Compendio de artículos y ensayos del escritor inglés, en los que predomina su interés por el conflicto entre israelíes y palestinos, aunque hay espacio para otras preocupaciones: la guerra en Afganistán, la invasión de Irak, el hambre en el mundo, la bota de los gobiernos aplastando a los pobres, la resistencia ante la tiranía… Así comienza uno de esos artículos:
El mundo ha cambiado, la información se comunica de manera diferente, la desinformación desarrolla sus técnicas. Migrar se volvió el principal medio de supervivencia, a una escala mundial. Militarmente hablando, el Estado nacional de quienes sufrieran el peor genocidio en la historia se volvió fascista. Los Estados nacionales se han reducido en lo general y, políticamente, su papel se minimizó a uno de vasallos al servicio del nuevo orden económico. El visionario léxico político de tres siglos se tiró a la basura. El Fin de la Historia, lema global de las corporaciones, no es un vaticinio: es una orden para borrar el pasado y lo que nos legó en todas partes. En suma, ya quedó establecida la tiranía global, económica y militar de hoy.
El mundo ha cambiado, la información se comunica de manera diferente, la desinformación desarrolla sus técnicas. Migrar se volvió el principal medio de supervivencia, a una escala mundial. Militarmente hablando, el Estado nacional de quienes sufrieran el peor genocidio en la historia se volvió fascista. Los Estados nacionales se han reducido en lo general y, políticamente, su papel se minimizó a uno de vasallos al servicio del nuevo orden económico. El visionario léxico político de tres siglos se tiró a la basura. El Fin de la Historia, lema global de las corporaciones, no es un vaticinio: es una orden para borrar el pasado y lo que nos legó en todas partes. En suma, ya quedó establecida la tiranía global, económica y militar de hoy.