"En lo que me concierne, no soy un escritor, soy alguien que escribe…" (Thomas Bernhard)
viernes, noviembre 30, 2012
jueves, noviembre 29, 2012
Algo que nunca debió pasar, de Juan M. Velázquez
Desde la ventana de
la pensión que le había reservado el chino se veía la Plaza de la Constitución.
Bajo los soportales ya no había yonkees
ni tampoco antros donde vendieran droga. Todo estaba limpio y parecía seguro.
Intentó encontrar algún lugar conocido. Donde estaba el bar de Bilba había una
tienda de camisetas, la Maruja había cambiado de ambiente, ni siquiera Casa
Caballero existía. Llegó hasta la iglesia de Santa María y subió por las
escaleras del atrio, el Akerbeltz estaba abierto y entró. Todos se giraron y,
por un momento, pensó que no había estado alerta, que había ido demasiado
lejos; sin embargo, enseguida la camarera le preguntó qué quería y la gente
volvió a lo suyo. Le miraban porque no era un habitual. Nadie pensó que fuera
un madero, sólo un cincuentón despistado con un traje marrón y unos mocasines
granates. Con esa indumentaria desentonaba como si estuviera desnudo en misa.
Eran chavales que mataban las últimas horas de un lunes de junio. Conocía el
lugar, antes lo regentaban unos hermanos conocidos en la Parte Vieja, aquella
podría ser la hija de alguno, se dijo.
Django Unchained: nuevo trailer + soundtrack list
Trailer: aquí.
Lista de temas de la BSO:
