Hay libros que uno coloca en un estante o en una pila y promete leerlos en breve, pero las lecturas se acumulan y otros libros nuevos llegan a tapar a los anteriores y pasan los años… hasta que uno topa con ellos por azar o porque recordó un día ciertos títulos y se propuso buscarlos en su biblioteca. A mí me pasa a menudo, más de lo que quisiera. Uno de estos casos es Un lugar en la cumbre, novela del británico John Braine (uno de los "Angry Young Men"), que Impedimenta publicó nada menos que en otoño de 2008. Han pasado casi 10 años y de esta novela poco se supo, poco se reseñó, pese a que es magnífica y pese a que en otros países es una obra de culto, de la que además Jack Clayton rodó una película. Tendría que haberla leído hace una década, me gustaría leer todo lo que ha publicado su editor Enrique Redel, pero es imposible porque no hay horas en el día ni días en el mes para cumplir con nuestros propósitos de lectura.
Un lugar en la cumbre es la historia de Joe Lampton, un canalla y un sinvergüenza de clase baja que se propone llegar a lo más alto: tener el dinero que le falta, conseguir el estatus que necesita para no quedarse atrás, prosperar en tiempos difíciles como suelen serlo los de la postguerra. Entre otros ardides, Lampton empieza a salir con varias mujeres a la vez. Unas le interesan por su dinero, otras por su juventud, otras por su experiencia. Lampton, pese a sus canalladas, es encantador con ellas y sabe enamorarlas con palabras, y por ello va saliendo adelante, aunque en el camino vaya dejando unas cuantas heridas emocionales. En este sentido, hay varios pasajes en los que es evidente su falta de escrúpulos y su vena de machista a la antigua usanza, lo que no significa que el autor esté de acuerdo (Joe narra él mismo su historia y no debemos olvidar que es un personaje, una criatura de ficción). El protagonista es un trepa y hará lo que sea para escalar y sólo hacia el final sabremos si de verdad posee un corazoncito o no. Pero Joe Lampton tendrá también su pequeño descenso a los infiernos urbanos, como lo tuvieron James Caan en El jugador y Michael Fassbender en Shame.
Lucha de clases, amoríos, escarceos sexuales, pintas en los pubs… la verdad es que me lo he pasado en grande. Fue la ópera prima de John Braine y la escribió durante una convalecencia de 18 meses. Prefiero no desvelar más, tratad de encontrarla y no os la perdáis. Esta novela merecería ser reeditada y redescubierta. Aquí van unos extractos:
Delante de los que tienen el mismo dinero que uno no hay necesidad de ser cuidadoso; la gente que está en tu propio rango de ingresos no es tu enemiga. Pero los ricos sí eran mis enemigos, eso lo sentía; me observaban, esperaban el primer movimiento que pudiera hacer en falso.
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Dos horas habrían bastado en esa caseta de verano aquella noche, cuando todavía estábamos bajo el influjo del baile, cuando la luna, la sensación de la muerte del invierno y el encanto de nuestros cuerpos encontrándose por primera vez habrían borrado todas las complicaciones y los compromisos; pero no había dos horas disponibles. El tiempo, igual que el préstamo de un banco, es algo que solo se te concede cuando tienes tanto que no lo necesitas.
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Si se continúa por Birmingham Road durante unas ciento cincuenta millas, uno acaba en Birmingham; ese era otro de los motivos por los que quería emborracharme del todo. Todos los viajes del corazón terminan en una ciudad extraña donde todas las tiendas y los pubs están cerrados, no te queda un penique en el bolsillo y el tren a casa ha sido cancelado sin aviso, cancelado durante un millón de años.
[Impedimenta. Traducción de Enrique Gil Delgado]