Aquí está la cubierta de este libro, cuyo título completo es El lenguaje de los puños. Antología crítica de la poesía de David González (Volumen 1). Lo edita Origami y yo me encargo del prólogo y de la edición. Pronto daré más datos.
"En lo que me concierne, no soy un escritor, soy alguien que escribe…" (Thomas Bernhard)
viernes, enero 31, 2014
Agosto, de Tracy Letts
Después de ver la película (de la que hablé, muy brevemente, ya hace unos cuantos días), encontré la obra en la que se basa. Tracy Letts, también guionista, es autor de textos muy respetados en Estados Unidos y que en España no conocemos: pienso, por ejemplo, en Killer Joe, de la que William Friedkin hizo una gran película (no estrenada en España) que no me cansaré de recomendar. Agosto es una obra es muy poderosa, con pasajes que tienen mucha fuerza, con cruces de acusaciones entre los personajes y un retrato bastante desolador de la familia en estos tiempos (ya no hay, como sugieren algunos personajes, la unión sólida que había antaño entre padres e hijos). De hecho, Agosto trata de la descomposición de la familia, de cómo los intereses personales, el deseo hacia otros y el cansancio acaban minando los matrimonios y distanciando a los padres de sus hijos.
Para mí, la película daba un bajón importante en su última media hora, como si se aproximara demasiado al melodrama y algo no cuajara. Leyendo la obra original ya lo entiendo. En el cine hay una cosa que se llama montaje, y que el espectador medio pasa por alto, pero que define lo que será la película finalmente (y, si no me creen, prueben a comparar los diferentes montajes de Payback o Rebeldes o Apocalypse Now). Pues bien: sabía que los productores habían metido demasiada mano en el montaje y ahora se nota. Porque en la obra original hay pasajes, diálogos, frases sueltas, que nos han hurtado en la película. Por ejemplo: aunque el personaje de Violet (Meryl Streep en el filme) es muy negativo en ambas obras, el de Barbara (Julia Roberts) es negativo en el texto teatral, pero mucho menos en la película. Y supongo que ahí intervienen los caprichos de una estrella, que prefiere que su personaje se suavice, que no sea tan cruel como a veces es. Otro ejemplo es la frase que no sale en la película (o yo no la recuerdo) y que Barbara le dice a Bill (Ewan McGregor): Les he pegado a mamá y a Jean en menos de nueve horas. Si te quedas aquí un rato más, acabaré cortándote la polla. A continuación sigue este diálogo:
BILL.- A Jean y a ti os quedan cuarenta años para discutir y hacer las paces.
BARBARA.- (Desconcertada) ¿Por qué? ¿Qué va a pasar dentro de cuarenta años?
BILL.- Que te morirás.
BARBARA.- Vaya.
BILL.- Quiero decir…
BARBARA.- Claro, te entiendo.
BILL.- Si tienes suerte.
BARBARA.- Habla por ti.
BILL.- Si tenemos suerte.
Esa crueldad es más extrema en la obra. Por eso recomendaría leer primero el texto, y luego ver la película, pero sólo como complemento, y para ver algunas actuaciones magníficas. Aquí van dos sentencias sueltas de dos personajes, y, después, el feroz monólogo de Charlie (que en la película interpreta, con su habitual maestría, Chris Cooper):
BEVERLY.- Son mis libros, mi último refugio: placeres sencillos, como encontrar cebollas silvestres al borde del camino, o como un amor feliz.
**
BARBARA.- Gracias a Dios que no podemos adivinar el futuro. Si nos dijeran lo que iba a pasar, no nos levantaríamos nunca de la cama.
**
CHARLIE.- Vamos a meternos ahora mismo en el coche y nos vamos a ir a casa. Y si le dices al chico una impertinencia más, te juro que te doy una patada en ese enorme culo que tienes y te dejo plantada en la carretera. ¿Está claro?
MATTIE FAE.- ¿Qué has dicho? ¿Qué demonios has dicho?
CHARLIE.- Por favor, salid fuera.
IVY y PICHU salen de la casa. BARBARA, que iba a entrar durante el intercambio anterior, se para en seco, sin que la vean ni CHARLIE ni MATTIE FAE.
No entiendo tu mala leche. No entiendo el modo con el que tu hermana y tú le habláis a la gente. No puedo comprender por qué no sois capaces de respetar a las personas. No creo que tenga justificación. No la tiene. En mi familia nunca nos tratamos de ese modo.
