Es la primera vez que se publica este cuento clásico en España, y ha sido gracias a Impedimenta. Contiene ilustraciones del propio autor, y las fechorías de los dos pilluelos que dan título al libro, están contadas mediante versos con rima. Un cuento negro y muy divertido, con un final poco apto para niños, a mi entender. Me ha hecho recordar alguno de esos tramos de la infancia en los que nuestras madres nos leían fábulas en verso y relatos ilustrados. Si uno lee en voz alta estos versos, sale música; casi parece un rap. Dentro de dos o tres años, espero leerle este cuento a mi hijo. Así lo disfrutaremos juntos.
[Traducción de Víctor Canicio]