No pensaba ir a ver Toy Story porque uno empieza a estar un poco harto de tantas secuelas de animación (caso de Shrek: la 3 me pareció tan floja que me niego a tragarme la 4), pero luego leí un par de comentarios favorables en el Facebook de Javier Esteban y fuimos a verla. Los efectos de 3D son más bien normales, sólo una excusa para que vaya más gente a las salas; nos acabaremos cansando de las dichosas gafas. La película es una maravilla. El final me hizo regresar a ese tiempo en el que dejé de jugar con juguetes: nunca los tiré, de hecho conservo todos los de Star Wars en una caja y algunos otros en estanterías y el resto fue para mis primos pequeños.
Decía que la película es una maravilla ya no sólo en cuanto a la animación, sino en cuanto a ciertos personajes y determinadas situaciones. Resulta genial la incorporación de Ken y las alusiones de los guionistas a su parte femenina. Lotso, a quien dobla Ned Beatty (Otis en Superman, para quien sea muy joven o no se acuerde), es un osito que da abrazos y cobija una doble cara, y es el mejor villano posible. Utilizar a la muñeca bebé como recurso propio de una película de terror es otra genialidad: ¿quién no ha torturado a las muñecas de sus hermanas, dejándolas sin pelo, medio desnudas y con los brazos y las piernas pintadas de bolígrafo? Pues ese es el juguete-ruina que aparece en cuanto los protagonistas llegan a la guardería. Para la historia quedarán escenas como la del flashback que muestra el pasado de Lotso, la del momento en que Ken es torturado o ese par de minutos antológicos y casi de terror en que los párvulos juegan con Buzz y sus amigos. En V.O., además, cuenta con las voces de Tom Hanks, Tim Allen, Michael Keaton, Whoopi Goldberg, Joan Cusack, Don Rickles y Timothy Dalton.