Gran reparto (Edward Norton, Colin Farrell, Noah Emerich, John Voight) para una película en la línea de La noche es nuestra, aunque inferior a ésta. Norton interpreta a un policía que descubre corrupción policial en su departamento y averigua que la mierda salpica a su hermano y a su cuñado. Entonces debe elegir entre la fidelidad a la placa o a la familia. El filme no está nada mal, aunque el desenlace está un poco cogido por los pelos: demasiadas situaciones se dan en un mismo punto de la ciudad y no voy a desvelar más por si alguien quiera verla. Pasé un buen rato.