Suele compararse este remake con el original, pero no he visto la película de Susanne Bier en la que se basa. De modo que no tengo elementos de juicio. El equipo de Brothers es asombroso: dirige Jim Sheridan, un buen especialista en dramas que en los últimos años se prodiga poco; el guionista es David Benioff, escritor del que he recomendado varias veces su novela La última hora y el volumen Descalza sobre el trébol y otros relatos; la música es del gran Thomas Newman; y el reparto lo forman Tobey Maguire, Natalie Portman, Jake Gyllenhaal y Sam Shepard. Sheridan ha conseguido un filme irregular, de momentos bajos o poco interesantes junto a secuencias impecables; entre las segundas, todas esas escenas que se desarrollan en un entorno familiar lleno de enfrentamientos, donde se nota que el director sabe crear situaciones repletas de tensión. Y que también es un gran director de actores (recordemos las interpretaciones de Daniel Day-Lewis, Pete Postlethwaite, Emily Watson, Emma Thompson o Richard Harris a sus órdenes), como demuestra el papelón que hace Maguire. En conjunto, no está nada mal; pero esperaba algo más.