Tres mil y pico megaherzios
doble procesador
cinco gigabytes de ram
y el caché más alto del mercado;
bahías y puertos,
periféricos, teleféricos,
bluetooth, blue-ray,
blue-velvet…
pantalla plana de cristal líquido
conexión inalámbrica
teclado partido
y ergonomía en el ratón;
tres millones de líneas de código
–propietario, claro está–
accesos directos, alias
la cima de la civilización,
y todo para jugar
un triste solitario
y ver
películas porno.
Javier Menéndez Llamazares, Cosas que no se pueden encontrar en internet