En Playtime recomiendo este libro; el enlace está en otro post, más abajo. Aquí, los principios de tres de los textos:
Principio de "Autorretrato del esquiador" (de Paul Fournel):
Mi oficio consiste en bajar la montaña de arriba abajo. En bajar lo más rápido posible. Es un oficio de hombres. Primero porque cuando está arriba, el hombre tiene ganas de llegar abajo, y luego porque cuando hay varios hombres arriba, todos quieren bajar más rápido que los demás.
Es un oficio humano.
Soy esquiador.
Tuvimos a Toni Sailer, tuvimos a Jean Vuarnet, tuvimos a Jean-Claude Killy, tuvimos a Franz Klammer, tuvimos a los canadienses y ahora estoy yo. Este año voy a ser campeón del mundo y, en los próximos Juegos Olímpicos, ganaré la medalla de oro.
**
Principio de "Autorretrato del funcionario" (de Frédéric Forte):
Mi oficio consiste en rellenar formularios. En rellenarlos lo más lentamente posible. Es un oficio de hombres. Primero porque cuando está ante un formulario, el hombre no tiene ganas de rellenarlo, y luego porque cuando hay varios hombres frente a un formulario, todos quieren rellenarlo más lentamente que los demás.
Un oficio humano.
Soy funcionario.
Tuvimos a Bartleby, tuvimos a Oblómov, tuvimos a Pessoa, tuvimos a Franz Kafka, tuvimos a los corsos y ahora estoy yo. Este año voy a ser empleado modelo y, en el próximo registro de ascensos, habré subido un peldaño.
**
Principio de "Autorretrato del escritor" (de Hervé Le Tellier):
Mi oficio consiste en rellenar páginas de arriba abajo. En llenarlas lo mejor posible. Es un oficio de hombres. Primero porque cuando está en lo alto de la página, el hombre tiene ganas de bajar hasta el final, y luego porque cuando hay varios hombres en lo alto de la página, todos quieren bajarla mejor que los demás.
Un oficio humano.
Soy escritor.
Tuvimos a Homero, tuvimos a Victor Hugo, tuvimos a Marcel Proust, tuvimos a Raymond Queneau, tuvimos a los escritores americanos y ahora estoy yo. Este año he sido galardonado con el Premio de Novela Rosa y el próximo Goncourt me lo darán a mí.
[La Uña Rota. Traducción de Pablo M. Sánchez]