II
La última palabra cingalesa que perdí
fue vatura.
La palabra que significa agua.
Agua de selva. El agua de un beso. Las lágrimas
que derramé por mi aya Rosalin al dejar
el primer hogar de mi vida.
Más agua por ella que ninguna otra
que de mis ojos escapara:
este año, de nuevo, al recordarla,
casi-madre perdida en aquel tiempo
de sed de amor.
Ni una foto suya, ni un encuentro
desde mis once años,
ni siquiera noticia de su tumba.
Quién abandonó a quién, me pregunto ahora.
Michael Ondaatje, Escrito a mano