Mi padre fue criador de perros
Viajó de ciudad en ciudad
Sin ganar jamás un premio
Sus orejas eran pequeñas y redondas
Su nariz grande y afilada
Su estatura más bien escasa
De niño pasó hambre
Nació en el cuarenta y uno.
Conmigo se sintió pronto defraudado.
Esperaba un campeón
Un enorme animal de presa
No esta mezcla de razas
No este ser que pierde el tiempo aullando a la luna
Contando historias, cantando estrellas.
Mi padre fue cuidador de perros,
A bases de golpes en el hocico
Intentó enseñarme a dar la mano,
Caminar al paso.
Hacerme el muerto,
Mi padre fue criador de perros.
De niño pasó hambre.
Nació en el cuarenta y uno.
Jorge Espina, Reverdecer (encontrado en el blog La manera de recogerse el pelo)