miércoles, noviembre 04, 2009

Carbono, de Heidi James


Los Off Beat no se andan con chiquitas. Este otro libro de la generación británica, publicado también por El Tercer Nombre, presenta dos historias sobre mujeres, una en el presente (narrada en primera persona), otra en el pasado (narrada en tercera persona). Patricia es una chica que heredó una casa de Pearl, su abuela. Ha perdido a todos sus familiares, pero le queda dicha propiedad. A su lado están Keith, un tío con el que se enrolla de vez en cuando, y Salome, una amiga que se gana la vida haciéndoles fist fucking a los hombres, entre otras vejaciones. Heidi James, en ocasiones, recuerda a esas escritoras sin pelos en la lengua:

Quizá el amor sólo sea una neurosis en todo caso, te enamoras de alguien que querrías ser y cuando te das cuenta de que son unos gilipollas pasas al siguiente idiota que piensas que representa mejor tu yo interior. Es como la moda, o comprarse un coche. Tu ser amado es la manifestación de quien crees que eres. Cualquiera con una mente sana debería quitarse la chaqueta mojada de las relaciones y quedarse solo, sin sentido pero al menos honesto. Keith es demasiado estrecho, demasiado malvado en su naciente hombría. ¿Por qué debería desearle? Se echará sobre una chica bonita, la dejará preñada, y lo joderá todo cuando ella se haya hinchado más allá de las expectativas, y finalmente la dejará a ella y al niño para empezar todo el proceso de nuevo. Él amará y amará y amará y sólo causará dolor. Escupiendo, dejando trozos de material genético sin forma y sueltos en una red filial lanzada sobre esta pequeña sección de Inglaterra Sur. Yo, por otro lado, me mantendré sola, consolando ocasionalmente a hombres con problemas en el cubículo terapéutico entre mis piernas. Sin hijos, sin marido, y sin dolor de vientre.