Presentación de la novela Chump Change, con la presencia de su autor, Dan Fante, y de Francesco Spinoglio y un servidor. En Fnac Callao, a las 19:30 horas. Allí os esperamos, junto a los editores de Sajalín y del traductor Ismael Cherif, que hará de intérprete entre el escritor y el público.
Aprovecho para dejaros la traducción del epílogo sólo incluido en la edición alemana de Chump Change. Está escrito por Dan Fante y traducido por el propio Francesco:
Epílogo de la edición alemana
Mi padre, el escritor John Fante, murió en 1983 a la edad de 74 años. Fue una muerte lenta, calamitosa, brutal e idiota. Perfecta para un furioso y chiflado artista. Cuando le llegó la hora la mayoría de sus libros aún no estaban editados o ya no se podían conseguir y él mismo había dedicado los últimos 40 años a vomitar estúpidos guiones para asquerosos productores de Hollywood, para así poderse financiar sus ocupaciones preferidas: el póker, las mujeres, el vino tinto y el golf. Pero quién se lo iba a tomar a mal. En América la escritura pertenece a unos de los oficios más chungos y peor pagados de todos, comparable con el estatus de presos o pederastas. Escritores y poetas son aquí borrachos, personas no insertables en el mercado laboral, colgados.
Yo mismo asistí durante muchos años a la lucha literaria del viejo hombre a través del culo de un vaso de Whisky. Pensaba: él tiene sus problemas y yo los míos. Pero hay una cosa que no se pone en discusión: John Fante era un escritor jodidamente bueno.
En algún momento un par de sus novelas se volvieron a editar y Charles Bukowski empezó a pregonar a los cuatro vientos lo excelente que eran los libros de mi padre. Pero no sucedió gran cosa.
A principios de los noventa, con la cabeza lucida y ya desenganchado del alcohol y la cocaína, volví a leer los libros de mi padre. La reacción fue como si un torrente de agua helada chocara contra mi cara. Un libro era mejor que el otro. Eran la hostia.
Entonces me di cuenta: ÉL HA MUERTO Y A NADIE LE INTERESA. NADIE SABRÁ JAMÁS VALORAR LA OBRA DE JOHN FANTE. Fue un pensamiento vacío y horroroso. Todavía medio chalado tras todos los años que con interrupciones había pasado en la cárcel o en el manicomio, aislado y asqueado de la humanidad, me senté e intenté escribir algo sobre mi viejo papá. Hacía ocho años que estaba muerto, pero sólo necesité cerrar los ojos y pude ver su cara delante de mí. Algunos días incluso podía sentir cómo estaba de pie detrás de mi silla de escritorio.
No soy ningún escritor. Nunca quise ser escritor. Lo de escribir era cosa suya. Pero muy despacio y tormentosamente empezó a crearse algo sobre el papel. Una historia tomó forma. Cuatro años más tarde se publicó mi primera novela: el libro que Usted tiene en sus manos.
CHUMP CHANGE es, pues, una carta de amor a John Fante del inútil y piltrafa de su hijo. Un fracasado de 45 años. Fue escrita para uno de los grandes escritores del siglo veinte, y redactada con la esperanza de que los que la lean un día tal vez también descubran ese joyero literario que es la obra de John Fante.
Tienen en sus manos un libro sincero que se escribió con un estilo que le hubiese gustado a mi viejo padre. Rotundo y directo, sin blablablá.
Renuevo aquí mi recomendación: si le gusta a Usted este libro, entonces lea los libros de John Fante. Me lo agradecerá. Muy en serio.
Dan Fante
Los Ángeles
2003