonovelas, los escritores tendrán que desarrollar técnicas especiales capaces de producirle al lector el mismo efecto que la fotografía de un hecho violento.

**

Tal y como la usan los periódicos, la palabra es, por supuesto, uno de los más fuertes instrumentos de control; y lo mismo la imagen, y, claro está, las dos juntas. En los periódicos hay palabras e imágenes… Ahora bien, si usted los somete a cut-up y los recompone, está derribando el sistema de control. El miedo y el prejuicio están siempre dictados por el sistema de control.

**

En realidad, el pasado está a nuestra disposición para conformarlo y cambiarlo. Dos hombres charlan. Dos hombres sentados bajo un árbol de tronco gastado por otros que se sentaron allí, antes o después que el tiempo borre las huellas a través de un prado de florecillas blancas. Si no se graba, la conversación sólo queda en la memoria de los actores. Supongamos que yo tomo la conversación, altero y falsifico la toma, y les hago oír a los actores la cinta adulterada. Si los cambios están técnicamente bien hechos y son plausibles (Sí… el señor B bien pudo decir eso), los actores recordarán la grabación alterada.

**

Todos los sistemas de control se basan en el binomio castigo-premio. Cuando los castigos son desproporcionados a los premios y cuando a los patrones ya no les quedan premios, se producen las sublevaciones.

**

Personalmente pienso que las discusiones literarias son una gran pérdida de tiempo. No me interesa meterme en polémicas, manifiestos y condenas de otros escritores y otras escuelas literarias.

**

Los jóvenes son los únicos que plantean un desafío efectivo a los poderes establecidos. Los poderes establecidos atacan a los jóvenes en todas partes. Ser joven hoy es un delito virtual.


[Traducción de Antonio Desmonts]

Próximamente: Diario de un cuerpo


De Daniel Pennac. En Mondadori.

Escribir es un tic, de Francesco Piccolo



Aprovechando que, en breve, en Anagrama editarán un libro de Francesco Piccolo que, a priori, me parece atractivo (me refiero a Momentos de inadvertida felicidad), he buscado la única obra traducida del autor en España: Escribir es un tic, un compendio de las manías y las técnicas que siguen y siguieron muchos de los grandes escritores de la historia (aunque, como reconoce el propio autor en el prólogo a la segunda edición italiana, él ya no elegiría a algunos de los literatos que escogió). Salvo eso, el libro se lee de una sentada y entretiene porque está plagado de citas. Una de las más jugosas la sirve el propio Piccolo:

Cualquiera puede coger una hoja de papel y un bolígrafo, o sentarse delante de un ordenador, y escribir un relato; y considerarse escritor. No sólo eso, sino que, paradójicamente, se puede considerar escritor quien no escribe, pues si todo es fruto de una combinación de inspiración, luna llena y mal de amores, siempre podemos aplazar una poesía o una novela, podemos pensar que somos escritores que todavía no han encontrado condiciones favorables para escribir. Y un buen día nuestra mujer (o nuestro hombre) nos dejará; volveremos a casa por la noche, habrá luna llena y no podremos dormir, tendremos el corazón henchido de lágrimas y cogeremos un papel y empezaremos a escribir: “Amada mía…”.
Pero esto no significa ser escritor.

Muchas de esas citas o reflexiones de escritores célebres son tan atractivas como ésta:

El estadounidense Don DeLillo confiesa:

Cuando estoy lejos de casa llevo conmigo la máquina de escribir, pero necesito varios días para acostumbrarme al nuevo ambiente. Es un trastorno muy grande no tener tu propia mesa, tus propias paredes, ciertas imágenes, las fotografías, los objetos, los libros. Es como estar perdido en el espacio y necesitas una eternidad para acomodarte. En la escritura hay un profundo y muy arraigado sentido de la costumbre y de las minúsculas manías de cada cual, que siempre llevamos a cuestas y es distinto en cada escritor.

Y termino con otro apunte de Piccolo, en defensa de la informática, que comparto:

Más bien me interesa destacar, en esta historia menuda de los instrumentos de escritura, que el ordenador ha añadido a la escritura una posibilidad más, una posibilidad moderna y a la vez decisiva: el montaje. Esto, el que se haya eliminado gran parte del esfuerzo, sólo puede ser beneficioso para la escritura: el intento de manejar bloques de narración de un modo distinto se ha saldado con una ampliación tan grande de las posibilidades que la escritura de montaje casi se ha convertido en un género.


