martes, diciembre 30, 2014

Próximamente: 10.04


De Ben Lerner. En Reservoir Books.

lunes, diciembre 29, 2014

Hoy, en Zamora


29 de diciembre de 2014. A las 20:00 h.:
Presentación de Angustia (Editorial Origami).
Junto al autor participará el profesor y escritor Julio Eguaras.

Salón de Actos de la Biblioteca Pública.
Plaza de Claudio Moyano, s/n, Zamora.

Próximamente: Antología personal


De Ricardo Piglia. En Anagrama.

martes, diciembre 23, 2014

Angustia: algunos fragmentos


Angustia, Editorial Origami: aquí.

Cuando nos adentramos en el cementerio de Grinzing, una localidad próxima a Viena, en busca de la tumba que cobija los restos mortales del escritor Thomas Bernhard, iba pensando en su vida y en sus obras, obsesionado con encontrar su lápida, e iba discurriendo sobre mi madre enferma y el hijo que M. y yo queríamos gestar, y por tanto me obsesionaban más que nunca la salud y la enfermedad, la vida y la muerte: estos asuntos me angustiaron allá, una y otra vez, mientras indagábamos entre los túmulos, bajo aquellos cielos grises de octubre, en medio de un camposanto silencioso, ese lugar donde todos hallaremos un día nuestro refugio eterno.

**

El rostro de mi madre, A., sano o enfermo, circulaba por mis pensamientos mientras deambulábamos por allí llevados por el azar y la intuición. Señala Bernard Malamud en Las vidas de Dubin que no resulta fácil prescindir de los personajes de nuestra novela personal. Y esa novela propia, ahora lo sé bien, siempre acarrea un fardo en el que caben los amores, la familia, los amigos e incluso aquellos que nos hicieron daño y no logramos apartar de nuestras rutinas. Ese equipaje acaba pesando sobre nuestros hombros, pero también simboliza nuestra biografía y nuestra memoria aún no contaminada por la demencia.

**

Te encontraré, Bernhard, te encontraré.
Eso pensaba yo, eso me decía.
Necesito hacerlo. Necesito recordar de esa manera a un muerto, a alguien al que no conocí en vida pero de cuya obra y pensamiento me empapaba. Es necesario honrar a quienes admiramos y no olvidar a quienes quisimos. Y yo, a Thomas Bernhard, en cierta medida lo quería porque lo necesitaba, porque sus obras me guiaban en la espesura pesimista de esos meses agrios y pedregosos, meses de dolor y de martirio.
Pero se me acaba el tiempo, se termina el viaje, concluye el lapso que hemos seleccionado para dar con tus huesos ocultos por la tierra y la piedra y el mármol.   

**

David Cronenberg, experto en las degradaciones de la carne, le contó esto a Chris Rodley en el volumen David Cronenberg por David Cronenberg:

Al parecer, Tiburón (Jaws) aterrorizó a un montón de gente. Pero la idea de que siempre llevas contigo las semillas de tu propia destrucción, y de que éstas pueden surgir en cualquier momento, es más espeluznante. Porque no hay defensa frente a ella; no hay forma de escapar de ella. Necesitas cierto conocimiento para ser consciente de la amenaza.

El cáncer se tomó su tiempo para invadir ciertas zonas sin que ella lo supiera: con sigilo, con obstinación, con un trabajo lento e implacable, propio de los carcinomas. Las lesiones de la piel le indicaron, meses después o quizá un año más tarde, que podría incubar algo grave. Por miedo a acudir a la consulta cubrió su cuerpo con mil kilos de ropa, incluso en verano; se negó a ir a la piscina y a desnudarse en presencia de otras personas; se sumergía a diario en la bañera de casa, largos baños en los que procuraba aplicarse jabón de Lagarto a esa especie de pústulas que pugnaban por rasgar la piel, pues decía que este jabón contiene las mejores propiedades para la epidermis.
Tampoco se atrevió a contárselo a nadie. Sus inspecciones corporales eran sólo suyas. El estado de su carne, de su piel, estaba vedado para cualquier otra persona, daba igual quién fuera. Su ánimo había decaído notablemente, y a ello contribuyeron, además, las malas noticias que nos golpearon en los meses anteriores.

