Los vecinos de mi madre solían discutir durante horas. Un matrimonio de ancianos que se insultaban sin tregua. Nosotros decíamos: “Un día se matan entre ellos”. Y lo decíamos en serio, temerosos de que corriera la sangre durante la madrugada. Fui este fin de semana a casa de mi madre. Llevaba semanas sin ver ni oír al marido y se acercó a preguntarle a la vecina. La mujer contó que el hombre había ido hasta el pueblo de su hermano y lo había asesinado. Una pendencia de tierras. El marido está en la cárcel de Topas.