[Traducción de Juan Vivanco]

Próximamente: El Tao del viajero


De Paul Theroux. En Alfaguara.

The Woman in the Fifth: trailer


Con Ethan Hawke y Kristin Scott Thomas: aquí.

jueves, mayo 24, 2012

Hoy, en Madrid


Presentamos la Black Pulp Box. En Arrebato. 20:00 h.

Un feliz acontecimiento



Descubrí el cine del francés Rémi Bezançon con el estreno en España de su segunda película, El primer día del resto de tu vida, una comedia agridulce sobre la familia y los problemas que apareja, y se convirtió en una de mis favoritas de los últimos años. Luego busqué su anterior filme, Mi vida en el aire, que no está mal pero no alcanza el nivel de aquella. Si en la primera se había ocupado del amor, y en la segunda de la familia, en su tercer trabajo, Un feliz acontecimiento, une ambos temas y le añade la maternidad (y la paternidad, claro). Para quienes hemos tenido hijos, esta película refleja casi punto por punto los sucesos que envuelven a la gestación, el embarazo, el alumbramiento y el primer año de vida del niño. Mientras la veía, no dejaba de pensar que parecía mi biografía en los dos últimos años.

Un feliz acontecimiento, si eres padre o madre, no te descubre nada que no sepas. Pero la película funciona por dos motivos: por la identificación (al menos en mi caso) y por la habilidad del director para darle un toque entre pop, tierno y desenfadado a sus películas, sin olvidar un humor ciertamente ácido. Porque Un feliz acontecimiento no es esa comedia edulcorada al estilo de Hollywood, tipo Nueve meses, donde todos son felices continuamente. Aquí, en cambio, se desvela lo que es un embarazo de verdad (las náuseas, la sensación de inflarse como un globo, el desequilibrio hormonal, las ganas de sexo) y lo que supone un bebé durante sus primeros meses (noches en vela, llantos inexplicables, gases infantiles, discusiones familiares, entrega total, ausencia de polvos, alejamiento de fiestas y de salidas nocturnas). Pero lo mejor es que, aún mostrando esa realidad plena de sacrificios, el director nos sugiere algo que ya sabemos: que, a pesar de los inconvenientes, traer un hijo al mundo es una de las cosas más extraordinarias de la vida. La actriz, la guapísima Louise Bourgoin, por cierto, está espléndida: como actriz y como mujer.

The Great Gatsby: trailer


Con Leonardo DiCaprio, Tobey Maguire, Carey Mulligan, Joel Edgerton, Isla Fisher y Jason Clarke: aquí.

Próximamente: Vida de un escritor


De Gay Talese. En Alfaguara.

Por qué el mundo funciona perfectamente sin mí, de Joost Vandecasteele



De vez en cuando ocurre así: alguna editorial independiente traduce a algún autor del que nunca habíamos oído hablar y se convierte en la sensación de la temporada (pienso, por ejemplo, en Anna Starobinets, en Ben Brooks o en Svetislav Basara, por citar algunos). Eso va a suceder, espero, con Joost Vandecasteele, quien pronto estará en la Feria del Libro de Madrid firmando ejemplares de este compendio de relatos con conexiones entre ellos.

Por qué el mundo funciona perfectamente sin mí contiene diez relatos. Sorprendentes. Deslumbrantes. Cómicos. Futuristas. Cañeros. Sórdidos. Se le ha comparado con varios autores. Yo lo veo muy próximo a J. G. Ballard: distopías, mundos en descomposición, arquitecturas imposibles… Pero con más rabia, con más exabruptos y rudeza. Los narradores de Vandecasteele no suelen cortarse un pelo y dicen las cosas sin tapujos: el lector encontrará a menudo palabras como “semen”, “coño” y “polla”. También hablan mucho de sexo en el libro, y lo practican, como en el texto que abre el volumen, y en el que el narrador nos cuenta: Mi tarea había llegado a su fin. Le había extirpado a Dios del cuerpo a aquella chica con sexo guarro e historias tristes. Mi primer exorcismo completado con éxito.