Aires nuevos, de Peter Kocan


Eran tres. Acababan de apearse del tren nocturno interestatal y caminaban por el andén hacia los torniquetes de acceso. La mujer tenía treinta y tantos años y llevaba de la mano a un niño de siete. Varios pasos por detrás, alejado como si de ese modo pudiera distanciarse de lo que ocurría, los seguía un chico de catorce años con dos maletas a rastras.
-¿Papá nos encontrará? –preguntó preocupado el niño.
-Ya te he dicho que no –respondió la mujer.
-¿Por qué?
-Porque no sabe dónde estamos.
-¿Y si alguien se lo dice?
-Nadie sabe dónde estamos, solamente nosotros.
El niño no parecía convencido, y el chico tampoco. Toda la noche, sentado sin encontrar acomodo en el duro respaldo del asiento, le había dado vueltas a la cabeza una y otra vez. Se habían apresurado a llenar las dos maletas con lo que tenían al alcance y habían abandonado la casa solo dos o tres horas antes de que Vladimir volviera del trabajo. Para cuando se diera cuenta de que se habían ido, ellos ya estarían en el tren a muchos kilómetros de distancia.

**

El chico deseaba que alguien le explicara, por ejemplo, si su vida era así porque actuaba de forma equivocada, o si la vida te tocaba pasarla de cierta manera sin importar lo que hicieras. ¿Estaba la "vida" dentro de ti, en forma de pensamientos, sentimientos, temores y decisiones, o más bien fuera y era como las condiciones meteorológicas que tienes que sobrellevar o a las que tienes que adaptarte? Pensó en el poema "Rostros en la calle" de Lawson. ¿Son las caras mismas las que se provocan la aflicción, o se la provoca la calle? Un poco ambas cosas, pensó. Haces lo mejor que puedes dentro de ti, y soportas las inclemencias del tiempo también lo mejor que puedes.


[Sajalín Editores. Traducción de Güido Sender]

domingo, diciembre 21, 2014

Trayecto en noche cerrada, de Daniel Bernabé


He hecho el trayecto en noche cerrada y notando una ligera claridad en el horizonte, contemplando el amanecer en toda su fuerza y, ahora, viendo ya el cielo azul de la mañana. Las estaciones se suceden como una copia de los días. Una voz de mujer las anuncia, no se puede encontrar en ella atisbo de sentimiento: es tanta su neutralidad que me molesta. Se sube y se baja gente, poca, voy en el sentido contrario a la normalidad de la marea proletaria. Al contrario, como en casi todo. En una de esas me toca y me bajo.
El primer cigarro de la mañana. Lo enciendo mientras vuelvo a andar rápido y cruzo carreteras y calles hasta que llego al polígono. No se puede decir que se fuma en serio hasta que la relación con el tabaco es de madrugadas y trabajo, de escape vicioso, de pequeño placer contrapuesto a lo que espera. Pongo el dedo en una máquina que parece sacada de un servicio secreto, lee mi huella, me dice que correcto, he fichado. Una hora y pico después de levantarme comienza realmente mi trabajo-
Coloco libros, eso es lo que hago. Coloco toneladas de libros. Detrás del presunto espíritu romántico de la literatura están los albaranes, los palés, las cajas de cartón y la organización minuciosa de un almacén. El esfuerzo de gente de la que nadie se acuerda, que carga y descarga en un día miles de palabras y frases, más de las que un escritor conseguirá parir en toda su puta vida de escritor.
[Del relato "De siete a siete"]

