domingo, mayo 31, 2009

Santos Domínguez, Premio Ángaro de Poesía 2009


Copio y pego:
Reunido el jurado del Premio Ángaro de Poesía 2009, que convoca el Excmo. Ayuntamiento de Sevilla ACUERDA POR UNANIMIDAD conceder el Premio de Poesía Ángaro 2009 al libro titulado “Para explicar la nieve”, del que abierta la plica resulta ser autor D. Santos Domínguez.
Enhorabuena, Santos.
[Foto extraída del blog Las afinidades electivas]

Hoy, en Madrid


Marcus Versus & Isabel García Mellado. Recital en Lavapiés.

Nº 3: Agitadoras. Revista cultural


Agitadoras. Este mes de junio nuestra nómina de autores es la siguiente:
Carlos Salem, Javier Martín Ríos, Inés Matute, Rafael Reig, Vicente Luis Mora, Agustín Fernández Mallo, David Torres, Joaquín Lloréns, Nuria Abad, Jose Luis García Herrera, Will Rodriguez, Jesús Zomeño, Ángela Mallén, Julia Otxoa, Pepe Pereza, Jorge Espina, Juana Cortés, Gabriel Rodríguez, Agustín Sánchez Antequera, Jan Hamminga, Inma Luna, Silvia Gelices, Luis García, Holly, El gato de la isla, Ángel Petisme, Jesús Aller, Luis Arturo Hernández, David González, Juan Luis Calbarro, Elena Medel, Xisco Fuster, Isabel Huete, Oscar Marín, José Luis Luque Espinosa, Gilda Manso.

Reclamar (o no)

En ciertas situaciones no sabe uno cómo reclamar, cómo luchar. Una vez compré un pack de dos películas en un kiosco. Meses después me dio por ver una de ellas y se estancó a la mitad. Comprobé el disco y estaba rayado. ¿Cómo hacer en ese caso? En los kioscos no te dan factura, y no resulta creíble volver seis meses después y reclamarle al vendedor tu dinero o pedir que te descambie la copia defectuosa por una nueva. A principios de mayo compré el número de Fotogramas en el kiosco de la plaza de mi barrio, punto de venta donde me abastezco de dos o tres revistas de cine y algún periódico de vez en cuando (y este hábito logra que eche de menos el kiosco de La Farola de Zamora, donde su dueño me ha visto crecer, desde que empecé a comprarle el Fotogramas allá por el 83). La revista de mayo venía sin celofán. No incorporaba, al parecer, ninguno de estos regalos que a menudo incluyen con el ejemplar. Unos días después entré en un kiosco de la Plaza de Santa Ana. Me fijé en el Fotogramas de mayo que allí vendían: cada número estaba en vuelto en un plástico transparente porque regalaban algo, ya no recuerdo si eran cargadores o enchufes para el portátil. El caso es que no me interesaba, no me iban a servir para nada. Pero en el ejemplar que yo compré no había nada de eso. Y me revienta que alguien haga algo tan ruin como despojar cada revista que vende de los obsequios que ésta incorpora. No sé qué harán los vendedores con tantos cargadores o enchufes o lo que fuera. Pensé en ir a reclamar. Pero si por casualidad habían vendido ya todos los números, ¿cómo demostrar que ellos mismos les habían quitado esos regalos? ¿Qué sentido tiene ir a reclamar algo cuando han pasado unos diez o quince días de la compra? Así que lo dejé correr. Aunque he tomado una decisión: no volveré a comprar en ese kiosco.
Un par de semanas atrás fui a Correos. Necesitaba enviar un pequeño paquete a Zamora. Con urgencia. El tipo que me atendió me preguntó con cuánta urgencia. Le respondí que mañana mismo, o a lo sumo pasado. “Cuanto antes”, insistí. El hombre dijo: “Te lo puedo mandar Certificado, Urgente y Asegurado”. El coste total era de seis euros y pico, lo que sumado al precio del sobre arrojaba un total de casi siete euros. Acepté porque quería que el envío llegara lo antes posible. Porque el destinatario merecía mi prisa y mi desembolso económico. Bien. Pues el paquete llegó justo una semana después. De miércoles a miércoles. La fecha de aviso de llegada databa del día anterior a ese, o sea, el martes. Cuando supe que, al fin, habían recibido el paquete en Zamora, tuve una semana muy ajetreada y no pude acercarme a Correos (en Madrid esto lleva su tiempo: entre la ida, la venida y las correspondientes colas que uno tiene que sufrir). Y ahora me parece ya inoportuno ir a reclamar un asunto que se ha hecho viejo, pues hoy vivimos con prisa y sometidos no al presente, sino al mañana.
Algunos de mis amigos escritores me cuentan que no dan crédito cuando el editor les pasa el total de los libros que han vendido en el año anterior. La suma no alcanza ni para invitar a unas cañas a cuatro colegas. Y suele oler a podrido en Dinamarca porque ellos saben el número aproximado de lo que han vendido en sus ciudades. No coincide con las liquidaciones que les envían. Pero, ¿cómo comprobarlo? A mí no me sorprende que algunos editores hagan trampa. Incluso hay alguno por ahí del que no he recibido ni un céntimo, y han pasado varios años. Por eso leo estos días la iniciativa de “Escritores Unidos”, cuyo manifiesto aboga por una reunión con CEDRO, en la que se pedirá que gestione los datos mediante una auditora.

