La lluvia,
la ternura de ese hombre que
me teme y me adora,
el gesto malicioso del pequeño cuando me arrebata
mi lugar en la cama,
el hijo adolescente mirándose al espejo
una vez más,
el niño que crece en el vientre de
Valle,
la voz de mi padre, su sonrisa
de lobo,
los libros,
los amigos,
el olor a marea baja junto al
Castillo,
todo el
deseo
que
siento
por
ti.
Begoña Paz, A mala vida