**

Le gustaba su trabajo, como le gustaba su mujer. Hace unos años todo le iba bien, pero vino la puta crisis. Su empresa le despidió. Luego se enteró por el email de un compañero que en su puesto habían colocado a un crío, primo del dueño, cobrando la mitad que él. Recuerda cómo se sintió, estafado, por partida doble, por haber pasado tantos años allí, dejándose los cuernos entre balances y cálculos, y por cómo habían traicionado la amistad con su padre.
Al principio no se asustó demasiado, trincó un buen pellizco de la indemnización, tenía un par de años de paro. Además en España un contable con ciertas dosis de creatividad siempre hacía falta. Andrés y su mujer incluso aprovecharon y se dieron unas buenas vacaciones por Europa.
Después los meses fueron pasando, cientos de curriculums, decenas de entrevistas, nada. Se miraba al espejo y se veía gordo y algo calvo. Demasiado tiempo solo en casa, demasiado tiempo mirando por la ventana. Y su mujer fuera casi todo el día. Unas veces llegaba tarde por una reunión, otras porque había quedado a tomar algo con las amigas. A él le parecía que se había vuelto una tirana. Empezaron a tener broncas por todo.
[Del relato "Los recortes"]

**

Lo peor de hacerse mayor es que no sabes nunca cuándo puedes decir que lo eres. Para algunas cosas parece que sigo siendo igual que los chicos de la barca, para otras me siento muy viejo. No es una cuestión de crisis de edad de un tipo que no tiene mayor preocupación y se entretiene enredando. Es una indeterminación que lo ocupa todo, que mezcla y rompe las categorías. No hay pobres ni ricos, hay clase media; somos todos jóvenes hasta que se demuestre lo contrario; ya no hay izquierda ni derecha; ni películas malas, sólo comerciales. Por no haber no hay ni discos, la música es ya algo etéreo que ni se toca ni se ordena. Es como si los años noventa con todo su derrumbe y postmodernidad hubieran llegado de invitados y se hubieran quedado para siempre. Lo peor no es que todo esto sea mentira, lo peor es que te llaman antiguo cuando lo dices.
[Del relato "Mañana de otoño"]


[Ediciones Lupercalia]

Código Morse

Las palabras, todas
atan la boca al viento
y el viento
va a todas partes
y regresa, siempre regresa,
cargado de guerras inconclusas.

Argénida Romero, Arraiga

sábado, diciembre 20, 2014

Una ruta literaria por Zamora, de Julio Eguaras


Del prólogo de Tomás Sánchez Santiago:
Nuestra ciudad también ha tenido y tiene su realidad literaria, que la hace más verdadera. Zamora es una ciudad lastrada de alusiones épicas. Con el Romancero se intentó afianzar su presencia histórica en aquellos siglos de fronteras corredizas y nacionalidades solubles; no era difícil entonces que se aceptase el ingreso de lo legendario en lo épico, pues la épica exige lo sobrehumano. Comienzan así testimonios de una mitología de orden local: la gesta de Bellido Dolfos, el motín de la trucha, el peregrino que modela la imagen de una virgen que protege a la ciudad, los paseos públicos de una cruz de carne, el vino con que se cimentó la muralla en época de sequía… ¡y hasta hay quien apuesta la cabeza a que la pluma de un ángel y un poco de leche de la Virgen María se guardan con celo en la catedral! Todo ese cuerpo de referencias ¿no son aceptadas en la memoria colectiva más allá de su inverosimilitud o de su excentricidad? O precisamente por eso.

**

Del primer texto de Julio Eguaras:
Una ruta literaria es un recorrido por un territorio con la literatura como excusa, un recorrido por la literatura con el paisaje como fondo. La ruta literaria es una elección personal: debe ser el paseante el que marque su itinerario, su ritmo y su contenido.
Zamora ha mantenido a lo largo de su historia una hermosa relación con la literatura. Leyendas y romances se vinculan con rincones de la ciudad o hechos históricos de nuestro hermoso pasado. Esa relación entre Zamora y la Literatura ha continuado hasta nuestros días, y es el objeto de estudio de esta obra.
La he titulado intencionadamente "Una ruta literaria por Zamora", porque habrá otras muchas posibles. Seguramente faltan autores que podrían y deberían aparecer, pero de los que yo no he tenido noticia, o no he conseguido ubicarlos en el plano. Es, por tanto, una obra en permanente construcción.