sábado, mayo 30, 2009

Como una moto. La vida galopante de John Belushi, de Bob Woodward


En el bungalow, [Robert] De Niro apareció desde la parte de atrás por las puertas correderas de cristal. [Cathy] Smith no quiso estrechar su mano. La mirada penetrante y muda de De Niro parecía decir “cuidado, quita de ahí”.
“Sírvete coca”, dijo John [Belushi].
De Niro esnifó algunas rayas sobre la mesa. Encontraba canallesca a Smith y le sorprendió que John estuviera con una mujer así. De Niro también sintió que John iba pasado. No había mucho que decir, y se fue de vuelta a su habitación poco después de las tres.
John dijo entonces que tenía frío y subió la calefacción. “Quiero a todo el mundo fuera”, le dijo a Smith.
[Nelson] Lyon era la única otra persona que quedaba. En dos días y medio, Lyon se había inyectado al menos doce chutes de cocaína y un speedball. Era tarde, y Viviane estaba sola en casa; se sentía podrido y agotado. De algún modo, la velada había sido un aburrimiento, no como las noches de alto voltaje que habían compartido él y John cuando no consumían drogas de aquel modo, cuando John podía hablar, reír y ser mucho más divertido.

Marc Rocco (1965 - 2009)


Me entero hoy, un mes después, de la muerte de Marc Rocco, guionista de The Jacket y director de unas pocas películas (entre ellas, Homicidio en primer grado, filme sobre prisiones que protagonizaron Kevin Bacon, Christian Slater y Gary Oldman).

Imagínatelo

Te levantas por la mañana,
7.30, tienes que ir a clase,
pero todas las luces
de tu casa
ya están dadas.
Tu madre, al teléfono,
avisa a la ambulancia
para que vengan a por tu padre,
ha pasado mala noche
y no puede respirar.

Es la segunda vez
en dos semanas.

Lo único,
que la vez anterior,
fuiste tú quien bajó
a la calle
para abrir la valla
y guiarles al portal,
aquella vez
sólo tardaron 10 minutos.

Mientras que esta vez,
tú eres quien se queda en casa
al lado de tu padre,
en el salón,
esperando
los 45 minutos
que tardan en llegar.
Y todo el rato,
tu padre,
clava sus ojos en ti,
diciéndote que no puede respirar,
que se ahoga,
que por qué está ocurriendo todo esto
y que dónde coño
está la maldita ambulancia.


Javier Das, No hay camino al paraíso

Zamora, hoy: Concierto homenaje a Natxo


Quinquis de los 80: más información




Ayer pedí por correo un ejemplar de este libro a la Diputación de Barcelona. Tiene 208 páginas, cuesta 15 euros y no te cobran los gastos de envío. Aunque planeo ir a Barcelona este verano y ver la exposición, no puedo esperar hasta entonces para tener este volumen. Primero, porque las películas que analizan forman parte de mi memoria. Segundo, porque, como dije, Eloy Fernández Porta escribe sobre El demonio te coma las orejas, de David González, y cita mi prólogo. La exposición podrá verse en la Casa Encendida de Madrid en julio del próximo año. David ya posee un ejemplar del libro y parece que es una maravilla. En este post analiza el índice.
.
[Por cierto: en la Feria del Libro tienen ejemplares de los poemarios de Casimiro Parker en la Caseta 41, que pertenece a la Librería Estudio en Escarlata]

Cartel y trailer de 9


Otro largometraje de animación producido por el gran Tim Burton. El trailer es espectacular. Aquí.

