Empieza uno abriendo una página web con sus cosillas y termina apuntándose a todo. Una bitácora en Blogger. Otra bitácora alternativa donde meter lo que no cabe en la primera. Un rincón en MySpace, ¿por qué no? Una cuenta gratuita en YouTube, para subir algún vídeo. Otro blog en el que colaborar con varias personas. Y, claro, el Facebook, que es la red digital donde todos acabamos conectados, relacionados y encontrándonos a viejos compadres (Facebook es la mejor base de datos para los gobiernos; ya no hace falta que espíen a los ciudadanos: basta con acceder a las claves de este “libro de caras”). El mayor problema es que a uno esto le lleva demasiado tiempo. Acceder a cada página. Introducir las contraseñas. Meter las fotos. Escribir el post, si se trata de una bitácora. Buscar un título. Escanear las portadas de los libros. Hacer algún comentario en el muro de Facebook. Darle forma al párrafo: tipo de letra, alineaciones del texto, etcétera. Lleva su tiempo, ya digo.
Dentro de ese problema, a mi entender, están las desventajas de otros portales frente a Blogger, que es el mejor. Lo diremos sin rodeos: actualizar un blog de Blogger es más sencillo y más rápido que actualizar otras webs. Lo que no sucede con MySpace o con WordPress. En realidad, cuando uno quiere poner al día sus post y perfiles en estas páginas, acaba perdiendo el tiempo y la paciencia. Blogger pertenece a Google, y en Google (uno de los secretos de su éxito) siempre ha primado la claridad, la sencillez, la funcionalidad. Sólo hay que ver su página principal, siempre blanca y limpia, sin todos esos agobios de barras laterales, noticias, anuncios y fotos que agobian las portadas de otros portales y buscadores. En las actualizaciones de Blogger uno tarda muy poco. También es cierto que carece de las posibilidades de otros servicios de alojamiento de blogs: tiene pocos tipos de letra, no se puede variar el color de los títulos (o yo no sé hacerlo)… Pero ese límite de posibilidades juega a su favor.
Veamos ahora un ejemplo de post en MySpace. Uno quiere colgar un texto que ya tiene escrito, y para ello no hace falta escribirlo de nuevo, sino utilizar las herramientas de Copiar y Pegar. Una vez que ha pegado el texto y ajustado el tipo de letra, el tamaño y demás, y una vez que guarda y publica, cuando visita su propio blog para ver el resultado final se encuentra con diversos errores: los espacios al final de cada párrafo han sido sustituidos por puntos suspensivos, el tipo de letra cambia de unos párrafos a otros, hay demasiada distancia entre el título que encabeza el cuerpo del post y el inicio del primer párrafo. Si uno quiere meter una fotografía, no puede cargarla desde su disco duro (como sí permite Blogger), y debe introducir el nombre de una URL donde salga la imagen; si la foto es muy grande, no se abre correctamente. Y, así, uno tarda como media hora en actualizar un simple post con imagen y texto. WordPress tiene unos cuantos inconvenientes. Las imágenes tampoco se pueden cargar desde el ordenador. Hay que cuidar los márgenes de cada foto, para que no quede ésta muy pegada a los lados (si hemos decidido ponerla a la izquierda o a la derecha). Si uno copia un texto de Word, después de pegarlo se puede encontrar cada párrafo distinto: el primer párrafo, con la letra de diez puntos; el segundo, con doce puntos; y ambos con distinto tipo de letra. Si uno pretende ampliar las posibilidades de los tipos de letra, debe bajarse los plugins, subirlos a su servidor y cargarlos en el blog. O sea, un rollo absoluto. Esto debería cambiar. Puede que, en el caso de WordPress, la llegada inminente de la versión 2.7 mejore el servicio.