Este mes no ha cobrado el subsidio por desempleo. Ha debido de agotar la cobertura estatal para encontrar ocupación. Ahora debe buscar una. Se alegra de que haya llegado el momento. Estar ocioso comenzaba a ser un infierno. Además, ya se encuentra mejor. Casi recuperado. Los dolores de cabeza se fueron diluyendo hace unas semanas. También las náuseas y la presión en el pecho. Una mañana se encontró sano, aunque débil. Tiró ligeramente de la cuerda de la persiana de su apartamento. Unos rayos de luz atravesaron las rendijas. Los ojos le dolieron levemente. Se tumbó de nuevo. Pasó unas horas con la mirada perdida en el techo. O igual un día entero. No lo recuerda.