Producto español

En Valverde del Majano (Segovia) han inaugurado una escultura que homenajea a Nicomedes García, empresario de diversos y notables méritos, uno de los cuales es haber creado el primer whisky español. Dyc, claro. ¿Cuál si no? Cuando empecé a tomar whisky, los primeros tragos fueron de Dyc. Tengo un colega que lo llama “el segoviano”. Dice: “Yo voy a pedirme una copa del segoviano”. Es uno de los nombres populares de este whisky en los bares. Otros lo llaman “Dragados y Construcciones”, y los menos “el whisky español”. Tengo otro amigo que solía ir a las fiestas de Dyc de los bares y se llevaba a casa el merchandising de la bebida con el “rasca y gana”: toallas, camisetas, mochilas, etcétera. Los chavales empiezan a beber Martini, hasta que vomitan y empiezan a odiarlo. Después llega el vodka, que les destroza el estómago. Quizá luego prefieran el whisky Dyc, y más tarde, pasada la frontera de los treinta años, se pasan a la ginebra. Ignoro qué viene después. Supongo que el Sol y Sombra o el whisky a palo seco, que es como lo beben los padres.
Leo datos en torno a la vida de Nicomedes García. Nació en 1901 y su vida está repleta de éxitos y de aciertos. Se pueden consultar en la web de Dyc. Otros tienen a Jack Daniel’s. Pero nosotros tenemos a Nicomedes García. O sea, a Dyc. Producto español. Producto auténtico, de la tierra. En 1919 patentó la marca Anís la Castellana. En los años 30, el depósito de Mahou estaba a su cargo. Durante la guerra civil fabricó turrón. Unos 400.000 kilos. En el 59 creó DYC (Destilerías y Crianza del whisky, S.A.). También estuvo detrás de la agencia Azor, responsable de otro clásico inmortal: el diseño del Toro de Osborne. Su nombre se asocia a bancos, a Auto-Res, a empresas navieras. Fue un empresario ejemplar. La clase de hombre que apuesta y gana y potencia la economía del país. Murió en el 89 y estos días se le recuerda con ese homenaje en forma de escultura. El alcalde de Valverde dijo que el mejor homenaje que le podemos hacer es seguir trabajando.
Deberían venderse camisetas con su imagen. Y no bromeo. Alguien que estuvo detrás de Mahou, del whisky Dyc, del Anís la Castellana, del Toro de Osborne, cuatro sellos españoles de los que nos sentimos orgullosos, es una especie de héroe. Un crack. Si Nicomedes hubiera nacido en Estados Unidos, ya habrían rodado la película sobre su vida, o quizá una serie de televisión, y en las bibliotecas se podría encontrar al menos media docena de biografías, unas oficiales y otras no permitidas. En la publicidad del whisky siempre se insiste en el slogan: “Para gente sin complejos”. Otro acierto. Sacar a pasear la bandera de España por las calles no significa necesariamente que seas un español de pura cepa. El español de verdad se ha emborrachado en la adolescencia con cerveza Mahou y en la juventud con whisky Dyc, y ha probado alguna vez el anís (a veces el de la Castellana, a veces el del Mono), y admira el Toro de Osborne siempre que vislumbra su escroto y sus cuernos en el horizonte, mientras viaja en un coche o en un autobús por las carreteras ibéricas. No estoy desbarrando ni bromeo. Tengo que contarles a mis amigos lo del homenaje a Nicomedes porque algunos de ellos gustan de esas marcas y dos o tres tienen camisetas de Dyc y de la silueta del morlaco de Osborne. Seguro que se alegran. Nicomedes se distinguió también por otros méritos: otros licores, la adquisición de fábricas y de bancos, pero prefiero que sea cada lector, si está interesado, quien investigue un poco por la red.

viernes, mayo 29, 2009

En Los Diablos Azules


1- Mañana, sábado, estaremos en Los Diablos Azules (c/ Apodaca, 6. Malasaña, Madrid) presentando los poemarios Tic Tac, Toc Toc y No hay camino al paraíso. Con la presencia de Marcus Versus, Isabel García Mellado, Javier Das y un servidor. A las 21:00 horas. Espero que luego nos emborrachemos todos un poco.
.
2- Hoy, en torno a las 16:00 horas (el programa dura desde las 15:00 hasta las 17:00), participamos en Radio Círculo de Bellas Artes de Madrid, en "La cuadratura del círculo", presentando los nuevos libros de Casimiro Parker. Espero no decir muchas tonterías. Esta es la programación. Se puede oír on line: aquí.

Cómo parar setenta pájaros. Antología poética 1979 – 2009, de Tomás Sánchez Santiago


CAJERAS


Nadie las reconoce si no es en el andar
tan poco apresurado con que vuelven a casa
y el reflujo en las ropas de un olor comercial

aún con esa sal triste de las numeraciones
a punto de cuadrar. Y no se sobreponen
-maquillaje abatido y el carmín ya en desorden-

si oyen en el abismo de las últimas calles
chapoteo de cocinas o rechinar de alambres,
y el llanto de unos niños les recuerda que es tarde.

