Jordi Bonells utiliza a Bonells para hablar de Beckett y utiliza a Beckett para hablar de Bonells. Así, el autor nos revela que su vida ha estado muy ligada, por el azar y otras cuestiones que explica en las primeras páginas, con la figura y la literatura de Samuel Beckett. Nos cuenta el descubrimiento de su obra, cuando sólo era un muchacho y los libros comenzaron a convertirse en una obsesión. Y, en este retrato, los lectores empedernidos podemos sentirnos identificados.
Esperando a Beckett se incluye en ese género que cultivó el gran W. G. Sebald, y que ahora trabajan Safran Foer y Pierre Michon, entre otros, y en el que convergen la memoria, la investigación, la anécdota, las huellas de escritores y antepasados ilustres, las fotografías en blanco y negro. En suma, un espléndido libro. Pero, eso sí: mal anunciado por ahí, ya que no analiza la figura misteriosa de Beckett, sino la pasión por Beckett, que no es lo mismo.