Tras la lectura de 4 de sus obras (El delito de escribir, El libro de los monstruos, La sinagoga de los iconoclastas y El estereoscopio de los solitarios), a mí me parece que J. Rodolfo Wilcock está a la misma altura literaria que Jorge Luis Borges, tanto en lenguaje como en ingenio… Aunque no ha corrido la misma suerte y su revalorización está siendo tardía.
En este compendio de relatos muy breves, que hoy recomiendo, volvemos a encontrar mutantes, criaturas fantásticas, seres extraordinarios o que hacen cosas extraordinarias, vueltas de tuerca a personajes mitológicos y, en general, una capacidad asombrosa para fabular e inventar y poner en danza figuras que se mueven en las fronteras entre la realidad y la fantasía. Glorioso y muy divertido.
[La Bestia Equilátera]