viernes, diciembre 30, 2011

Cosecha 2011


  • Novelas: Asco (Eutelequia) / Vivir y morir en Lavapiés (Escalera)  
  • Coordinación de antologías: Viscerales, junto a Mario Crespo (Ediciones del Viento)  
  • Antologías de narrativa: Beatitud. Visiones de la Beat Generation (Baladí) / Al otro lado del espejo. Narrando contracorriente (Escalera) / Trippers from the Crypt (Vinalia) / Perversiones. Breve catálogo de parafilias ilustradas (Traspiés) / La vida es un bar. Cuentos de noche. Malasaña (Amargord) 
  • Antologías de poesía: Heterogéneos (Escalera) / Por donde pasa la poesía (Baile del Sol) / Nocturnos. Antología de los poetas y sus noches (Origami) / Bukowski Club. Antología poética (Canalla Ediciones) 
  • Prólogos: Escombros, de Antonio Pérez Morte (Origami) / Sueños de bolsillo, de Francesco Spinoglio (Eutelequia) 
  • Epílogos: Cult Movies. Películas para llevarse al Infierno, de Vicente Muñoz Álvarez (Eutelequia) 
 
No se me dio mal el año. Mi nombre se asoció a un montón de libros. Dudo que vuelva a repetirse. Gracias a los editores, a los coordinadores de antologías, a los que confiaron en mí para los proyectos, los prólogos y demás historias. Os deseo salud para el 2012.

Stoner, de John Williams



Es la novela que más personas me recomendaron en 2011: lo hicieron David González, Daniel Ruiz García, Karmelo C. Iribarren, Kebran, Eduard Felip Devesa y, por supuesto, su editor (Tito Expósito) y su traductor (Antonio Díez). Y probablemente algunas personas más, sin olvidar que, en la prensa, la reseñaron escritores como Enrique Vila-Matas, Rodrigo Fresán o Luis Antonio de Villena. Y a todos debo darles la razón, ahora que por fin la he leído y finalizo el año con ella: Stoner es una obra espléndida, que ostenta el toque de los maestros y la sensibilidad de los clásicos.

¿Qué tiene Stoner para que nos embruje tanto?

En primer lugar: su prosa, que me recuerda un poco a la de John Cheever. Ambos, Cheever y Williams, poseen la misma eficacia para contarnos las vidas de hombres corrientes, de ciudadanos normales a los que todos conocemos o a los que terminamos por parecernos. Ambos saben que, bajo esas vidas un poco anodinas y algo grises, siempre laten secretos e infidelidades. Y nos muestran lo que hay bajo la alfombra. William Stoner es un hombre que empieza ayudando a sus padres en la granja, decide estudiar y luego oficia como profesor de literatura. Entre medias: las dos guerras mundiales, su noviazgo y posterior matrimonio fallido, la rivalidad con algunos colegas, la pasión literaria y docente, la educación de su hija, la relación infiel con otra mujer, el desencanto… Mediante esa prosa sólida y sencilla (pero no simple), John Williams construye o reconstruye la vida de un hombre, desde su nacimiento hasta su muerte. Y nos va atrapando desde las primeras líneas.

En segundo lugar: esos mismos tonos grises de la vida de un hombre corriente podemos entenderlos perfectamente. Se siente empatía hacia el protagonista. En varias ocasiones en la novela se cita el fracaso. ¿Quién no comprende o ha sentido en sus carnes la zarpa del fracaso? Entendemos las decepciones de Stoner, sus amoríos, sus rivalidades. En este sentido, todo el libro despide un aire de desencanto y tristeza con el que el lector conecta desde el principio. Nos recuerda también a esos novelones sobre personajes que van ascendiendo y descendiendo en la escala social: de autores como Charles Dickens o Henry James. Novelas sobre gente que tropieza una y otra vez, y una y otra vez se levanta y vuelve a intentarlo.

Si buscásemos comparativas en el cine (es raro que nadie haya adaptado esta novela), su clasicismo y su sobriedad y su lentitud (sin embargo, plena de emoción) podrían asemejarse a las de algunas películas de Clint Eastwood. Esa manera lenta y firme y entretenida de contar una vida que Eastwood ha demostrado en Bird, Bronco Billy, El aventurero de medianoche, Banderas de nuestros padres o El intercambio, es la misma que demuestra Williams en Stoner. De hecho, no se me ocurre otro director para transformarla con fidelidad en una película.