[Editorial Semuret]

XV

Ten cuidado,
la flor de invierno es intensa y la luz fría
hiere como la picadura del espino.

Antes de que ella intuyera su muerte
yo vi escrita en sus ojos la tristeza.

Después vino un desconchón,
una grieta,
un crujido,
un cristal roto por el viento de marzo.
Y resistía el cuerpo sin queja,
sin sonido,
solo en sus ojos la tristeza
verde y húmeda.

Endurecido por el hielo,
el cristal helado de mi pecho
no quería mirar
ni ver
ni oír,
pero mi madre herida por la flor de invierno
resistía con una nueva brecha
blanca,
invierno,
intensa
y triste.

Y solo yo sabía de la herida del espino y del recuerdo.
Y la vi aquella tarde anochecida
mezclada con las sombras,
recordando deprisa.

Vi entonces que la muerte era larga
porque aún tenía el invierno más noches y más hielo.

Vi entonces que la muerte era dolorosa
como los antiguos caminos de arrieros.

Vi entonces al animal del recuerdo
arrastrándose y creciendo de una tinaja ladeada y vencida,
llena de niebla.
Vi entonces,
pero callé
como callan los hijos doloridos
para rumiar en mí el peso del recuerdo.


Elías Gorostiaga, Tierra de Invierno

viernes, diciembre 19, 2014

Carolina Villafruela: vídeo sobre Angustia



Pedidos: aquí

La de hoy, 19 de diciembre, es una fecha que tengo marcada a fuego en el calendario. Los que me conocen, ya saben de qué hablo. Todo mi agradecimiento va para Antonio Huerta, de Editorial Origami, que hizo todo lo posible para lograr que la novela saliera esta misma semana de imprenta. Y lo consiguió. Y sabe lo importante que es para mí. Pronto habrá una presentación del libro en Zamora. Más adelante, en Madrid. Este libro, por cierto, es una ofrenda doble: para mi madre, pero también para mi hijo. 

True Detective. Antología de lecturas no obligatorias, de Varios Autores


Antes de pillar este libro tenía ciertos prejuicios (que es lo peor que le puede suceder a un lector), aunque no sé si ése es el término preciso. Me parecía un poco traído por los pelos que mezclaran a Bolaño con Schopenhauer o a Lovecraft con Hammett y todo ello surgido de True Detective (en mi opinión, una de las mejores series de la historia). Luego pensé que la nómina de autores reunidos era impecable, y lo cogí por eso. Y no sólo no me defraudó, sino que me parece uno de los libros más entretenidos y profundos del año. Basta con echar un vistazo, como digo, a la lista de autores reunidos por Iván de los Ríos y Rubén Hernández, quienes desde un principio establecen las conexiones entre Nic Pizzolatto, True Detective y escritores como Ambrose Bierce o Laird Barron.

Los coordinadores y seleccionadores de la antología han hecho un trabajo notable de investigación, de búsqueda y rastreo de pistas, de influencias, de todo aquello que Pizzolatto haya podido utilizar como fuente de inspiración para su serie. Antes de cada relato y de cada fragmento filosófico y de cada ensayo, Iván de los Ríos presenta al autor en cuestión y los lazos que unen su obra con True Detective, muchas veces basándose en declaraciones del creador de la serie y también en todas esas pistas que Hart y Cohle van dejando en sus conversaciones y en sus monólogos. Incluso aunque no hayas visto True..., o la conozcas y no te guste, te encantará el libro. Destaco, sin embargo (porque aún no los había leído), los relatos de Robert William Chambers y de Laird Barron y el ensayo de Thomas Ligotti (de los tres autores tengo por casa, desde hace tiempo, sus libros publicados por Valdemar, pero aún pendientes de lectura). Y, si tuviera que elegir una sola pieza del libro, sería la de Barron: porque es potente, porque es muy actual y porque me "descubre" a un autor al que no le perderé la pista; y espero leer pronto su novela El rito, que está en la pila de próximas lecturas.

