martes, agosto 26, 2008

Incompatibles

Aunque he procurado evitar las noticias sobre los Juegos Olímpicos de China, al final me enteré de algunas cosas por accidente o porque amigos y familiares me las contaron. El día de la inauguración supe que el encargado de dirigir el cotarro, una vez Steven Spielberg rechazó el puesto, era el director Zhang Yimou. No he visto todas sus películas, pero recuerdo con agrado “La linterna roja” y, sobre todo, la colorista “Hero”. También me enteré de que existía un tipo llamado Michael Phelps, hombre pez americano que ha ganado no sé cuántas medallas, y a quien mis colegas comparan, con acierto, con Abe Sapien, la criatura acuática que se alimenta de huevos podridos en “Hellboy” y que vive dentro de un tanque de agua. Vi a un cubano cabreado darle una patada a un árbitro. Vi triunfos y medallas. Y poco más.
Y el día de la clausura de los Juegos Olímpicos estaba en Zamora y mi familia puso la televisión para ver los festejos de cierre de los chinos. Entonces salió Jimmy Page, guitarrista de Led Zeppelin y una leyenda, y uno de los grandes músicos de la historia del rock. Yo he vibrado mucho con Led Zeppelin, una gran banda de rock, o quizá de rock duro (lo menciono porque leí en un periódico nacional que la denominaban “banda de heavy”, con lo cual supongo que el informador ni siquiera sabe de qué demonios está hablando). Salió Page, ya viejuno y con coleta blanca, a marcarse unos acordes. Tocaba “Whole Lotta Love”, un tema rompedor que aparece en el álbum “Led Zeppelin II”. Se trata de una canción que no deja a nadie indiferente. Que sacude, que golpea, que acelera los corazones. Puro rock. Pero estoy hablando del tema original, porque la versión que se hizo en los Juegos Olímpicos fue una vergüenza. Y no lo digo por Page, que estuvo a la altura aunque el sonido del estadio era regular. Lo digo porque pusieron a cantar a Leona Lewis. Yo ni siquiera sabía quién era. Me enteré en el momento en que los locutores explicaban que es una cantante pop que ha ganado un concurso del estilo a “Operación Triunfo”. Sí, la chica es muy guapa y tiene buena voz, pero canta en plan Whitney Houston y no se puede consentir que alguien así se ponga a versionar a los Led Zeppelin. Es un crimen. Y por eso, en vez de rock duro, parecía que estaba cantando el tema principal de “El guardaespaldas”.
Es un cruce que no pega. Un guitarrista de rock y una cantante de pop blando. Hay cosas que no cuajan. Mezclas que no funcionan. O sólo funcionan en la alta cocina. Los buenos cocineros mezclan pollo con chocolate y les sale bien. Está rico. Pero en la música estas mixturas son peligrosas, no conducen a ninguna parte. Es como si, aquí en España, salieran juntos al escenario Julio Iglesias y el guitarrista de Extremoduro a cantar y tocar, respectivamente, el tema titulado “Extremaydura”. Pues eso: no funcionaría. No sería lo mismo. Mientras veíamos a Leona Lewis y a Jimmy Page versionando “Whole Lotta Love”, mi madre comentó: “Deberían dejar que tocara él solo, sin ella”. Estuve de acuerdo. No sé cómo se sentirán los seguidores de Led Zeppelin. Pero a mí me pareció un crimen. Esto suele ocurrir mucho. Que suban al escenario a dos personas cuya manera de entender la música sea incompatible. Luego supe que salió Jackie Chan a cantar y a bailar. No sé qué tal lo hizo y no he encontrado el vídeo por internet. Supongo que lo haría mal. Pero me hubiera gustado verlo. A mí Jackie Chan me cae bien. Hace él mismo sus escenas de acción y nunca abandona su lado cómico y, además, es un icono de mi infancia, en esas películas en las que utilizaba la técnica del “mono borracho”.