Os dejo con el principio y con un fragmento de la mitad de la novela:

William Stoner entró como estudiante en la Universidad de Missouri en el año 1910, a la edad de diecinueve años. Ocho años más tarde, en pleno auge de la Primera Guerra Mundial, recibió el título de Doctorado en Filosofía y aceptó una plaza de profesor en la misma universidad, donde enseñó hasta su muerte en 1956. Nunca ascendió más allá del grado de profesor asistente y unos pocos estudiantes le recordaban vagamente después de haber ido a sus clases. Cuando murió, sus colegas donaron en su memoria un manuscrito medieval a la biblioteca de la Universidad.

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Nada había cambiado. Sus vidas se habían consumido en un trabajo triste, rotas sus voluntades, sus inteligencias aturdidas. Ahora yacían en la tierra a la que habían entregado sus vidas y, lentamente, año tras año, la tierra les acogería. Lentamente la humedad y la descomposición infestarían las cajas de pino que contenían sus cuerpos y, lentamente, tocaría sus carnes y, finalmente, consumiría los últimos vestigios de sus sustancias. Y se convertirían en partes sin importancia de aquella obcecada tierra a la que largo tiempo atrás habían entregado sus vidas.    


[Traducción de Antonio Díez Fernández]


Próximamente: Diario de invierno


De Paul Auster. En Anagrama.

jueves, diciembre 29, 2011

Diarios (Segundo volumen: 2004 – 2007), de Iñaki Uriarte


Un gato gana en proporción a la amplitud y la belleza del espacio en que vive. Los decoradores podrían utilizarlos como piedra de toque.

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A cierta edad, una de las buenas cosas de relacionarte con poca gente es que no recibes demasiadas noticias sobre la salud de mucha gente.

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Leyendo otra vez los relatos presentados al concurso de Muskiz. Tienen razón los que dicen que, a diferencia de lo que ocurre con la ciencia, en el arte no existe el progreso. Pasa el tiempo, y nada. Todo cambia en el mundo menos los cuentos que leo desde hace quince años por estas fechas.

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Algo que he ignorado durante toda mi vida y nunca me he atrevido a preguntar: ¿Cómo se hace para hacer el amor en una casa con hijos?

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El paso del tiempo.
“Me ha dicho que estoy muy guapa”.
“Me ha dicho que estoy muy joven”.
“Me ha dicho que tengo los huesos mejor de lo que corresponde a mi edad”.

Próximamente: Un objeto de belleza


De Steve Martin. En Mondadori.
[Nota: sí, se trata de Steve Martin, el actor. Su prestigio es más alto como escritor que como comediante; y, además, suele colaborar con The New Yorker. Hace años compré sus dos anteriores novelas, editadas en Circe: Shopgirl y El placer de mi compañía. La primera me gustó bastante. La segunda aún no la he leído. Y es posible que también compre Un objeto de belleza]

Cartel de The Paperboy


Pete Dexter ha adaptado su propio libro (la célebre novela El chico del periódico, que en España publicó Anagrama) y el guión lo traslada a la pantalla Lee Daniels, director de Precious. En el reparto: Matthew McConaughey, Nicole Kidman, Zac Efron y John Cusack.

miércoles, diciembre 28, 2011

Próximamente: Los inmortales


De Manuel Vilas. En Alfaguara.

La poesía es un fondo de agua marina, de Santiago Montobbio



EN ESTE PUERTO TODO ESTÁ LLOVIDO:
los barcos, los viajeros, los abrazos,
los pañuelos, el tiempo despedido.
En este puerto sólo están
quienes no volverán jamás
ni aquí ni a ningún sitio.
Soy de este puerto. Presiento
su cercanía, su latido. Cada vez
más llovido y más andado en él,
este puerto y yo estamos
vacíos de destino.