MATTIE FAE.- Quizá sea porque tu familia es…
CHARLIE.- Será mejor que no te metas con mi familia. Lo digo en serio. Hemos enterrado a un hombre al que quería mucho. Aunque tuviera defectos, era una persona decente, buena y cariñosa. No estoy dispuesto a dejar que martirices más a tu hijo. Estás deshonrando el recuerdo de Beverly. Llevamos treinta y ocho años casados. No los cambiaría por nada del mundo. Pero si no eres capaz de encontrar en tu corazón un poco de piedad para tu propio hijo, no llegaremos a los treinta y nueve.
CHARLIE se marcha.
[Booket. Traducción de Ana Riera. Versión de Luis García Montero]
jueves, enero 30, 2014
Señor Sueño, de Robert Pinget
Señor Sueño es un jubilado que escribe una especie de diario. Lo escribe en tercera persona y va anotando observaciones, aforismos y numerosas reflexiones sobre la escritura. Robert Pinget, un poco en la estela de Samuel Beckett, demuestra su maestría en este libro inclasificable. Lo recomiendo, sobre todo, para escritores y para locos por la literatura, para aquellos a quienes les importa más el estilo y el poder de una sentencia que el argumento. Unos fragmentos:
La gran dificultad cuando uno escribe un diario dice el señor Sueño está en olvidar que uno no lo escribe para los otros… o mejor en no olvidar que no se escribe más que para sí… o mejor en olvidar que no se escribe para un tiempo en que uno se habrá convertido en otro… o mejor en no olvidar que uno es otro cuando lo escribe… o mejor en no olvidar que no debe tener más interés que para sí mismo inmediatamente es decir para alguien que no existe porque uno es otro en cuanto se pone a escribir…
**
A un joven novelista que se mata para construir, como dice él, los personajes, el señor Sueño en términos graciosos le aconseja que construya primero su personaje. Aprender a escribir es ir a la escuela de la humildad. Luego todo el tiempo del mundo para jugar al autor.
**
El arte de decir. Bonito rompecabezas. Hay tantos artes de decir como buenos autores. ¿Qué es un buen autor? No hay receta para llegar a serlo. Esto debe tranquilizar no poco a los mediocres pretenciosos.
O bien.
Todos esos pobres de hoy en día que se ponen a escribir, la de desilusiones que les esperan.
O bien.
Mengano fue un gran escritor según parece. Cómo pasa el tiempo.
**
La única manera de ser conocido dice es hacerse conocer. A los ambiciosos incapaces de un destello, de una exhibición, les queda el recurso de seguir haciendo poco ruido, obstinadamente, hasta la náusea. Los oirán.
Y también.
Que sea imposible decir nada nuevo solo asusta a los imbéciles.
Y también.
Si le preguntaran al señor Sueño por qué escribe usted contestaría y a usted qué le importa. ¿Y si se lo preguntase él a sí mismo? Respondería lo mismo.
**
Le dice a su amigo no puedo hacer más por ti. El otro le contesta no te pido que hagas sino que estés.
**
Si no explicas bastante, te comprenden mal, si explicas demasiado, no te comprenden. El justo medio está en explicar lo suficiente para que te lo reprochen.
[Antonio Machado Libros. Traducción de Juan Díaz de Atauri]
Teaser de The Rover
Es la nueva película del director de Animal Kingdom, esa joya que pocos conocen. Así que estaremos atentos. El teaser trailer: aquí.
martes, enero 28, 2014
Conversaciones con Billy Wilder, de Cameron Crowe
A pesar de lo mucho que me enganchan los libros de conversaciones, no sé por qué he tardado tanto en leer estos diálogos entre dos cineastas que simbolizan lo clásico (Billy Wilder) y lo contemporáneo (Cameron Crowe). Tampoco he leído aún las conversaciones entre Truffaut y Hitchcock, y eso que es uno de los volúmenes más antiguos de mi biblioteca. Supongo que hay demasiado que leer y unos títulos se van cruzando con otros.
