Bautizada aquí con un título horrible que destroza la poesía del original, es una de esas películas cuyo tema reconforta, incluso aunque lo hayamos visto veinte veces: el hombre que vuelve a su tierra muchos años después de haberla abandonado, para reengancharse al pasado. Dito Montiel, el director, vivió lo que cuenta en el filme, o sea, un barrio rico en peleas, tiroteos y drogas, luego huyó a California para alejarse de toda la mierda y se convirtió en músico, modelo y, más tarde, escritor.
La película acumula varios premios, y un par de ellos fueron para el reparto (en el Festival de Gijón, por ejemplo), lo que no me sorprende porque brilla con luz propia: Robert Downey Jr. (icono de los 80, ya recuperado definitivamente, y cada vez mejor actor), Shia LaBeouf (reclutado para el cuarto capítulo de Indiana Jones), Chazz Palminteri (un actor que mete miedo, pero que en esta ocasión ablanda a los espectadores), Dianne Wiest (espléndida, claro), Rosario Dawson (en uno de esos papeles breves, pero contundentes) y Channing Tatum (un tipo aguerrido que recuerda a Matt Dillon en sus papeles juveniles de tío broncas). Le falta algo de resolución al final, pero os gustará.