Tengo por ahí toda la discografía oficial de mi banda favorita, junto a The Beatles y The Doors: The Rolling Stones. Creo que en dicha discografía no aparece un lp que yo no había escuchado hasta ahora, aunque había oído hablar del mismo: “Rock and Roll Circus”. Recuerdo la portada. Y recuerdo poco más. Y no sé por qué razón no había escuchado nunca este disco. Lo he escuchado estos días. Ahora. A mi edad. Con lo que me gusta la banda. Estábamos en la carretera, de viaje entre Zamora y Madrid, y metí la mano en la guantera a la búsqueda de los discos y lo encontré allí: “Rock and Roll Circus”. No era mío, ni sabía que estaba en el cajón. Estuve echando un vistazo a los títulos. Aquella velada en forma de espectáculo circense fue un especial que grabaron para la tele. Al parecer nunca fue emitido. Lo puse en el reproductor. Lo escuchamos de camino entre dos ciudades, mientras allá fuera la nieve blanqueaba las montañas. El lugar ideal para el rock: la carretera.
El “Circus” me revolucionó el corazón. Hay introducciones de Mick Jagger, de Keith Richards, de Charlie Watts, de John Lennon. Suena The Who con todo su nervio. Suena Jethro Tull, que siempre se agradece. Y una bomba de la que ni siquiera había oído hablar: Taj Mahal, con el tema “Ain't That A Lot Of Love”. Pura garra. Te engancha desde el principio y no te suelta. Y no falta Marianne Faithfull, hoy convertida en respetable señora de voz ronca. Yo leí hace tiempo su autobiografía. Era una mujer extraordinariamente guapa y se pasó por la piedra a los grandes de entonces. Conservo por ahí un viejo póster de la película que hizo con Alain Delon: “La chica de la motocicleta”. No la he visto, pero antaño me bastaba con mirar su imagen rubia en el cartel, como un ángel de cuero negro y cabello de oro. Otra de las bombas del disco: Lennon y Jagger hablan del grupo The Dirty Mac. Formado por el propio John Lennon, Eric Clapton, Keith Richards y Mitch Mitchell, quien fuera batería de The Jimi Hendrix Experience. ¿Por qué nadie me había hablado de The Dirty Mac? En el disco tocan “Yer Blues”. Si mis informaciones son correctas, esta banda nació para el especial “Rock & Roll Circus”. Grabaron dos canciones. La otra es “Whole Lotta Yoko”, un tema al que se incorpora Yoko Ono. ¿Y qué hace Yoko Ono? Pues Yoko Ono hace lo de siempre, lo que mejor se le da: estropearlo todo. Estropea la canción con sus berridos, igual que si fuera una loca o una verdulera de ojos rasgados con ínfulas de gloria. Es el único momento regular del show. Porque luego llegan los Stones. Con algunos de sus mejores temas: “Jumpin’ Jack Flash”, “Parachute Woman”, “No Expectations”, “You Can’t Always Get What You Want”, “Sympathy for the Devil” y “Salt of the Earth”. Me enamoro del disco. Cuentan en Wikipedia que la filmación la estrenaron en cine tras treinta años criando polvo en un granero. Buscaré el show. Dura poco más de una hora. Jagger habla de Oxford Circus y de Picadilly Circus y asegura al público que hay maravillas escondidas en el Rolling Stones Rock and Roll Circus.
Busco algún vídeo en YouTube y ahí están, juntos, en el show del sesenta y ocho: Lennon y Jagger. Lennon viste una estrecha cazadora vaquera. Jagger usa un jersey azul. Parecen dos pipiolos de pelo muy largo y muy liso, pero son dos genios. Luego Lennon le pasa a Jagger el plato de comida que hasta entonces sostenía y se suma al grupo. Tocan “Yer Blues”, ya digo. Luego busco la actuación de Marianne Faithfull y se me cae la baba. No me extraña que los enamorase a todos, en aquel entonces. Fue icono, musa y leyenda, y ha sobrevivido a varios infiernos.