Mendel. Lo primero es lo primero, en estas tres píldoras culturales que menciono hoy. Y lo primero suele ser la tierra. Hoy toca Mendel, banda de rock de Zamora, en La Cueva del Jazz, a las diez de la noche. Y ojalá yo estuviera por allí porque me encantaría asistir. Pero estoy agotado de tanto viaje y compromiso y tanto moverme de acá para allá. De Mendel ya hemos escuchado unos pocos temas en su perfil de MySpace y en el disco Musizam. Tras cambiarse de nombre varias veces e ir un pelín a la deriva, ahora ya pisan más fuerte. Me consta que trabajan en una maqueta. Mendel está formado por Iñaki Martínez, Luis Gil, Rubén Peña y Diego Martín. Su actuación supone el cierre del VII Ciclo de Grupos Zamoranos, organizado en La Cueva del Jazz (ojo: el nuevo local de Puerta Nueva) desde finales de enero, para que luego digan que en mi ciudad no hay actos. Los hay, pero insisto: quizá se anuncian poco. Y la entrada es gratuita. Es viernes, o sea, un día estupendo para ir a apoyar a esta banda. Aconsejo no sólo ir a escucharlos, sino tomarse luego una cerveza con ellos. Se trata de gente cercana, accesible, muy divertida. Lo prometo.
Eduardo Chapero-Jackson. A mí me ha resultado imposible ver los cortos de este director tan premiado y mencionado en medios y en festivales. Lo mismo les ha sucedido a otras personas que conozco. Pero parece que, por fin, van a poner solución a eso. La cadena de multicines “UGC Ciné Cité”, que posee salas en Madrid, Valencia, Cádiz y Valladolid, va a proyectar el día veintiséis, o sea, el próximo viernes, sus tres cortometrajes. En una única sesión, y con una duración total de unos sesenta minutos, se podrán ver sus obras: “Contracuerpo”, “Alumbramiento” y “The End”. Al menos eso he leído en El País. Espero que la iniciativa se salde con éxito y los cortos se empiecen a proyectar en otros puntos de España. Porque me da un poco de vergüenza que en Francia, por ejemplo, hayan visto sus cortos más espectadores que en nuestro país. Dice el director en la entrevista del citado diario que está ultimando la preproducción de su primera película: “Verbo”. Si nada me lo impide (eso está por ver), asistiré ese viernes a la proyección. No me queda muy lejos del barrio, en Méndez Álvaro, o sea, donde la estación de autobuses de la zona sur de Madrid.
James R Jump. Algunos de sus poemas aparecen en “Hablando de leyendas. Poemas para España”, de extenso subtítulo: “Poemas escritos por brigadistas internacionales de las Islas Británicas en la Guerra Civil Española”. Sólo con la mención, supongo que los lectores fascistas ya se sentirán ofendidos: para ellos aquella salvajada del 36 sólo tiene un punto de vista, el de los vencedores. Jump es el poeta que más me ha interesado del libro. La edición es de su hijo, Jim Jump, y de Antonio Díez y David González. En la biografía sobre Jump, en las últimas páginas del libro, leemos: “(…) a sus veintiún años era un joven reportero del diario Worthing Herald que preocupado por el auge del fascismo decidió viajar a España en noviembre de 1937 (…) En mayo de 1938 se le destinó a la 2ª Compañía de Ametralladoras del Batallón Británico. En agosto recibió una herida de metralla en la mano en la Colina 666 de la Sierra de Pándols (Tarragona), durante la ofensiva del Ebro. Tras ser hospitalizado volvería a Gran Bretaña en diciembre de 1938”. En esas últimas páginas, además, se ofrece una abundante bibliografía de títulos escritos por extranjeros que participaron en la guerra civil: la gran mayoría no han sido traducidos en España. Quizá esta antología empiece a reparar algunas injusticias.