domingo, diciembre 07, 2008

Comprar en internet

Me dice un colega escritor, desde Zamora, que anda dándole vueltas a la idea de publicar un poemario en el portal Lulu.com. Es uno de los servicios que muchos escritores y poetas eligen para no tener que esperar al veredicto de los editores, que en la mayoría de los casos consiste en una carta-modelo en la que sólo cambia el título de la obra y el nombre del autor. La publicación es gratuita, por lo que yo sé proporcionan el número de ISBN y hay dos maneras de comprarse el libro. Puedes comprarlo en pdf, y el documento se descarga directamente en tu ordenador: el precio del e-book es barato, oscila entre el euro y los tres euros, por lo que tengo entendido. La otra manera es encargar el libro en tapa dura o en tapa blanda, dependiendo de los gustos y el bolsillo de cada uno. Así, imprimen el libro que has pedido y te lo envían a casa. Yo compré hace meses un ejemplar en Lulu.com y lo cierto es que estaba muy bien editado: con fotos en color, una buena portada y los márgenes adecuados. Todo esto ya lo explicamos una vez, pero conviene refrescar la memoria al personal.
Me gusta esta clase de servicios porque el libro, aunque sea en pdf, puede llegar a otros países. Al otro lado del charco, como suele decirse. Pensemos en lectores de Latinoamérica, que no pueden acceder a la mayoría de títulos que se publican en España. Deben recurrir a amigos que estén de paso en Barcelona o Madrid, para que les consigan un ejemplar. También pueden pedirlo por correo, pero con los gastos de envío sale por un pastón. Y nadie quiere comprarse un libro que nunca ha visto físicamente por unos, no sé, treinta o cuarenta euros. Pero, si tienen acceso al pdf por dos o tres euros, creo que compensa. El e-book, lo queramos o no, es el futuro. Yo llevo meses buscando por aquí varios libros de autores americanos, pero no los encuentro. Encargarlos a un librero o pedirlos por correo (aunque éste último sistema lo he intentado, con mala fortuna porque nunca quedaban ejemplares) es una tarea costosa y a veces inútil. Si pudiera comprar el pdf, lo haría. Pienso, por ejemplo, en los poemarios de Eusebio Ruvalcaba (de quien conseguí un libro que sí distribuyen en Madrid: “Una cerveza de nombre Derrota”) o en las novelas de Álvaro Bisama, que soy incapaz de conseguir y estoy loco por leer, o en la autobiografía sobre Andrés Caicedo con dirección y montaje de Alberto Fuguet: “Mi cuerpo es una celda”.
El gran inconveniente de portales como Lulu está en que, admitámoslo, en España aún nos cuesta comprar en internet. La gente no se fía. O tiene pereza. Recela de esos cuestionarios donde debe dejar sus datos personales y el número de la tarjeta. O piensa en los elevados gastos de envío, si lo que quiere es que le manden un paquete a casa. La gente prefiere encargar un producto (una película, un libro, un disco) a sus amigos, a los que viven en las ciudades grandes donde todo se distribuye, y pagarles cuando se vean y ellos le den el producto, a pesar de que, al final, aunque se ahorran los costes de envío, quizá no tengan el disco o el libro hasta dentro de un mes o dos o puede que más tiempo. Conozco un par de personas en Madrid que hacen la compra de la semana por internet. Así ganan tiempo, evitan ir al supermercado en coche y se ahorran el engorro del tráfico. El personal es reacio a comprar por la red. Yo me he acostumbrado a comprar esos libros de saldo de los que apenas hay uno o dos ejemplares a la venta en tiendas de Valencia o Bilbao. Sí, lo malo son los gastos de envío. Pero los ejemplares suelen estar tirados de precio. Bruce Springteen vende su último single en iTunes. Esto es así, hay que acostumbrarse.