13 marzo 2009

**

PASO POR LA CALLE LAURIA CON
ARAGÓN Y OIGO LA CAMPANA
de la Concepción. A mí no me extraña, pero
recuerdo ahora
la chica de San Sebastián que iba a mi clase de italiano
y a quien sí le sorprendía oír este sonido de campo
en medio de la ciudad. Le sorprendía y le gustaba.
Estudiaba italiano porque tenía novio en Milán
y se llamaba Ana. Una amiga que allí trabajaba
le dio luego alguna clase particular, y sé por ella
que tenía un grave cáncer. Ojalá lo superara, ojalá
en la vida aliente y la cruce firme,
y no tuviera el peor o un mal final
esa noticia que era una niebla de tristeza.
Ana era simpática y de San Sebastián e iba
y venía de Milán y le sorprendía y alegraba
esta campana. Mi hermana pequeña vive allí,
su terraza da al pasaje, el italiano escucha
y le agradan de especial modo las campanas.
Para nosotros ya es sólo una costumbre. Pero la
oigo ahora
mientras paso por allí de vuelta a casa
y siento la campana y me acuerdo de Ana
y hago con ella un poema, un poema, ya se ve,
que no va de nada pero en el que están
Ana y la campana y la tarde clara.
La enfermedad cruzara, como la lluvia
de esta semana ahora se marcha.

3 abril 2009

martes, diciembre 27, 2011

Tinker Tailor Soldier Spy (El topo)


Tomas Alfredson (director de la primera versión de Déjame entrar) adapta la novela de John Le Carré con sobriedad, clasicismo y un tempo lento. Con un reparto extraordinario (al que sólo cabría reprochar la poca entidad que le confieren a Ciarán Hinds) al frente del que está Gary Oldman, con un físico adaptado al espía George Smiley en su declive corporal, Alfredson aboga por una película cuyo desarrollo está a años luz de 007, de Jason Bourne o de Ethan Hunt. Fiel a la novela, el director va desplegando despacio las piezas sobre el tablero de ajedrez, y a ello ayuda la interpretación contenida de Oldman, que ha entendido perfectamente la soledad del metódico Smiley. En algunos tramos, sin embargo, el espectador se aburre un poco. Ése es su único defecto. Abajo os dejo con las "fichas" de cada personaje.



 









Gonzalo Torrente Malvido (1935 - 2011)


Rostro habitual del Bukowski y amigo de Carlos Salem (quien le dedicó algunos de sus textos), creo que sólo cruzamos unas palabras en cierta ocasión, en algún evento del Buko. La fotografía es de José Naveiras.

Tres días en casa de mi madre, de François Weyergans


Suele decirse que un libro nunca se acaba de escribir y matizar, salvo si uno se lo entrega al editor. Es cierto. Aunque terminé Angustia en junio, y como aún faltan unos meses para que se publique en Eutelequia, sigo trabajando en el texto de esta manera: leyendo más libros relacionados con la enfermedad. Me sirven para introducir citas y complementar la novela. Un lector me recomendó este título de Weyergans. Aunque el libro es bueno, e incluso ganó el Premio Goncourt, no he encontrado en sus páginas lo que buscaba, pues el autor se aparta a menudo del tema del título y se adentra en vericuetos metaliterarios. Pero es al final cuando pisa a fondo, cuando nos deja el regalo de tres o cuatro pasajes en los que brilla justo lo que yo buscaba. Y os copio dos de ellos:

Había escrito palabras tales como “hiperansioso” o “desamparado” sin jamás sospechar que un día sería un hijo que tendría miedo a la muerte de su madre. Me decía a mí mismo que uno escribe sólo para su madre, que la escritura y la madre están ligados, que un escritor dedica sus páginas, no a la que ha envejecido cuando está él mismo en edad de escribir y de publicar, sino a la mujer joven que lo trajo al mundo, a aquella de la que lo separaron el día de su nacimiento.

**

Convendría que no me muriera yo antes que ella, pero no quiero que ella se muera antes que yo. Además de las otras malas pasadas que os juegan los padres, en cuanto os hacen nacer, os obligarán a todos, un día u otro, y salvo en el caso de una muerte prematura por vuestra parte, a asistir a su entierro.


[Traducción de Ninca L. Bassols]

Tim Burton rehace Frankenweenie


Tim Burton está terminando la película inspirada en su célebre cortometraje, Frankenweenie, uno de sus mejores trabajos. Con la técnica del stop-motion y las voces de Winona Ryder, Martin Short, Catherine O'Hara, Martin Landau, Charlie Tahan, Atticus Shaffer y Robert Capron.

Próximamente: Satori


De Don Winslow. En Roca Editorial.

