En la cartelera de estas fechas, agobiada de productos infantiles, se agradece el estreno de la nueva película de Ang Lee. Fiel a su estilo, el director te acaba atrapando en la sutil tela de araña que teje entre los personajes. Por cierto, es una de las pocas películas en que el acto sexual parece de verdad, y no una mera sucesión de postales. Recomendable.