El oportunismo provoca lástima. Me refiero al oportunismo comercial, el que se sirve de un muerto o de un producto que tiene gancho económico para hacer caja. Debemos diferenciar entre el oportunismo comercial y la actualidad de los medios de comunicación. Que se estrene una película de piratas cuyo éxito se divisa en el horizonte y los medios hablen de ello obedece a la actualidad, a ceñirse a los contenidos que la gente espera. Que se estrene una película de piratas y las cadenas televisivas se apresuren a sacar beneficio ofreciendo un producto que apenas guarda relación (salvo la temática) con dicho filme es oportunismo.
El oportunismo más vergonzoso, pues, es el que suelen practicar las cadenas de televisión. Antena 3 es el caso que ejemplifica mejor el asunto. Ya lo ven: se estrenó la tercera parte de “Piratas del Caribe” y, en ese mismo fin de semana, la cadena anunció su “Especial Piratas”, o “Sábado Pirata”, o algo así, un atracón de morralla para un día en el que juntaban una de dibujos que no conocía nadie, un telefilme barato de reciente y blanda factura y un bodrio no sólo del cine de forajidos del mar, sino de la historia (la lamentable “La isla de las cabezas cortadas”). A algunos ejecutivos les basta que haya parche o pata de palo de por medio para tirar la casa por la ventana. En estas campañas, en estos oportunismos televisivos, suelo fijarme siempre, y así me echo unas risas pero también me indigno un poco. El año pasado, cuando llegó a las pantallas la segunda parte de “Piratas del Caribe”, los de Antena 3 se sacaron de la manga otro festival, o ciclo, o especial, llámenlo como quieran. Empezaron a poner, según rezaba la publicidad, películas de piratas. Cuando uno echaba un vistazo a los largometrajes y telefilmes elegidos para la ocasión, comprobaba que sólo uno o dos guardaban relación con los piratas. En casi todas las películas había barcos y espadas, pero no piratas. No es lo mismo. Que en una obra haya barcos y espadas no significa que se la pueda meter, con calzador, en el género de los corsarios. Lo mismo hicieron cuando se estrenó “Superman Returns”. Les dio por atragantarnos con películas de superhéroes. Las demás cadenas no le van a la zaga, aunque “la tres” se lleve la palma: si Johnny Depp estrena taquillazo, te plantan sus viejos éxitos; si Daniel Craig empieza a ser conocido por “Casino Royale”, programan alguna de sus peores e ignoradas películas; si se estrena otra de “Spiderman”, te endiñan la segunda de “X-Men”; y en ese plan. Resulta patético. Y deberíamos decirlo alto y claro: cuando se estrena una secuela de “Piratas del Caribe”, la gente quiere ver esa parte de “Piratas del Caribe” y ninguna otra, aunque la alternativa incluya parches, patas de palo, tesoros o abordajes; de hecho, las de piratas solían ser fracasos rotundos, y lo demuestran “La isla de las cabezas cortadas”, “Piratas” de Polanski, “Los Piratas de Penzance”, las últimas versiones de “La isla del tesoro” e, incluso, aunque no pertenezcan al género, “Hook” y “Peter Pan”.
Este oportunismo me recuerda al que practican las productoras americanas más ínfimas. En cuanto se avecina un éxito de taquilla ruedan su versión, modesta, barata y sin pretensiones. Al final sólo se estrena en dvd y ni siquiera hace ruido. En estas estrategias es un experto Roger Corman, que antaño producía distinguidos títulos y hoy trabaja para los videoclubes. Si echan un vistazo a las películas de los bazares chinos y de las gasolineras comprobarán que estos son dos de los mercados de este oportunismo. Allí siempre se venden versiones cutres de los éxitos de Walt Disney. Supongo que los productores no sacan ni para pipas.