1. WINGED
2. DJANGO (MAIN THEME) - LUIS BACALOV, ROCKY ROBERTS
3. THE BRAYING MULE - ENNIO MORRICONE
4. IN THAT CASE, DJANGO, AFTER YOU...
5. LO CHIAMAVANO KING (HIS NAME IS KING) - LUIS BACALOV, EDDA DELL'ORSO
6. FREEDOM - ANTHONY HAMILTON & ELAYNA BOYNTON
7. FIVE-THOUSAND-DOLLAR NIGGA'S AND GUMMY MOUTH BITCHES
8. LA CORSA (2ND VERSION) - LUIS BACALOV
9. SNEAKY SCHULTZ AND THE DEMISE OF SHARP
10. I GOT A NAME - JIM CROCE
11. I GIORNI DELL'IRA - RIZ ORTOLANI
12. 100 BLACK COFFINS - RICK ROSS
13. NICARAGUA - JERRY GOLDSMITH FEATURING PAT METHENY
14. HILDI'S HOT BOX
15. SISTER SARA'S THEME - ENNIO MORRICONE
16. ANCORA QUI - ENNIO MORRICONE AND ELISA
17. UNCHAINED (THE PAYBACK/UNTOUCHABLE) - JAMES BROWN AND 2PAC
18. WHO DID THAT TO YOU? - JOHN LEGEND
19. TOO OLD TO DIE YOUNG - BROTHER DEGE
20. STEPHEN THE POKER PLAYER
21. UN MONUMENTO - ENNIO MORRICONE
22. SIX SHOTS TWO GUNS
23. TRINITY (TITOLI) - ANNIBALE E I CANTORI MODERNI
2. DJANGO (MAIN THEME) - LUIS BACALOV, ROCKY ROBERTS
3. THE BRAYING MULE - ENNIO MORRICONE
4. IN THAT CASE, DJANGO, AFTER YOU...
5. LO CHIAMAVANO KING (HIS NAME IS KING) - LUIS BACALOV, EDDA DELL'ORSO
6. FREEDOM - ANTHONY HAMILTON & ELAYNA BOYNTON
7. FIVE-THOUSAND-DOLLAR NIGGA'S AND GUMMY MOUTH BITCHES
8. LA CORSA (2ND VERSION) - LUIS BACALOV
9. SNEAKY SCHULTZ AND THE DEMISE OF SHARP
10. I GOT A NAME - JIM CROCE
11. I GIORNI DELL'IRA - RIZ ORTOLANI
12. 100 BLACK COFFINS - RICK ROSS
13. NICARAGUA - JERRY GOLDSMITH FEATURING PAT METHENY
14. HILDI'S HOT BOX
15. SISTER SARA'S THEME - ENNIO MORRICONE
16. ANCORA QUI - ENNIO MORRICONE AND ELISA
17. UNCHAINED (THE PAYBACK/UNTOUCHABLE) - JAMES BROWN AND 2PAC
18. WHO DID THAT TO YOU? - JOHN LEGEND
19. TOO OLD TO DIE YOUNG - BROTHER DEGE
20. STEPHEN THE POKER PLAYER
21. UN MONUMENTO - ENNIO MORRICONE
22. SIX SHOTS TWO GUNS
23. TRINITY (TITOLI) - ANNIBALE E I CANTORI MODERNI
miércoles, noviembre 28, 2012
Cabot Wright vuelve a las andadas, de James Purdy
Ya recomendamos aquí otra novela de James Purdy, El sobrino, también publicada por Escalera. Es curioso el caso de este autor porque ha quedado a medio camino entre el escritor maldito y el escritor secreto que, como dice Antonio Bordón en el prólogo, “es un secreto muy bien guardado, cuyo destino consiste en ser descubierto una y otra vez cada generación”. Purdy, por si me leen los cinéfilos, es uno de los autores predilectos de John Waters. Cabot Wright vuelve a las andadas es una novela rarísima, pero muy gratificante. Empieza con un escritor en ciernes al que su mujer convence para que escriba un libro sobre Cabot Wright, un violador que acaba de salir de la cárcel. Y el escritor, Bernie Gladhart, decide viajar a Nueva York para encontrarlo y documentarse mejor. Es entonces cuando entra en escena el verdadero Cabot, y cuando al lector se le ofrecen dos narraciones: el presente del ex convicto y su pasado descrito por Bernie. La novela también sirve para criticar ciertos tejemanejes de la industria editorial: libros escritos por encargo, negros literarios, suplantaciones y búsqueda de novelas con fórmula… Os dejo con dos fragmentos:
Bernie Gladhart estaba enfadado y se sentía abatido porque la señora Bickle había pasado las últimas semanas en compañía de Cabot Wright, sin hacerle ningún caso. Salió a la calle con una rabieta a buscar problemas, como en los viejos tiempos, cuando era libre y aún no había estado en la cárcel. Casi a la altura del Iron Kettle, una oscura cafetería donde los fracasados de Greenwich Village intentaban empezar una nueva vida, le llamó la atención un sorprendente hombre de color que llevaba un sombrero de paja inusualmente blanco con una banda rosa, desconocida por estas latitudes. Su semblante, su piel, la perfección perlada de sus dientes, indicaron a Bernie de inmediato que no podía tratarse de un negro americano de Brooklyn de locura incierta. El hombre caminaba como un príncipe y era obvio que nada le impresionaba, a excepción de sí mismo.
**
Después de todo, la risa es el mayor bien que la Naturaleza ha concedido a la miserable y desgraciada humanidad. La liberación, el único consuelo del dolor que tiene un ser humano, mortal, feo, limitado, agónico, viendo el culo de la Muerte desde el momento que emerges de la raja parpadeante que se encuentra por encima del trasero materno, sacado al mundo de entre el pis y la mierda, la pena y la falta de sentido, el arduo trabajo y el espejismo, la pasión, el dolor, la pronta pérdida de la juventud y el vigor, de todo lo que había hecho merecer la pena, con la eternidad de la tumba, la última palabra sobre el hambre de Dios, la saciedad de la tierra y el cieno, el grito del océano en los oídos de la muerte. El significado es que no hay significado, pero la risa del momento casi hizo que mereciera la pena. Eso es todo lo que hay. Estuvimos aquí y finalmente reímos.
