Oliver Stone ha hecho una correcta adaptación de la novela de
Don Winslow, tomándose las licencias justas para que a los lectores de su libro
no nos sintamos timados (y además uno de los guionistas es el propio Wilson). Con
Salvajes ha regresado a su cine más
visceral y gamberro, el que conforman títulos como Giro al infierno, Asesinos
natos, The Doors o Un domingo cualquiera, algo que ya
echábamos de menos. Un reparto de estrellas consagradas y de nuevas promesas,
una banda sonora potente, un montaje alocado, un toque sexy en el trío
protagonista y algunos momentos duros de violencia. Lo que le falta a la
película (aparte de profundidad) son más dosis de ese humor que mostró en Giro al infierno, que para mí es una de
las obras más logradas de Stone. La película sí tiene algunos toques de humor (principalmente
por parte del extraordinario Benicio del Toro: es él quien se come la pantalla),
pero le falta explotar por ese lado.