Los voladores, un libro publicado ya hace algunos años, contiene 12 relatos, de los que me interesa destacar tres porque me parecen magníficos: "La ofensa", "El resultado" y "Videocity".
En "La ofensa" nos encontramos con una historia de flirteo y amor no correspondido entre dos mujeres que me recuerda bastante a una de mis películas favoritas de este siglo: La vida de Adèle. Ambas son jóvenes y son amigas y se lían, pero luego las circunstancias las mantienen alejadas un tiempo y la narradora empieza a sufrir: enamorada de su amiga, Luzia, no es capaz de alcanzarla, de ser correspondida. Hay algo en el sufrimiento del personaje central que me ha recordado bastante a la película citada.
En "El resultado" hay un hombre al que han extirpado una verruga de la espalda, y está esperando para saber si los análisis aclaran si se trata de un melanoma. El hombre tiene miedo y trabaja en un hotel, y el relato describe las horas previas a conocer ese resultado, del que podría depender su vida. Creo que es una narración fascinante sobre la incertidumbre que sigue a unos análisis clínicos, esos momentos de tensiones, que nunca parecen acabarse, como si se detuvieran en el tiempo.
En "Videocity", precedido de una cita de uno de los monólogos de Taxi Driver, se nos cuenta la historia de un tipo que cree que la ciudad le vigila, y que todo es un decorado y una conspiración. Es una paranoia que homenajea al filme El show de Truman, que no se menciona en ningún momento, pero de la que se citan unas líneas del personaje protagonizado por Jim Carrey.
[Acantilado. Traducción de José Aníbal Campos]