Mujeres ensopadas por la melancolía.
El neón de los horarios difíciles lastima
su pelo con un óxido de bayoneta antigua.

El Ángel

Hace poco más de un mes me llegó al buzón el último número de la revista Cuadernos del Matemático, que dirige desde Getafe el escritor y poeta zamorano Ezequías Blanco. Con este número celebraban veinte años. Incluso hubo una fiesta a la que no pude asistir, pero que ha quedado recogida en vídeos accesibles en internet. De todo eso ya hablé en mi blog y di los nombres de algunos de los poetas que colaboraban en dicho número. Hoy quisiera centrarme, otra vez, en el cuadernillo especial que incluía este número. El cuadernillo sobre El Ángel, poeta y músico maldito cuyo único poemario publicado, “Los planos de la demolición”, se cotiza hoy en el mercado a precios de escándalo, los propios de los ejemplares raros y únicos.
La semana pasada, charlando con David González y Esteban Gutiérrez Gómez en un mesón de Fuenlabrada, surgió el tema del cuadernillo sobre El Ángel. Ambos tienen en sus bibliotecas “Los planos…”, publicado en el noventa y cuatro. Yo no lo tengo. Aún sueño con hacerme con un ejemplar algún día de estos. El cuaderno especial contiene fotografías hechas por Alberto García-Alix y un extenso poema del poeta de la movida. Un poema de varias páginas, rompedor y alucinante, y que yo pensaba que pertenecía al libro citado. Pero Esteban y David me aclararon que no, que las páginas de ese cuadernillo eran inéditas. Esteban dijo que eso (el cuaderno) ya valía una pasta. Y más que valdrá cuando, dentro de un par de años, no sea posible encontrar ejemplares de la revista ni del especial y queden ambos como piezas de coleccionista. Se cotizará a precios muy altos. El año pasado encontré un ejemplar de “Los planos…” por ahí, pero costaba cincuenta euros y al final no lo compré. Y ya lo vendieron. Durante esa conversación con David y Esteban, les puse tras la pista de “Polvo de ángel”, el disco de El Ángel y los Volcánicos, grabado en el noventa y tres. Se puede conseguir por internet. Y se trata de otra rareza con la que me hice al día siguiente de leer “Otoño asesino” (así se titula el cuadernillo del que hablamos).
Unas horas después, conversando con Tomás Sánchez Santiago en Zamora, surgió de nuevo el tema de El Ángel y Cuadernos del Matemático. Porque unas cuantas semanas atrás fui a ver el homenaje que un grupo de autores le hizo al desaparecido poeta Ángel Campos Pámpano en el Círculo de Bellas Artes de Madrid. Fui para saludar a Tomás y para escucharle recitar. El caso es que me pareció ver entre el público a Ezequías Blanco, pero no estaba seguro porque nunca nos hemos visto en persona. Tomás me dijo que sí, que se trataba de él. Y hablamos un poco, también, de El Ángel, de esas páginas que, gracias a Ezequías y a García-Alix, tenemos la oportunidad de disfrutar. Lo que no me explico es por qué nadie reedita el poemario de El Ángel, o publica toda su obra en un único libro. Tal vez la respuesta sea ésta: que, hoy, pocos saben quién fue aquel poeta raro, exterminado por las drogas y el sida, flaco como una espiga y con la voz desgarrada y autor de poemas desgarradores. Quizá sólo cuatro o cinco compraríamos su libro. Miro el folleto interior del disco. El Ángel se encarga de la voz y las guitarras eléctricas y acústicas. El resto de la banda lo formaban Ana Curra, Juanjo Pizarro, Miguelito Suárez, Tony Jurado, César Scappa y Dogo Rojo. Debemos estar agradecidos por esta resurrección literaria de sus poemas en Cuadernos del Matemático. Por supuesto, la noticia no apareció en ningún periódico. Como es habitual, tuvimos que recurrir a los blogs, que es donde se han colgado fragmentos del poema y donde El Ángel vive de momento.

jueves, mayo 28, 2009

Feria del Libro de Madrid '09


Un montón de amigos firmarán sus obras en las casetas de las editoriales y librerías durante la Feria del Libro de Madrid, que empieza mañana y termina el 14 de junio.
Los de Casimiro Parker estaremos en una de esas casetas el próximo jueves, 4 de junio, en horario de tarde. Seguiremos informando.