[Traducción de Ana Lima]
Bernie Gladhart estaba enfadado y se sentía abatido porque la señora Bickle había pasado las últimas semanas en compañía de Cabot Wright, sin hacerle ningún caso. Salió a la calle con una rabieta a buscar problemas, como en los viejos tiempos, cuando era libre y aún no había estado en la cárcel. Casi a la altura del Iron Kettle, una oscura cafetería donde los fracasados de Greenwich Village intentaban empezar una nueva vida, le llamó la atención un sorprendente hombre de color que llevaba un sombrero de paja inusualmente blanco con una banda rosa, desconocida por estas latitudes. Su semblante, su piel, la perfección perlada de sus dientes, indicaron a Bernie de inmediato que no podía tratarse de un negro americano de Brooklyn de locura incierta. El hombre caminaba como un príncipe y era obvio que nada le impresionaba, a excepción de sí mismo.
**
Después de todo, la risa es el mayor bien que la Naturaleza ha concedido a la miserable y desgraciada humanidad. La liberación, el único consuelo del dolor que tiene un ser humano, mortal, feo, limitado, agónico, viendo el culo de la Muerte desde el momento que emerges de la raja parpadeante que se encuentra por encima del trasero materno, sacado al mundo de entre el pis y la mierda, la pena y la falta de sentido, el arduo trabajo y el espejismo, la pasión, el dolor, la pronta pérdida de la juventud y el vigor, de todo lo que había hecho merecer la pena, con la eternidad de la tumba, la última palabra sobre el hambre de Dios, la saciedad de la tierra y el cieno, el grito del océano en los oídos de la muerte. El significado es que no hay significado, pero la risa del momento casi hizo que mereciera la pena. Eso es todo lo que hay. Estuvimos aquí y finalmente reímos.
[Traducción de Ana Lima]
La última carta
Procura aguantar a tu familia
procura confiar en tus amigos
procura respetar a tu mujer
procura mantener la calma
procura no volverte loco
procura no estallar
procura llegar a fin de mes
procura rendir en el trabajo
procura jugar un buen papel
procura leer la prensa
procura estar al día
procura creer en dios
procura sonreír
procura no enfermar
procura dar lo más posible
al prójimo
pero guárdate siempre
la última carga del juego
en tu interior
tarde o temprano
la tendrás que usar.
Vicente Muñoz Álvarez, Canciones de la gran deriva
procura confiar en tus amigos
procura respetar a tu mujer
procura mantener la calma
procura no volverte loco
procura no estallar
procura llegar a fin de mes
procura rendir en el trabajo
procura jugar un buen papel
procura leer la prensa
procura estar al día
procura creer en dios
procura sonreír
procura no enfermar
procura dar lo más posible
al prójimo
pero guárdate siempre
la última carga del juego
en tu interior
tarde o temprano
la tendrás que usar.
Vicente Muñoz Álvarez, Canciones de la gran deriva
martes, noviembre 27, 2012
Elefantiasis, de Raúl Ariza
Todos los jueves
Después de llorar lo justo, después de aprender a
no perderse por los pasillos del super y a no ahogar con lamentos nocturnos a
los clientes del taxi, cuando en definitiva aceptó resignado su condición de
viudo, Ángel decidió hacerse un fijo de la enmoquetada desesperanza del Oasis,
una vez por semana. A la tibia luz de la necesidad, sentado ritualmente en
aquella barra imperfecta, cada noche de jueves se bebía un par de gintonics a
la salud de sus carencias. Patético homenaje, quizá pensó alguna vez al recordar,
que había sido precisamente un jueves de no hacía tantos años cuando Reme,
cansada de tanto silencio doméstico y de tanto cáncer, se dejó morir.
El Oasis quedaba al lado de la carretera, cerquita
de la entrada a la AP-7, y tenía una barra en forma de "u" coja en
uno de sus lados. Al fondo a la derecha de aquella penumbra, tras una puerta
decorada con mil teselas de espejo, se accedía a los urinarios y al piso
superior, en donde se encontraban las habitaciones de las chicas.
Los jueves no libraba Jalilah, la negra africana
que de vez en cuando trataba de convencerle, sin muchos esfuerzos, de que
entrara con ella y se dejase hacer una mamada. La joven acabó por tomarle un
cariño casi filial. A Jalilah, los hutus la dejaron sin padre -al que cortaron
las orejas y la nariz antes de degollarlo- cuando ella apenas contaba con seis
años. A ella la violaron repetidas veces.
