En esta antología aparecen un buen puñado de músicos que se han atrevido a narrarnos una historia a pelo, sin necesidad de música ni rimas ni melodías. Una historia, una simple historia hecha relato, utilizando un lenguaje diferente: el solo poder de la palabra.
[Esteban Gutiérrez, en el prólogo]
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No se pueden poner puertas al campo y a los músicos hay que dejarles ir a su aire. ¿Que te salen con un cuento de fantasmas o uno infantil? Pues, tira, al final el libro resulta caótico, desigual, lleno de trallazos, medios tiempos, baladas… ¿Hay algo más rockero que eso?
[Patxi Irurzun, en el epílogo]