Os dejo con unos cuantos extractos:

Nic Pizzolatto, entrevistado por Jeff Jensen:
Pero, más allá de la alta cultura, ¿cuáles son mis influencias? Está The Sweeney, una serie policiaca británica de los setenta. Están los tres Davids: David Chase (creador de Los Soprano), David Milch (de Deadwood) y David Simon (de The Wire). Está Michael Mann (el director de Ladrón, Hunter y Heat): los últimos quince minutos del capítulo cuatro [en el que Rust Cohle vuelve a ser "Demoledor" (la tapadera que usó durante sus años de agente infiltrado para la DEA), se introduce en el grupo de moteros conocidos como "Cruzados de hierro" y se dirige con ellos a los suburbios de Houston para asaltar la casa donde unos traficantes de drogas ocultan su alijo] son un homenaje a Michael Mann. También están Faulkner, mucha filosofía y mucha literatura pulp, como Cosecha roja de Dashiell Hammett, que para mí sigue siendo la mejor novela negra de la historia, por su brutalidad y su recreación de la idea de frontera, una frontera desgastada. Hay muchísimas cosas.

**

De Arthur Schopenhauer, "El matarife y sus corderos":
Para la mayoría, la vida es una lucha constante por el puro existir, aún cuando saben que finalmente serán derrotados. No obstante, lo que los hace persistir en esta lucha enconada no es tanto el amor a la vida como el temor a la muerte, que aparece a lo lejos pero como algo inevitable, y que además puede acercarse en cualquier momento. La vida en sí misma es un mar repleto de escollos y remolinos, que el hombre sortea con mucho cuidado y prevención, pese a saber que, aún cuando logre atravesarlo con gran esfuerzo y las mejores técnicas, cada ola lo aproxima más al naufragio, absoluto e inevitable. Es más, surca directo hacia el mismo, hacia la muerte: ésta es la meta final de tan difícil travesía, más amenazadora para el hombre que cuantos escollos ha evitado.
[…]
Parecemos corderos que juegan en los prados mientras el matarife escoge con la mirada a uno u otro. Pues cuando no tenemos un buen día olvidamos que el destino prepara ya nuestras desgracias: enfermedad, persecuciones, pobreza, mutilación, ceguera, locura, muerte, etc.

**

Nic Pizzolatto, entrevista en HitFix:
A aquellos que dicen que la filosofía de Cohle es una bazofia, les diría que tuvieran en cuenta que están llamando "bazofia" a la filosofía de Friedrich Nietzsche. Simplemente que lo tengan en cuenta.

**

Thomas Ligotti, "Breves discursos del Profesor Nadie en torno al horror sobrenatural":
Ni siquiera el resplandor solar de la primavera es una protección contra el horror. Porque el horror engulle la luz y la digiere para convertirla en oscuridad.
Y en la oscuridad abrimos los ojos, brevemente, y en la oscuridad los cerramos.
[…]
Hay algo que sabemos que es real: el horror. De hecho, es tan real que no podemos estar completamente seguros de que nos necesite para existir. Sí, necesita nuestra imaginación y nuestra conciencia, pero no nos pide ni requiere nuestro consentimiento para usarlas. Y es que, tanto a nivel individual como colectivo, el horror funciona con una autonomía espeluznante: generando espectros, espíritus malignos y muertes macabras; es una espuma repugnante sobre la que nuestras vidas se limitan a flotar.
Y, por último, admitámoslo: el horror es más real que nosotros.

**

Laird Barron (citado por Iván de los Ríos):
En las manos adecuadas, el paisaje tiene mayores consecuencias que un mero escenario: se convierte en un personaje o en un antagonista […]. Es el paisaje el que domina. Es la naturaleza salvaje la que define.


[Errata Naturae. Traducciones de varios autores]

Próximamente: Un vaso de cólera


De Raduan Nassar. En Sexto Piso.

jueves, diciembre 18, 2014

Arraiga, de Argénida Romero


Definición

La nostalgia está hecha
de casas que se derrumban.