Presentación de dos revistas



Mañana, en la librería La Clandestina (C/ La Palma, 49. Madrid), presentación de las revistas Al otro lado del espejo & Es hora de embriagarse (con poesía). A las 20:00 horas.

Pills (Fácil). Poemas de la última semana en casa, de Safrika


ARTURO


Él para mí es como un pequeño dios transparente y
Fugaz pasa por mi lado y me penetra
Rápidamente, puede mantener la polla dura
Durante horas, polvo tras polvo y
Mirarme a los ojos a la vez
Y decirme te amo.
Palabras que comprenden nuestro espacio.
Él es el hombre con el que soñaba algunas
Noches cuando volvía a casa sola por
El cauce del río sin temer nunca
Que me pasara nada malo.
Él es el hombre que soñaba en
El ascensor cuando apretaba el botón del séptimo
En los años noventa.
Es el hombre que soñaba cuando daba la espalda
A Jose en la cama y miraba a la pared viendo siempre
Formas en el estucado.
Y cuando me quitaba las bragas y cuando
Me las ponía y cuando me duchaba cerrando los ojos
y cuando
Leía libros junto a la ventana que daba al patio.
Es el hombre que soñaba cuando pensaba en
Bodas y martillos, cuando pensaba en hijos y
Cuando soñaba con una vida nada siniestra.

Con una
Vida.

Sencillamente.

Y ahora está ahí, las suelas de las zapatillas gastadas
Porque
No le funcionan los frenos de la bicicleta y
Tiene el cabello rizado no fuma mucho
Por las noches habla en la cama
Casi siempre en la oscuridad
de Céline y
Bukowski, también de EE Cummings y yo estuve a
Punto de hablar de Dylan Thomas y
Edith Södergran
pero estaba
Escuchándole y a veces pasa que siento que podría
Quedarme así
Toda la vida.
Después quiero ponerme a escribir poemas de
Amor escribir sobre todo esto sin que
Suene cursi o trasnochado y al entrar
Esta mañana en una sala, en el trabajo
Olía a café soluble que es como huele su
Aliento por la mañana cuando viene a besarme
Antes de irse a trabajar.
Y me quedé ahí en medio, sin dudas
Con algún objeto inanimado en la mano
Pensando en
Lo mucho que le amo y en escribir
Un poema
que lo diga.
De una vez

Por todas.

Próximamente: El colibrí blanco, de Esteban Gutiérrez Gómez


Café Irún: Belladona & The Olly's


Entrar de madrugada

Llegué a mi ciudad en la madrugada del viernes al sábado, en torno a las dos y media, con los ojos aún sacudidos por el reflejo de los relámpagos que cayeron para alumbrarnos el camino. Fue uno de los mejores viajes de los últimos años. Los rayos me hicieron tragar saliva porque caían cerca del asfalto, pero las carreteras estaban vacías, desiertas, y así da gusto viajar. A la salida de Madrid, por una vez, no había atasco. En las gasolineras, en una parada para reponer fuerzas y comer y beber algo a mitad de camino, apenas dos o tres personas. Los viajes nocturnos tienen un halo de irrealidad, como si estuvieras dentro de una película de David Lynch o como si navegases por un sueño (que para el caso es lo mismo: los sueños y el cine de Lynch). Entrar en tu ciudad de madrugada, cuando las calles del entorno del hospital están vacías, tiene cierto paralelismo con adentrarse de puntillas en un dormitorio, en silencio y con cuidado de no despertar a los inquilinos que allí duermen. Es como colarse en un edificio por la puerta de atrás. Entras sin hacer ruido, cuando los semáforos ya están en ámbar y los cines y algunos cafés están cerrados y sólo quedan quienes van de un bar a otro o han decidido irse a dormir de una vez. Nadie se entera de que llegas, salvo quizá los gatos que rondan de noche a la caza de una raspa caída del contenedor.
Y, hablando de gatos, en esta ocasión descubro que el felino que aparece y desaparece en el patio donde está mi propio gato, no es una amenaza, no es un gato que quiera pelea, sino una gata en celo. Mi gato se ha echado novia. Los dos se observan, se miran, se estudian de esa manera especial que sólo poseen los felinos. La gata tiene tres colores y es guapa y me mira a mí con interés. Los dos se han conocido en ese patio por cosas del destino y espero que así den menos guerra. Los felinos pueden volver loco a un hombre con sus caprichos. El cansancio me domina en estos días y ni siquiera me aventuro a entrar en los bares, tras llegar de madrugada. Prefiero ir a dormir. Al día siguiente, por la tarde, noto revuelo en las calles del entorno de la Plaza Mayor, hay animación y no sé por qué, hasta que me dicen que el F. S. Zamora ha ascendido a División de Honor y esto para mí, que no entiendo del tema, requiere traducción simultánea. Pese a mi ignorancia, les doy la enhorabuena.
En la ciudad me entero de que, este año, es el Ayuntamiento quien ha “cogido” la Feria del Libro, que estaba ya agotada pese a los esfuerzos de unos pocos libreros. Serán apenas unos días, pero es mejor que nada. También me entero de que la primera idea que tuvieron, en el Ayuntamiento, fue contratar a Boris Izaguirre como pregonero. Llevar a Boris Izaguirre de pregonero a una Feria del Libro es equivalente a invitar a Paris Hilton a ser presidenta del jurado del Festival de Cannes. Es igual que contratar a Steven Seagal para que dé clases de actuación en una academia de cine. Es, en definitiva y resumiendo, una idea descabellada, un equívoco. Por fortuna, al final el pregonero será Luis Antonio de Villena. Ahora lo que cuenta es no sólo ese apoyo de las instituciones y de la organización, sino que la gente salga a la calle, visite las jaimas que van a poner en la Plaza de Claudio Moyano y eche un vistazo a las novedades. Veremos si sale bien. Porque el problema de Zamora ya no es sólo que nunca nos pongamos de acuerdo para cualquier proyecto (puentes, parkings, etcétera), sino el desinterés en los proyectos que salen adelante, la falta de ganas y de compromiso. Somos así, pero podemos cambiar.

