Son once relatos que eliminan la grandeza de la guerra y los actos heroicos: Crane siempre habla de los soldados como tipos que hacen su trabajo, que actúan como personas corrientes, más preocupadas por un dolor en el pie que por formar parte de la historia que saldrá en los libros. Corresponsales, soldados que agonizan ante sus compañeros de refriega, hijos de papá que se valen de un enchufe para ir al frente, señaleros que cumplen su cometido mientras las balas silban a su alrededor, hombres que enloquecen, heridas mortales... Subtitulado Un relato de la Guerra de Cuba resulta interesante por varios motivos: Crane estuvo allí y volvió para contarlo, los textos no habían sido traducidos hasta ahora y fueron escritos dos años antes de su muerte en un sanatorio. La única pega es que un par de relatos son de difícil digestión, se hacen algo pesados: acaso por el abuso de las descripciones en ambos.