martes, febrero 20, 2007

Sexo, mentiras y Hollywood, de Peter Biskind


Si el anterior libro de Biskind, Moteros tranquilos, toros salvajes, era apasionante, como dijimos en su momento, no lo es menos este otro volumen, subtitulado Miramax, Sundance y el cine independiente.
Biskind repite el patrón: se ha entrevistado con casi todo Hollywood y esta vez se introduce en las entrañas de los indies. El ensayo se centra, sobre todo, en los hermanos Weinstein de Miramax. El retrato de uno de ellos, Harvey, es tan absorbente y siniestro como una novela de la mafia. Porque Harvey Weinstein, también conocido por El Gordo y Harvey Manostijeras, es célebre por dos motivos: olfato para comprar y producir películas diferentes, con las que nadie se atreve; actuar con los modales de un mafioso de baja categoría, insultando a los actores, a los directores, a los productores, arrojando mesas y ceniceros en sus cabreos legendarios, jugando sucio y soltando amenazas e incluso agrediendo físicamente a las personas. Por eso alguien, en el libro, lo compara con el personaje de James Gandolfini en Los Soprano.
Aparte de este fulano, y de los chanchullos de Robert Redford en Sundance, Bisnkind nos habla de grandes directores que hicieron historia en los 90 (y de sus películas): Quentin Tarantino, Steven Soderbergh, Todd Solonz, Gus Van Sant, Kevin Smith, Alexander Payne, David O. Russell y Richard Linklater, entre otros. Descubrimos, además, cómo cambiaron ciertos proyectos hasta hacerse realidad: Four Rooms, Gangs of New York, Todos los caballos bellos, Pulp Fiction, Shakespeare in Love, Happiness, Juego de lágrimas o Traffic. Pero también es un ejemplo de cómo el arte acaba convirtiéndose en un negocio.