miércoles, mayo 27, 2009

Guerra de identidad (2ª edición + Cuaderno de batallas), de Déborah Vukušić


no sé si vivo en sueño o en vigilia
porque mi guerra está en cada línea que leo
en cada nota que escucho
en las ráfagas de murmullos de la ciudad que despierta

me hago la promesa cada día de no olvidar olvidarla
de seguir y poblar el silencio
sólo con mis pensamientos y fuerzas
pero no puedo


soy una mancha de pura cobardía

Más carteles de The Hangover




Y más carteles de esta película sobre una gran cogorza y la resaca posterior (estoy deseando verla): aquí.

Mañana, en Madrid





-A las 19:30 horas, en La Casa del Libro de Fuencarral: presentación de los libros En días idénticos a nubes (de Ana Pérez Cañamares) y Las mujeres no tienen que machacar con ajos su corazón en el mortero (de Inma Luna).

-A las 20:30 horas, en Los Diablos Azules: recital de Isabel García Mellado, Nacho Aldeguer y Violeta Castaño Ruiz.

He conducido bajo los efectos del alcohol

he conducido bajo los efectos del alcohol
y no estoy orgulloso
y no
me refiero a un automóvil de verdad
sino a la vida
borracho
tomando decisiones sin ton ni son
acelerando
en las curvas peligrosas
hasta estrellarme
contra la tapia
contra las rejas
de los treinta (y tantos) años.



Antonio Díez, Inédito

Próximamente: El buscavidas


Cuando Martin Scorsese rodó El color del dinero, la secuela de El buscavidas, en España tradujeron y publicaron la novela de Walter Tevis en la que se inspiraba (ligeramente, ya que el personaje de Tom Cruise no aparece en el libro). La editó Versal. Siempre me pregunté por qué razón no traducían la primera, en la que se basó Robert Rossen para su clásico de los 60. En junio, la editorial Alamut publicará, por fin, El buscavidas. Ficha. Primeras páginas.

Gasolina para el alma (y 2)

