Ayer vi Sólo quiero caminar. Tiene virtudes y defectos, no es tan redonda como Nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto. Pero hay que verla. Si tuviera que elegir algo, me quedo con los personajes de Diego Luna y Ariadna Gil y la imagen perturbadoramente sexy de Pilar López de Ayala, sucia y despeinada, empuñando una pistola (la imagen es de Fotogramas).