¿Qué podemos decir de Wilder que no se haya dicho ya? Fue un maestro. Uno de los grandes. A la misma altura en drama que en comedia, aunque a mí me sacuden por dentro más sus dramas, sus primeras películas: Perdición, Días sin huella, El crepúsculo de los dioses, El gran carnaval… Pero no me olvido de una de las grandes obras de la historia de la comedia: El apartamento. Todo lo que dijera Wilder, pues, me interesa. Lo más divertido es su vena sarcástica y cascarrabias. Como cuando protesta porque Titanic ganara tantos premios. Lo más interesante, sus palabras sobre estrellas del calibre de Jack Lemmon, Audrey Hepburn, Walter Matthau, Marilyn Monroe, Gary Cooper, Shirley McLaine… Lo más instructivo, todas las lecciones que da sobre montaje, narrativa cinematográfica, estudio de personajes… Él mismo era humilde, y afirmaba haber rodado muchas películas malas. Nosotros no estamos de acuerdo.
En fin, un libro esencial para el cinéfilo, del que os dejo con algunos extractos:
Rodamos El apartamento en cincuenta días y la montamos en menos de una semana. Nos sobró un metro de película sin usar. Eso era buena señal.
**
[Gary Cooper] Era un hombre muy elegante. Descuidadamente elegante, a propósito, ya sabe, no como George Hamilton. Pero era un conquistador, y tenía un truco maravilloso para relacionarse con las mujeres. Las dejaba hablar. De vez en cuando, soltaba un “¿De verdad?” o “Nunca lo había visto así”. Las escuchaba. Y ellas estaban encantadas de haber encontrado, por fin, a un hombre que les hacía caso. No uno de esos que no para de hablar, porque tiene que quedar “por encima”, tiene que “triunfar”, así que sigue adelante, y sigue, y ella le oye y piensa: “¿Cuándo se va a quedar sin aliento?”. No, Cooper escuchaba.
**
Algunas comedias siguen siendo muy buenas. Por ejemplo, la suya es buena. Pero es una excepción hacer un film así. Me gusta Robin Williams… Sleepless in Seattle [Algo para recordar] (1993) era magnífica. Mi película preferida de los últimos años es Forrest Gump (1994).
**
Lo que pasa es que las comedias no se toman en serio. Es muy poco frecuente que ganen un premio. Las desprecian y las consideran superficiales. Mientras que otras películas ganan sólo porque son serias.
**
C.C. Ha mencionado Forrest Gump bastantes veces.
B.W. Es una película que me gustó mucho.
C.C. Dígame por qué.
B.W. [Se le ilumina el rostro]. Es muy original. Es muy entretenida. Pensé que se trataba de un ser humano muy normal, que vivía entre nosotros, que sólo tenía cierto impedimento. Forrest no era un retrasado. Era honrado, bueno, sincero… y un poco tardo. El mundo sería un lugar mejor si hubiera más Forrest Gumps. Es… muy original, ese personaje. No es estúpido. No es retrasado. Es ingenuo. Es un hombre ingenuo de treinta o treinta y cinco años. Un hombre que mira al mundo de frente. Y la visión del mundo a través de sus ojos es maravillosa, en mi opinión. Es una película sobre Estados Unidos que sólo se podía hacer en Estados Unidos. Me encanta. También me gustó mucho The Full Monty. (Sonríe). Una película magnífica sobre la vida y los sueños de gente sencilla y real, a la que no le importan un comino los ricos como nosotros. Me encantó.
[Alianza Editorial. Traducción de María Luisa Rodríguez Tapia]
lunes, enero 27, 2014
Todos tienen razón, de Paolo Sorrentino
Ya había visto This Must Be the Place cuando salió esta novela del cineasta (y también escritor) Paolo Sorrentino. Pero fui aplazando su lectura. Luego se estrenó La gran belleza, su siguiente película y una de las obras imprescindibles del año pasado. Y entonces busqué el libro en mi biblioteca: porque su película me había dejado con ganas de más obras suyas. A lo largo de 360 páginas, Sorrentino nos cuenta la historia de Tony Pagoda, un cantante exitoso que guarda algunos puntos en común con el protagonista de su último filme: un tipo que sabe mucho de la vida, que conoce a todo el mundo, que sabe vivir y disfrutar. Pero lo que importa no es el argumento. Creo que Sorrentino (y lo digo con cierta prevención porque aún no he visto todos sus largometrajes) es un artista centrado en la emoción, en las sensaciones, en momentos de esplendor, en pasajes y escenas de furia. Lo que le interesa, me parece, no son los argumentos, sino los caminos que recorren sus personajes, y cómo cambian en ese proceso.