**

Testamento

Pienso en tu muerte
preguntándome
si será como este hueco amortajado
la voz que escucho cuando llamas

y no sé si ponerle el rostro
de los domingos en la tarde

en los que jugaba
a ser
muñeca.

**

Hijo

Soñé contigo
escondido entre los pliegues del día que aún no llega
dormido en el cóncavo vacío de la duda
tierno y melancólico,
como las hojas guardadas a la orilla del camino

Te soñé
cercano a mi aliento
con el rumor de tu cuerpo atado a mi vientre

multiplicada voz de la sombra que teje el deseo

y que te lleva a ti
para convertirse
en ojos que miren
en pies que anden
en manos que toquen
en labios que besen,
griten
sonrían
hablen
callen

y en una caricia
que me despierte a esa otra que aún no soy
y que te aguarda.


[Ediciones Ferilibro]

Próximamente: Tiempo de soñar


De Geoffrey O'Brien. En Alpha Decay.

martes, diciembre 16, 2014

Tierra de Invierno, de Elías Gorostiaga



V

Después,
antes que el ganado,
caminaba un hombre oscuro con un cigarro muerto
y no esperó a las palabras.
Movió la cabeza para mí y yo le contesté.

Crujió la escarcha a su paso,
crujieron todas las escarchas a los pasos
y el frío entró detrás de mi cabeza
hasta ser tan intenso que era él quien me sujetaba,
quien me clavaba como las otras estacas
para crujir con ellas.

Era el frío el que después me bañó los ojos.

Era el frío el que me condenó
porque también él crecía dentro de las ventanas
y entre las grietas,
bajo las tejas espera,
crece sobre sí mismo,
sobre la aspereza seca de los almendros,
en las pezuñas de los perros,
en las estatuas que esperan hasta quinientos años
antes de desplomar una minúscula escama
que se pierde en los pliegues de las otras estaturas,
las que reposan en sombra a sus pies.

**

X

No existe el tiempo en la memoria de estas tierras.
Son las mañanas la única vida de los hombres,
los únicos trabajos, el único cansancio, la única fiebre.

Nada es posible esperar bajo las nubes grises,
bajo la bóveda cerrada y sin luna,
blanca y luna.

Ningún cantar recorre las estepas,
ni los motores las vegas adormecidas.

Los recuerdos muerden tanto como el fuego,
más que cualquier afilada mandíbula.

Hoy los campos amanecen más pálidos.
Para la primera luz una bolsa de sol blanca
y el cadáver de un paisaje agotado, abandonado,
que grita la desesperada canción de cuna,
luna y blanca y luna.


[Playa de Ákaba]

Próximamente: La vida mitigada


De Tomás Sánchez Santiago. En Eolas Ediciones.

lunes, diciembre 15, 2014

Nubarrones, de Enrique Lynch


En cualquier caso, lo que está claro es que en España, si no gritas, no existes.

**

La decisión de escribir, cuando es en verdad trascendente y no un acto de narcisismo, es una temeridad, una audacia y una imprudencia que ningún padre aprobará para su hijo, más aún, es justamente lo que los padres escritores, por el solo hecho de serlo, prohíben a sus hijos. No vaya a ser que se pierdan y fracasen, no vaya a ocurrir que resulten mejores que ellos.

**

LEER BIEN
Es casi imposible establecer la diferencia entre escribir bien y escribir mal, pese a que todo el tiempo establecemos criterios de lecturas y los valores correspondientes. Así pues, nos parece que lo hacemos con bastante exactitud y que podemos escoger en consecuencia. Sabemos que no hay una escritura buena en contraposición con otra mala y, en cambio, es muy fácil determinar quién es un buen lector y quién se pierde en irrelevancias o en la maraña de sus propios prejuicios.
(Así pues, ve con cuidado lector, porque yo sé que tienes prejuicios…, puedo valerme de ellos, seducirlos, birlarlos y engatusarlos. Mira bien cómo lees…)
La clave para leer bien no está en ningún modelo hermenéutico o comprensivo sino que se parece a la manera correcta de comer el durazno. El que no sabe comerlo lo lava y lo pela, lo corta en pedazos y cuida de poner a un lado la piel; pero el que sabe de qué va la cosa se lo come todo entero y, tras mucho masticar, escupe el carozo.

