Ha despertado, por igual, odios y pasiones. La vi ayer, en VOS, y salí fascinado. Quizá no alcance la maestría de la anterior película de Darren Aronofsky, Réquiem por un sueño, pero su poder de seducción es inmenso: las imágenes, la música de Clint Mansell, la interpretación de Hugh Jackman, los símbolos, la poesía que destila el conjunto... Yo no me la perdería. Recomiendo visitar su web, donde se escuchan algunos cortes de la BSO: The Fountain.