HACIA EL INTERNADO
Las estaciones,
esos lugares de paso,
tan poéticos, sí,
tan cinematográficos…
…………………....………..Salvo
cuando el tren que parte es el tuyo,
y ves –desde el último vagón–
la figura de tu madre en el andén,
enviándote besos por el aire
y haciéndose cada vez
más pequeña bajo la lluvia;
como te haces más pequeño tú,
que miras tu mano y te falta la suya,
y solo tienes cinco años,
y ni siquiera sabes
quién te espera allí.
**
LA VIDA SIGUE
La vida sigue –dicen–,
pero no siempre es verdad.
A veces la vida no sigue.
A veces solo pasan los días.