Cartel de The Best Exotic Marigold Hotel


La nueva película de John Madden. Con Judi Dench, Bill Nighy, Tom Wilkinson, Maggie Smith, Penelope Wilton, Ronald Pickup, Celia Imrie y Dev Patel.

lunes, diciembre 26, 2011

Yo también puedo escribir una jodida historia de amor. 2ª edición aumentada, de Carlos Salem



EQUIPAJE DE CARICIAS

Las mujeres con gato viajan con ellos, aunque crean que los han dejado de guardia en sus pisos, al cuidado de sus plantas y macetas, custodios de los peluches y muñecos que certifican que siguen siendo niñas.
Los gatos no pagan billete de tren, porque basta verlos para saber que cuando vamos, ellos están de vuelta. De allí que ellas crean que los han dejado en casa, olvidando que una mujer con gato es mucho más que una asociación felina.
Pero si en mitad del trayecto, una mujer con gato (que cree viajar sin él), siente la necesidad de acariciar lo que deja atrás, allí está el lomo del gato, en la memoria, para que la caricia no deje más un leve surco de ausencia.
En los pisos temporalmente vacíos, los gatos centinelas recogen recuerdos felices para que las mujeres con gato, al volver, tropiecen con ellos y recuerden que ya están en casa.
Y los recuerdos, cuando ellos los levantan del suelo, ronronean.


 

Próximamente: El Sunset Limited


De Cormac McCarthy. En Mondadori.

viernes, diciembre 23, 2011

Pequeño mundo ilustrado, de María Negroni



DIVISIÓN DE ANATOMÍA: EL ARTE INCREÍBLE DEL DR. RUYSCH

Podría decirse que fue un coleccionista de la muerte. Frederik Ruysch había nacido en La Haya en 1638, era profesor de Botánica en el Hortus Botanicus de Leiden y también jefe de la División de Anatomía del gremio de cirujanos de Amsterdam. Hasta aquí, sus orígenes. Con el tiempo, una técnica le permitió preservar órganos y concibió un proyecto extravagante que lo haría famoso en toda Europa: el Theatrum Anatomicum donde él mismo practicaba, a la vista de un público extasiado, disecciones de cadáveres.
Ruysch concebía estas sesiones como lecciones de teología, estética y medicina, algo así como una visita guiada a un Museo Mortuorio para la edificación moral de estudiantes y vecinos en general. El espectáculo incluía, además, otras delicias. Para llegar al Theatrum, los asistentes tenían que atravesar un ambulacrum o “sendero de placer”, adornado por animales exóticos, y también una sala, estrictamente diseñada por él, como un Vanitas tridimensional, lleno de esqueletos transformados en objetos de maravilla estética.
Obras maestras de la taxidermia, charlatanería o parábola calvinista de la existencia humana, lo cierto es que el trabajo de Ruysch, con su insólita amalgama de medicina y arte, excede en mucho el de un embalsamador. En él, la ciencia toca el reverso horripilante de la belleza, como en un cuadro de Baldung, y logra llevar la escena al terreno fértil de la alegoría. El resultado es una extraña celebración, un verdadero festival de la finitud, donde cada memento mori es un tótem, una reliquia que añora la intensidad de la vida. Se dice que el zar de Rusia, Pedro el Grande, compró la colección completa por 30.000 rublos.

Risa


Me da risa
vuestra solemnidad,
vuestra oratoria
antigua y rebuscada.
¡Pobres diablos
que habláis lenguajes
que hace siglos
otros hombres escribieron!
Empollones taciturnos
de unos libros polvorientos
con olor a estercolero.
Arregladores de pleitos,
mezcladores de delitos,
condenando sentimientos.
Me da risa vuestro Luto,
ese Luto al que os obliga
el saber que, como humanos,
no sois ciertos
sentenciando muchas veces
delitos que no fueron.
Me da risa saber
que sois mortales,
obligada vuestra lengua
a sentenciar con leyes
que hace siglos se pudrieron.
Me da risa pensar
en vuestra esquela
llena de títulos y cargos
que a la hora de la muerte
no os sirvieron.
¡Me da la risa!

 
Miguel Gila, Miguel Gila. Vida y obra de un genio [de Juan Carlos Ortega y Marc Lobato]

Primer trailer de Prometheus


De Ridley Scott. Con Noomi Rapace, Michael Fassbender, Guy Pearce, Idris Elba, Logan Marshall-Green y Charlize Theron. Aquí.