Todos tienen razón es una novela, desde mi punto de vista, con altibajos. Hay momentos de altura donde la prosa alcanza niveles poderosos, como en La gran belleza cuando el narrador dice algo que se te clava dentro y no puedes olvidar. Hay otras páginas en las que el nivel desciende, tal vez porque si tuviera menos páginas sería un libro más redondo. Pero abundan la sorna, la clarividencia, el lenguaje soez, los excesos, la verborrea… Conceptos que a mí me encantan, por cierto. En la crítica de Númerocero decían algo con lo que estoy de acuerdo: que los excesos de la novela satisfacen y cansan a la vez. Eso es lo que ocurre con esta obra. Yo disfruté, pero no sé si a todo el mundo le sucederá lo mismo. Ahí van algunos extractos:
Nació muerto. Una contradicción en términos. Qué coño, qué verdad es que cada hombre tiene su propio dolor. Todos, hasta el último mierdoso forúnculo en el crepúsculo del hombre tiene su dolor y habría material para respetarlo. Te entran ganas de respetar a todos y cada uno de los hombres cuando te explican cosas de este tipo. Pero luego no eres capaz. Porque, por regla general, la maldad te asalta en los rincones que siempre quedan libres, como la aspiradora, como un tártaro muy puesto de coca; la maldad te tiende emboscadas nocturnas en el corazón, te saquea a ti mismo, te viola y violenta y te roba los bibelots de tu cuerpo, dejándote con un poco más de vacío, un poco más alejado del vacío, esta vez, contaminado con sentimientos de culpa.
**
Hay algunos descubrimientos que no te dan una segunda oportunidad. Aunque, como decía mi padre, tienes la vida por delante. Lástima que a los dieciocho años no entiendas esta frase tan sencilla: “La vida por delante”. Tienes, con el tiempo, una relación alterada. […] La puñetera verdad es que comprendes lo que significa tener la vida por delante cuando ésta ya se ha situado toda ella por detrás. Tan sencillo como la sed.
**
La distracción. La máxima invención del ser humano para poder seguir adelante. Para fingir que somos lo que no somos. Aptos para el mundo.
[Anagrama. Traducción de Xavier González Rovira]
viernes, enero 24, 2014
Lars von Trier: El cine sin dogmas, de Hilario J. Rodríguez
Lars von Trier es como la ciudad donde uno vive habitualmente: guste o no, está ahí siempre; puede que sus edificios y sus avenidas no sobrevivan al paso del tiempo, aunque de momento tampoco amenazan con venirse debajo de forma súbita.
**
Se puede amar u odiar a Lars von Trier, en ningún caso puede ignorársele. Está ahí, como cualquiera de esos destinos adonde uno no iría jamás y que, sin embargo, conoce porque todo el mundo habla sobre ellos. Quede claro que en ningún caso me propongo canonizarlo o desmitificarlo, pues para eso ya están quienes se desfogan en la estéril batalla que se libra en torno a su obra, dejando precisamente la obra de lado, como si fuera algo secundario. Yo me conformaré con alumbrar un poco su vida y procuraré hacer asimismo una lectura de su obra bajo una luz que le dé un aspecto más definido.
**
Hoy se le admira y mañana se le odia. Con él nadie suele esgrimir una complicidad total; se le aceptan algunos chistes y se le rechazan otros. Sus películas son demasiado variopintas para fomentar una actitud única y homogénea. Cuando alguien cree haberse acostumbrado a su estilo, éste se rompe. Por eso, posiblemente, se tiene tanta desconfianza hacia su persona y hacia sus propuestas. Da la sensación de que ni siquiera él se toma muy en serio nada de cuanto dice o propone, cambiando de forma continua su concepción del cine, a veces con una radicalidad tan grande como sorprendente.
**
La propia historia que cuenta Rompiendo las olas exigía una forma de hacer cine radicalmente diferente a las ortodoxas, pues éstas ya estaban a esas alturas bastante desfasadas. Contada de manera tradicional, como los viejos clásicos de Hollywood, podía resultar poco creíble e incluso hasta ridícula. Era necesario “adoptar un estilo a modo de filtro”. […] Fue rodada en Panavision con cámaras de 35 mm y luego se pasaron las imágenes a un soporte magnético, para así manipular el color en vídeo. Una vez terminado ese proceso, se volvió a pasar el material a 35 mm, acentuándose por consiguiente el grano y cambiando la textura visual de las imágenes, infectadas de realismo no sólo por el efecto de la cámara al hombro, sino también por su aparente suciedad visual.
