Douglas Coupland capturó la atmósfera informática de los 90 en esta sensacional novela que cuenta la historia de varios programadores que empiezan trabajando en Microsoft y abandonan el territorio de Bill (Gates, claro) para participar en otro proyecto donde al menos puedan tener una vida propia y algo de personalidad: en Oop!, definido como una caja de construcción virtual: una caja sin fondo de piezas de tipo Lego en 3D que corre en plataformas IBM o Mac con unidades CD-ROM. Los geeks y los nerds del libro son retratados a través del diario escrito por el protagonista. Su existencia es sólo su trabajo, hasta que escapan de Microsoft y empiezan a mantener relaciones, a enamorarse, a concebir hijos, a construir algo que hasta entonces no tenían: una vida de verdad. En mi artículo del jueves hablaré más de este libro, que he tardado años en conseguir. Ahora os dejo con un fragmento:
Me he puesto a pensar en mi existencia en Microsoft, confinada, vacía de amor y de sensaciones, y me he cabreado. Ahora lo que quiero es olvidar todo el asunto y dedicarme a tener una vida propia, a estar vivo. Quiero olvidar el modo en que he hecho caso omiso de mi cuerpo, año tras año, a la búsqueda del programa, a la búsqueda de la abstracción ajena.
Hay algo en una cultura tecnológica monolítica como la de Microsoft que hace que los seres humanos se replanteen aspectos fundamentales de la relación entre el cerebro y el cuerpo, el alma y las ambiciones, las cosas y los pensamientos.
Hay algo en una cultura tecnológica monolítica como la de Microsoft que hace que los seres humanos se replanteen aspectos fundamentales de la relación entre el cerebro y el cuerpo, el alma y las ambiciones, las cosas y los pensamientos.