En la segunda presentación de “Loser”, de David González, en la sucursal de La Casa del Libro de Fuencarral, también presentaron la segunda edición revisada y ampliada del poemario “Guerra de identidad”, de Déborah Vukušić (“mitad gallega y mitad croata”, “abeja con orejas de lobo”), publicado por Baile del Sol. Sobre el escenario, David es el trueno, pero Déborah es el relámpago. Uno sacude, la otra ilumina. Los dos hacen magia con las palabras. Es como si dos boxeadores subieran al ring a ofrecernos un espectáculo que nos noquea. Se adueñan del entorno, dominan las pausas, los silencios, los versos de cierre del poema. Más que leer, interpretan. Actúan. Además, Déborah es actriz, ya hemos hablado de ella y en septiembre, o por ahí, tal vez esté de vuelta en Zamora para el estreno del nuevo corto dirigido por Mario Crespo, “Sin título”, rodado durante un día agotador en la Sala Berlín.
Esta nueva “Guerra de identidad”, que yo tanto admiré y releí el año pasado, no es sólo una edición revisada. Porque incorpora un segundo poemario, una especie de continuación tan buena o mejor que la primera. Se trata del “Cuaderno de batallas”. Sus versos conmueven y duelen: “debo pegarme las cicatrices abiertas”; “dejé a un lado la prisa y el dolor / metí en una maleta lo que cupo / y abandoné mi sombra sobre la cama”; “ni un ápice de amor en la lluvia de este día”; “y me froto un libro / cuando me siento sola”; “los ojos sin fondo de mi padre / después de la guerra”. Los poemas y fotos de dicho “Cuaderno…” son el resultado de esa guerra que la autora mantuvo consigo misma; son las secuelas de la lucha. Déborah y David recitaron sus poemas con rabia y vigor. Y ahí no acabó la cosa, porque al tercer día estuvimos en Fuenlabrada.
En el Mesón Nuevo Canete, cuna de poetas y de músicos. Sobre un escenario que tenía focos y micrófono, con una batería al fondo, recitaron o nos contaron algo: Esteban Gutiérrez Gómez, Antonio Díez, María Jesús Silva, Hasier Larretxea, Gsús Bonilla, Déborah Vukušić, Inma Luna, Luisa Fernández, Marcus Versus, Isabel García Mellado, Javier Das y David González. Sus poemas también fueron combustible para el alma. Confieso que llegué agotado a Fuenlabrada y el espíritu se me reconfortó y el cansancio fue desapareciendo a medida que cada autor salía a incendiar la noche con sus palabras. Ya que, en el mismo acto, se presentaba el primer poemario de Isabel, “Tic Tac, Toc Toc” (título que alude al paso del tiempo y al modo en que éste llama a nuestras puertas), aprovecho para anotar aquí algunos de sus potentes versos: “hijo de puta el tiempo / que no le regresa a mi madre los sueños partidos”; “que no, niña, que no / que a ti lo que te pasa es que no saben quererte”; “quiero ser un lunar que camina por un cuerpo”; “si esperas una muñeca que no moleste, / yo no soy esa”. O estos de Hasier: “Porque la palabra tiene tanta fuerza como una bala”; “A pesar de que yo muera, / este poemario me sobrevivirá”. O los de Javier Das: “que alguien me explique / cómo rescato su voz, // la echo demasiado de menos”. También los versos de los demás poetas que leyeron, y que no puedo anotar aquí porque no tengo copias. Después de aquella velada, repleta de gente afín, de público amable y de peña reunida gracias a Esteban y su “Ácido Tour” (por la poesía “que irrita las gargantas” y “corroe almas”), nos fuimos a Madrid en el tren de cercanías y luego en metro, y de ahí en coche a Zamora, atravesando una madrugada plena de lluvia, rayos y truenos. Pero la poesía tampoco acabó ahí, pues al día siguiente tomé un café con Tomás Sánchez Santiago, que acaba de publicar su antología “Cómo parar setenta pájaros”.

martes, mayo 26, 2009

Loser, de David González


LA TOALLA


si te caes
tienes que levantarte
tienes que levantarte siempre
si te caes
si me caigo
es lo que hago
me levanto
me levanto siempre
si me caigo
consciente sin embargo
a medida que los años
me golpean y golpean
del esfuerzo
cada vez mayor
que eso supone

levantarse

de la enorme
fuerza de voluntad
que se necesita
sobre todo
si como es el caso
te pasas
la mayor parte
de tu miserable vida
por los suelos

Gira Río Ebrio (Ángel Petisme)


Mayo 2009
Madrid. Domingo 17. Madrid Circuito Independiente. Fiestas de San Isidro. Acústico. Rincón del arte Nuevo. 21 h.
Zaragoza. Sábado 30. Fnac Plaza España.19, 30 h.

Junio 2009
Madrid. Jueves 11. Fnac Callao. 19 h.
Barcelona. Viernes 26. Fnac Triangle. 19 h.
Cáceres. Sábado 27. El corral de las cigüeñas. 20, 30 h.

Julio 2009
Zaragoza. Viernes 3. Teatro Arbolé. 21, 30 h.
Béjar (Salamanca). Sábado 4. Teatro municipal, 21, 30 h.
Gandía. Viernes 10. Sala Varadero 22, 30 h.
Valencia. Sábado 11. Fnac San Agustín. 19 h.
Valencia. Sábado 11. Sala Matisse. 22, 30 h.
San Lorenzo de El Escorial (Madrid). Martes 28. Auditorio Cursos de verano de la Universidad Complutense. 23 h.
Calanda (Teruel). Viernes 31. Concierto Inauguración del Festival de cine. Centro Buñuel. 22, 30 h.