**
Desde el principio de su carrera, Lars von Trier intentó apelar a los sentimientos antes que a la razón. Sus primeras películas son, en ese sentido, fracasos. A partir de Rompiendo las olas cambiaron mucho las cosas y al fin se libró del lastre que le impedía ser auténtico. Cuando dejó atrás las típicas películas de tesis, las metáforas a las que estaba tan acostumbrado el cine europeo, y comenzó a hacer un cine más inmediato y accesible, aunque detrás de la aparente sencillez siguiese habiendo una elaboración precisa y metódica, todo fue a mejor.
[Ediciones Jc]
miércoles, enero 22, 2014
Los placeres del condenado, de Charles Bukowski
Suelo comprarme todos los libros de Charles Bukowski que traducen. No me importa que hayan renegado de su obra aquellos que antaño lo veneraban, tampoco me importa que entre ciertos círculos sea una especie de apestado. No seré yo quien diga que era un autor del calibre de, no sé, Joyce o Faulkner. Pero siempre me funciona. Siempre me transmite algo, y lo hace con furia y con fuerza. Los miles de imitadores de Bukowski no han logrado obtener su fluidez, y tampoco esa mezcla tan difícil de lirismo y de realidad, de flores nacidas de la basura, que caracteriza su literatura. Decía Francisco Umbral que Bukowski era capaz de hacer poesía incluso hablando de las uñas o de la ropa tendida; y es cierto.
Los placeres del condenado es una antología que incluye algunos inéditos. Para el lector de Bukowski, este libro es un festín. Hay que leerlo poco a poco: reconozco que leer tantos poemas juntos de un mismo autor (y de uno tan repetitivo en temas como él lo era) puede llegar a agotar. Pero a mí, como digo, me divierte: me muestra el lado más sucio de la vida, me habla de los perdedores, de los desarraigados, del triste destino que nos espera, que él, mientras llega, combate con vino, poemas y mujeres.
La introducción, escrita por el traductor, Ciro Arbós, es si mal no recuerdo la mejor guía (o una de las mejores) para adentrarse en la obra de Charles Bukowski. Principalmente porque aclara algo que, hasta ahora, nadie me había aclarado: qué parte de la obra conocemos porque está traducida y qué parte es inédita en España o qué libros desgajaron para montar otros libros. No sé si me explico. Pero daré un ejemplo: de The Roominghouse Madrigals nos dice que fue traducido aquí como Madrigales de la pensión, pero la versión española sólo incorporaba “una escueta selección de los poemas del libro”. Puntos como éstos son los que nos aclara, además de establecer una diferencia entre el hombre y el escritor: Bukowski inventaba o exageraba muchas de sus vivencias. La introducción de Ciro Arbós hay que leerla. Y os dejo con un par de poemas:
vidas de cubo de basura
el viento sopla fuerte esta noche
y es un viento frío
y pienso en
los muchachos que viven en la calle.
espero que algunos tengan una botella
de tinto.
cuando estás en la calle
te das cuenta de que
todo
tiene propietario y
todo
está bajo llave.
así es como funciona la
democracia:
consigues lo que puedes,
intentas conservarlo
y acumular más
si es posible.
así es como funciona una
dictadura también
sólo que allí esclavizan o
destruyen a sus
marginados.
nosotros nada más olvidamos
a los nuestros.
en cualquier caso
es
helador
el viento.
**
los orgullosos
moribundos
flacos
veo a los pensionistas mayores en los
supermercados y están flacos y son
orgullosos y se están muriendo
se están muriendo de pura hambre y no dicen
nada. tiempo atrás, entre otras mentiras,
les enseñaron que el silencio era
valentía. ahora, después de toda una vida trabajando,
la inflación los ha atrapado. miran a un lado y otro,
roban una uva
la mastican. al final hacen una mínima
compra, para el día.
otra mentiras que les inculcaron:
no robarás.
prefieren morirse de hambre antes que robar
(una uva no los va a salvar)
y en cuartuchos diminutos
leyendo la publicidad del súper
morirán de hambre
morirán sin hacer un solo ruido
y los sacarán de la pensión
muchachos rubios de pelo largo
que los subirán en camilla al
coche y marchando, esos
muchachos
de apuesta mirada
que andan pensando en Las Vegas y en coños y
triunfos.
es el orden de las cosas: a todos
nos dan a probar la miel
luego el cuchillo.
[Visor Libros. Traducción de Ciro Arbós]