**

La memoria es la compañera más cruel, porque no tiene en cuenta nuestras necesidades ni nuestras obligaciones y se salta todas las reglas. La memoria es una intrusa que nunca pregunta si merece la pena recordar. La memoria acude sola y de manera intempestiva y, así como viene, se va; pero uno no sabe cuándo.

**

VENGANZA
A veces para tomarse venganza no es preciso devolver el daño con otro mayor. No es necesaria ninguna crueldad, ninguna truculencia: basta con esperar pacientemente a que las circunstancias den pábulo a pronunciar o devolver al otro las mismas palabras que te han lacerado el corazón.
El eco está en todas partes.
Vae victis.


[Editorial Comba]

viernes, diciembre 12, 2014

Cubierta de Angustia


Fotografía de cubierta: Carolina Villafruela. Pronto en Origami.

Ataque aéreo a Halberstadt, el 8 de abril de 1945, de Alexander Kluge


Matinal interrumpida en el Capitol, domingo 8 de abril; en cartelera, "Vuelta a casa", con Paula Wessely y Attila Hörbiger

El cine Capitol pertenece a la familia Lorenz. Su gerente y a la vez cajera es la cuñada, la señora Schrader. El empanelado de palcos y anfiteatro, como la platea, se han conservado en color marfil; las butacas, en terciopelo rojo. Las pantallas de los apliques imitan cuero de cerdo tostado. Por la matinal ha desfilado hoy una compañía de soldados del cuartel de Klus. Tan pronto suena el gong, puntualmente a las diez, el cine se oscurece muy despacio, lo del reóstato empalmado se lo han montado entre la Sra. Schrader y el proyeccionista. En lo que a intrigas cinematográficas se refiere, ese cine ha visto mucho suspense preparado por el gong, la atmósfera de la sala, ese lento apagarse de las luces ocres, la música de entrada y demás.
Ahora, la señora Schrader, lanzada contra una esquina, allá arriba donde la fila de preferente choca a la derecha con el techo, veía un trozo de cielo humeante, una bomba explosiva había desgajado la casa en dos penetrando hasta el sótano. La señora Schrader iba a revisar que la sala y los aseos estuvieran completamente limpios de espectadores luego de la alarma general. Tras el muro cortafuegos de la casa vecina llameaba entrecortado el fuego entre oleadas de humo. La devastación de la parte derecha del teatro no guardaba relación alguna, lógica o dramatúrgica, con la película proyectada.
[…]

**

Comportamiento cooperativo

En una casa de Blaubach se hallaron tras el ataque aéreo del 11 de febrero de 1943 los restos carbonizados de un ser humano. Una de las vecinas del edificio afirmó que se trataba de los restos de su marido. Una segunda señora de la misma casa se apuntó y se presentó en el juzgado para declarar que en ese sótano estaba también su marido, y seguramente los dos sentados uno junto a otro; que en aquellos restos los había también de su marido; y que también a ella le gustaría tener una tumba que visitar. A lo cual, la vecina que primero había vuelto a la escombrera familiar propuso repartir los restos del carbonizado.

**

¿Qué sostiene un gesto espontáneo?

"Como no pongas la vida en el empeño, nunca llegarás a ser su dueño…". Con riesgo de su vida Sigrid Berger acaba de salvar a un cachorrillo de unos 50 cm. en la esquina de Gneisenau. ¿Pero cómo te juegas así la vida?, le pregunta la señora Schaffner. La señora Berger lo ha hecho "sin pensárselo dos veces". Algo vivo gemía. Ahí perdió la cabeza.
[…]


[Machado Libros. Traducción de José Luis Arántegui]