**
Nocturno
Cena frugalmente. Se lava los dientes a toda prisa,
y aprieta el paso al cruzar el recibidor, saliendo de casa a toda velocidad
camino a la entrada del metro, esa boca acogedora y felizmente iluminada.
Recorre tres estaciones, como pudieran haber sido cuatro, o cien, o mil.
Discurre entre calles de las que no conoce ni el
nombre, y por plazas de una ciudad que bien pudiera no ser la suya. Se detiene
ante escaparates que no logran captar su atención, con la única intención de
ganar o perder un poco más de tiempo. Visita barrios que jamás pensó que
visitaría. Comparte aceras peligrosas con gente de vino áspero y con seres de
sexo clínico. Resbala en la miseria de otros que antes fueron como él, y se
trastabilla en los recuerdos que dejaron flotando en el aire a modo de migas de
pan, quienes infructuosamente trataron de regresar del lugar del fracaso.
Sometido al frío de todas las noches invernales,
aprieta las manos dentro de los bolsillos y se emboza con las solapas del
abrigo. Tras el gesto sospechoso, un coche patrulla aminora su marcha y se le
acerca. Desde el interior, el agente que no conduce percibe, no tanto su
peligrosidad, como su deriva en el rumbo. Ni le molestan.
Circunda monumentos, visita verjas de antiguos
colegios, portales de antiguos trabajos, iglesias donde alguien, quizá él, un
día se casó. Sorprende en la puerta de los quioscos titulares de prensa recién
amanecidos, y se toma un carajillo en la misma barra en la que se premian así
mismo los del servicio de limpieza.
Antes del amanecer, regresa en un desangelado bus
acunado por las lejanas voces de una radio. Desanda el tiempo recorrido y, tal
como ha hecho estas últimas tres noches, vuelve a casa en silencio.
Se santigua al entrar tratando de espantar sus
males, y cruza de nuevo con paso vivo el recibidor para que no le tiente el
deseo de releer, una vez más, la nota de adiós que Nerea le dejó la otra tarde,
mientras él estaba en el trabajo. Antes de ducharse y salir hacia la oficina,
entra en el dormitorio, deshace la cama, e inmediatamente vuelve a hacerla de
nuevo.
Mi carta que es feliz, pues va a buscaros
Tanto tiempo en la guerra,
y tantísimo tiempo esperando noticias,
esperando esa carta,
esa carta que nos confirmará
en el nombre sagrado del amor:
esa carta que nos habla de amor.
Esa carta que nunca llega.
Dura y dura la guerra
y esa carta no llega.
Y, sin embargo, a fuerza de esperarla
la hicimos verdadera.
Y ya no vendrá nunca,
pero el cielo resiste,
el mar triunfa furiosamente,
el agua ondea su bandera.
Y la carta quedó en su trayectoria,
en ese itinerario hacia nosotros.
Ella quedó y nosotros seguimos,
Vimos crecer la hierba
y ese día nos olvidamos del cartero,
nos olvidamos de que estábamos tristes
y nos fuimos a comprobar el mundo.
Porque la carta no llegó
pero a cambio llegó la vida
¡quién nos lo iba a decir
después de tanto tiempo en guerra!
Francisca Aguirre, Los trescientos escalones
y tantísimo tiempo esperando noticias,
esperando esa carta,
esa carta que nos confirmará
en el nombre sagrado del amor:
esa carta que nos habla de amor.
Esa carta que nunca llega.
Dura y dura la guerra
y esa carta no llega.
Y, sin embargo, a fuerza de esperarla
la hicimos verdadera.
Y ya no vendrá nunca,
pero el cielo resiste,
el mar triunfa furiosamente,
el agua ondea su bandera.
Y la carta quedó en su trayectoria,
en ese itinerario hacia nosotros.
Ella quedó y nosotros seguimos,
Vimos crecer la hierba
y ese día nos olvidamos del cartero,
nos olvidamos de que estábamos tristes
y nos fuimos a comprobar el mundo.
Porque la carta no llegó
pero a cambio llegó la vida
¡quién nos lo iba a decir
después de tanto tiempo en guerra!
Francisca Aguirre, Los trescientos escalones