Vaya por delante que no he leído aún los tebeos en los que se basa esta película de Matthew Vaughn, cuyo Layer Cake me sorprendió gratamente. Después de ir al cine un par de veces en las últimas semanas y salir decepcionado (Iron Man 2 es muy inferior a la primera parte; Robin Hood me pareció aburrida e innecesaria), he vuelto a disfrutar en la butaca. Kick-Ass, con su ritmo frenético, sus imágenes coloristas y personajes tan grandiosos como Hit Girl y Big Daddy, es un entretenimiento absoluto, un filme para disfrutar y divertirse. Combina el humor con la violencia y con una banda sonora en la que no falta ni Morricone. Nicolas Cage vuelve a recuperarse, demostrando que le va mejor la parodia. Sale Christopher Mintz-Plasse, el genial McLovin de Supersalidos. A Aaron Johnson lo veremos pronto como John Lennon en Nowhere Boy. La niña Chloe Moretz es la gran revelación de la película. Y Mark Strong sigue siendo uno de mis villanos favoritos del cine contemporáneo, tras sus papeles en Revólver, Red de mentiras, RocknRolla, Sherlock Holmes o la propia Robin Hood. Lo que más me gusta de Kick-Ass es su irreverencia y su gamberrismo.