“Watchmen”, el extraordinario cómic de Alan Moore y Dave Gibbons, está de moda desde que anunciaron el rodaje de la película. A diario encontramos noticias relacionadas con la adaptación que ha hecho Zack Snyder (de quien me gusta más “Amanecer de los muertos” que “300”, aunque ésta última no está nada mal), que puede ser un gran filme o una bazofia. Y lo digo porque suelen tenerse esperanzas en las adaptaciones del cómic y la mayoría nos decepcionan. Hollywood tan pronto nos ofrece una obra maestra (“El caballero oscuro”) como un bodrio total (“The Spirit”). No hay día en el que no salgan carteles de “Watchmen”, y he perdido la cuenta de los que han hecho ya para promocionarla. No faltan rumores y noticias y asuntos sobre su rodaje, el retraso en su estreno por la disputa de derechos de distribución entre Fox y Warner o el análisis minucioso de quienes ya han podido asistir a algún pase de prueba.
Siguiendo la tradición de los productos de consumo que, se espera, pueden batir récords (eso se supone del largometraje de Snyder), ya han empezado a proliferar los libros relacionados con la exquisita obra de Moore y Gibbons: las reediciones con distintas portadas; la edición en catalán; “El arte de Watchmen”, que versa sobre la producción artística del filme; “Watchmen. El libro de la película”, con entrevistas y bocetos y fotografías; “Watching the Watchmen”, que explora los secretos del origen del cómic y el proceso creativo que llevaron a cabo sus autores. Y no sé si olvido alguno más. En realidad, creo que la mayoría sobran. A priori, y a excepción del cómic original (en el formato viejo, reducido, y no en ese formato gigante de ahora, que en vez de un tebeo de pastas duras parece una losa de cementerio), sólo me interesaría el último de ellos, si es cierto que ayuda a indagar en los orígenes y en la concepción de este mítico volumen. Se trata de las clásicas artimañas para vender cuando se supone que una película que no se ha estrenado tendrá éxito.
Admito que tengo ganas de ver qué ha hecho Snyder. No sé si cumplirá mis expectativas, pero al menos el gran Rorschach, mi personaje favorito, es un calco del original, y debajo está el actor Jackie Earle Haley, quien hizo un gran trabajo en “Juegos secretos” y, además, fue nominado al Oscar como secundario. Lo que sí me atrae de este circo mediático que se está montando en torno a “Watchmen” es la edición en dvd de “Tales of the Black Freighter”, es decir, los “Relatos del Navío Negro”. Para quien no haya leído el cómic, se lo resumo: en una de las tramas paralelas del cómic, un muchacho, sentado junto a un kiosco, lee un tebeo del mismo nombre: “Tales of the Black Freighter”. Dado que el metraje de la película se alargaría demasiado, en Warner decidieron crear esta pieza de dibujos animados que sirve como complemento a la cinta. La edición en dvd va acompañada del falso documental “Bajo la capucha”. Ignoro su duración. Supongo que será un cortometraje. Sé que al personaje principal, un náufrago, lo dobla Gerald Butler. De momento hemos visto el trailer y pinta bien. Las historias dentro de las historias que acompañan a las películas sí me gustan, como la pieza de manga que hicieron para “Kill Bill” y que introdujeron en la primera parte. Algo parecido ha vuelto a hacer Quentin Tarantino en “Inglourious Basterds”, su nuevo largometraje: “Nation’s Pride”, un corto en blanco y negro dentro de la película, con Daniel Brühl de protagonista. Cuando la fiebre por “Matrix” también sacaron ediciones en dvd de los cortos de dibujos que completaban la trilogía. Y recuerdo que me gustaron.