Estupenda película de terror que descubrí gracias al blog Abandonad toda esperanza. Se trata de una producción australiana inspirada en hechos reales. Sí, de acuerdo, el argumento es el de siempre: tres jóvenes (dos mujeres y un hombre) van de excursión por un paisaje yermo, se les avería el coche y se topan con un psicópata. Pero, a cambio, tenemos algunas jugosas ventajas: el modo en que el director aprovecha los extensos parajes, los crepúsculos y las desérticas carreteras (algunos planos recuerdan a otro filme australiano: Mad Max); el suspense que va in crescendo, y que recuerda al reciente remake de Las colinas tienen ojos (de visión obligatoria para los amantes del género); y, sobre todo, el psicópata, una mezcla de redneck australiano y Cocodrilo Dundee.
No se entiende por qué no se ha distribuido en España, cuando supera a muchas de las películas de miedo que se estrenan habitualmente. Greg McLean, su director, ha optado por la sutileza, como en esas escenas en que sólo percibimos de manera fugaz un sótano sembrado de huesos. La acción tarda en comenzar, pero antes de hacerlo uno ya está sobrecogido. Anoche, después de verla, tuve pesadillas.