Los relatos tienen conexiones entre sí, como digo (una y otra vez vuelven a aparecer algunos de los personajes y todo se articula en torno a una ciudad que ha crecido tanto que resulta irreal), y sus protagonistas se mueven por ahí entre promesas de nuevas sectas, ataques terroristas de “ateos fundamentalistas” y famosos en declive que ahora deben prostituirse para ganar algún dinero. No falta en estas historias la lucha por sobrevivir en el territorio inhóspito de la ciudad y en el laberinto en el que se ha convertido cada centro comercial: laberintos verticales, que crecen hacia arriba hasta límites insoportables, como en ese cuento del fabuloso libro Risas peligrosas (de Steven Millhauser), titulado “La Torre”. Hay algún relato que empieza como una novela de Douglas Coupland o de Bret Easton Ellis, con el protagonista en busca de sexo, drogas y desenfreno, y termina como el Soy leyenda de Richard Matheson, a la caza de comida y de supervivientes. A cada renglón, el autor es capaz de desconcertarnos y de sorprendernos. Y siempre está esa ciudad que muta:

Yo me refiero más a los pequeños inconvenientes del día a día, molestias minúsculas que se van acumulando y multiplicando, síntomas de una ciudad que ya no es capaz de soportar su propio peso.
[…]
Jack dice que exagero. Según él los engranajes de esta metrópolis nunca dejarán de funcionar.
-Esta ciudad ha crecido más allá de nuestro control y es capaz de sobrevivir a cualquier forma de terror humano. Se ha convertido en algo indestructible con vida propia, como el monstruo del doctor Frankenstein, y seguirá existiendo con o sin nosotros.
Puede que Jack tenga razón.

Tampoco escasea el humor. Un humor negro que siempre bordea lo políticamente incorrecto, y que a veces parece el resultado de una cuchillada… Un extracto de este libro absolutamente recomendable:

Sigo navegando y descargando archivos en un intento de averiguar cómo ha caído El Cielo 2.0. Algunos mensajes hablan de una incursión troyana y otros de un ataque frontal, pero nadie es capaz de aportar pruebas concretas.
Hasta que encuentro un banner que promete imágenes sin censurar de la batalla. Pincho sobre él temiendo lo peor. En un vídeo formato YouTube veo la Casa Blanca de los Loomans en llamas. Nuestro once de septiembre particular. Más tarde, la televisión emite el vídeo una y otra vez.


[Traducción de Gonzalo Fernández]

Próximamente: Cartas escogidas


De William Faulkner. En Alfaguara.

Cartel de 360


Con Anthony Hopkins, Jude Law, Rachel Weisz, Maria Flor y Ben Foster. Libremente inspirada en La ronda de Arthur Schnitzler.

martes, mayo 22, 2012

Próximamente: El tiempo del hombre muerto



De Alfonso Xen Rabanal. En Origami.

Brad Pitt: Killing Them Softly



Con Brad Pitt, James Gandolfini, Sam Rockwell, Richard Jenkins, Bella Heathcote, Ray Liotta, Scoot McNairy, Ben Mendelsohn y Linara Washington. Basada en la novela de George V. Higgins.

Palabras del Dragón. Entrevistas (Antología, 1958 – 1973), de Bruce Lee. Recopilado por John Little



Había un buen carnicero que utilizaba siempre un mismo cuchillo, año tras año, y el cuchillo no perdía nunca el filo delicado y preciso. Después de servirse de él durante toda la vida, el cuchillo seguía tan útil y afilado como cuando era nuevo. Cuando le preguntaron cómo había conseguido conservar el buen filo de su cuchillo, el carnicero respondió: “Sigo la dirección del hueso duro. No intento cortarlo, ni romperlo, ni oponerme a él de ningún modo. Así no conseguiría más que destrozar mi cuchillo”.
En la vida diaria, debemos seguir el curso del obstáculo. Si intentamos asaltarlo, no conseguimos más que destrozar la herramienta. Y digan lo que digan algunos, los obstáculos no son vivencias limitadas a una sola persona ni a un grupo determinado. Son vivencias universales. 

**

En las jugueterías chinas hay unos perros con un contrapeso en la base, como los tentetiesos occidentales, que llevan escrita una moraleja: “Caerse nueve veces, volver a levantarse diez”. Ésta es la lección: negarse a dejarse hundir.


[Traducción de Alejandro Pareja]