Por supuesto desde
que llegó al campo han sucedido muchas cosas que es capaz de recordar y
nombrar. La primera noche alguien robó los cordones de sus zapatos. Otro día
perdió uno de sus dientes mientras comía; un colmillo que simplemente se
desprendió y cayó, sin previo aviso, sobre la escudilla de la sopa. Una tarde
vio cómo su padre era subido junto a otros ancianos al tren de aquellos que no
regresaban. Si se hubiera detenido a pensarlo, habría descubierto que su padre
estaba muerto, pero hasta ahora no ha tenido tiempo para pensar. Ni siquiera es
capaz de recordar quién era su padre antes de convertirse en aquel anciano que
alguna vez había visto trabajar con torpeza, al otro lado de la cerca de los
impedidos. No puede ver al hombre que lo llevaba de la mano al colegio o le
enseñó a leer, porque para nombrar todos esos recuerdos hacen falta palabras
nuevas, preciosas, que dentro del campo han perdido todo su sentido. Su padre
ha muerto. En cierto modo eso tampoco significa nada. Nadie le ha permitido
pronunciar las palabras adecuadas para llorarlo y por tanto es como si su padre
nunca hubiera muerto.
[Del relato “Hitler regala una ciudad a los judíos”]
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Todos fuimos
criogenizados en distintos momentos de la Historia, entre 2003 y 2137. Ése, el
año de nuestra muerte, es el nombre que ahora nos identifica. El que tuvimos
cuando estábamos vivos ha dejado de tener sentido. Es como si hubiera sido
muerto y enterrado, con todas las personas que alguna vez lo pronunciaron. Un nuevo
nombre para una nueva vida, más allá de la muerte. Yo soy 2012, uno de los
especímenes más antiguos, y todos bromean y dicen que tengo ideas muy
anticuadas. Soy un ignorante que no conoce el resultado de la III Guerra Mundial
ni por qué 2054 es –o será, o fue– un año decisivo en la historia del
continente africano. Podría ser el abuelo de 2137 y, sin embargo, él tiene casi
cuarenta años más que yo y el aspecto de mi propio abuelo. Un día me dijo que
murió víctima de una enfermedad que no tuvo nombre hasta mucho después de mi
muerte.
[Del relato “2374”]