Esta tarde, en Valencia


En la Librería Primado (Av. Primado Reig 102), a las 19:30 horas, presentación de los libros de Baile del Sol: 23 pandoras. Poesía alternativa española, Mal tiempo en primavera y Pena capital. El acto contará con la presencia de Safrika, Lucía Boscá, Nacho Meseguer y Vicent Camps.

Gasolina para el alma (1)

A estas alturas de la semana los eventos poéticos de los que quiero hablar ya han aparecido en numerosos blogs, páginas web, perfiles y fotografías de Facebook y tal vez hayan sido recogidos visualmente en uno o dos álbumes de Flickr. En esta ocasión voy con retraso. Así que la pregunta es: si ya escribieron unas cuantas personas de este tema, ¿por qué iba a escribir yo, si tal vez no sepa aportar nada nuevo? Y, tras darle vueltas, encuentro por fin una respuesta: para que quede en el papel. Porque, en los tres actos literarios a los que asistí la semana pasada no había, como viene siendo habitual, nadie de la prensa, nadie de la radio, nadie de la televisión (esto hubiera sido un milagro). Los blogs están bien, pero hay gente que sólo le da importancia al papel, al periódico que se vende en los kioscos y se puede leer en las barras de los bares y de los cafés. Debes ponerlo en el papel, me digo. Para que no se pierda.
En esos tres actos se presentó el nuevo poemario de David González, “Loser”, publicado por Bartleby Editores, la editorial que más veces ha apostado por este poeta amigo y hermano. En “Loser” (que significa “Perdedor”, por si queda alguien que no lo sepa) se incluyen un total de treinta poemas y veinticinco ilustraciones de dibujantes, poetas, escritores, diseñadores, fotógrafos, pintores. Hay una ilustración de mi madre, y no lo apunto porque sea mi madre, sino porque así anoto el vínculo zamorano con el libro. Y además David, si nada se tuerce, estará presentando este poemario a finales de junio en Zamora, lo que para mí es un honor. En la primera de las presentaciones estuvimos por Lavapiés, tomando cafés y cañas. Luego fuimos a la Librería Traficantes de Sueños. Poca gente. Sólo amigos, ningún curioso. El movimiento se demuestra andando y apenas hubo movimiento de “fans”. No digo más. Pero un poeta no debe rendirse y, aunque éramos un puñado de colegas, ofreció el recital. Lo presentó el editor, Pepo Paz, que ha añadido a la portada del libro un exquisito color verde manzana que resalta mucho, un color que no es habitual ver en las mesas de novedades de las librerías. Del graffiti que ilustra esa portada es autor el Sr. X.
Pero vayamos con “Loser”, que es de lo que se trata. El viernes por la mañana, un poco pillado de tiempo, lo leí de un tirón. Tenía muchas ganas de hacerlo. Y lo releí el sábado (ya en Zamora, donde fui a pasar menos de treinta y seis o treinta y siete horas), tras volver a casa derrotado de cansancio, a las dos de la madrugada. ¿Y te pusiste a leer a esas horas?, preguntará alguien. Claro que me puse a leer; a releer, mejor dicho. Porque los buenos poemas son gasolina para el alma. Aportan energía, reconfortan e incluso reconcilian a uno con el género humano. Un buen poema me da más fuerzas que un Red Bull. Y, al igual que sucede por ejemplo con los poemas de Déborah Vukušić, Isabel García Mellado o Javier Das (de quienes también hablaré mañana), los poemas de D. G. resuenan en mi cabeza horas después de haberlos leído. Estoy en la barra de un bar, o caminando de noche por una calle solitaria, cuando algunos versos irrumpen en mi memoria. Versos de “Loser” que no logro olvidar: “(…) eché un candado a mis labios y me alejé de la guerra”; “los políticos / estrechan la mano / pero no la dan”; “bailemos por los que no pueden”; “aïsha / aïsha / écoutez-moi // Escúchame: // tú eres la canción // música / para los poetas”. En “Loser” aparece el propio David, pero también desfilan musas, yonquis, mujeres que hablan con las tumbas de sus hombres asesinados, gente en silla de ruedas, malditos y perdedores de corazón limpio. Poemas que no dejan a nadie indiferente.

lunes, mayo 25, 2009

Quinquis de los 80 (Expo en el CCCB)


  • Hoy se inaugura en el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB) la exposición Quinquis de los 80. Cine, prensa y calle. Hasta el 6 de septiembre.
  • En dicha expo está a la venta un catálogo de unas 200 páginas con textos de Amanda Cuesta, Mery Cuesta, Eloy Fernández Porta y Sabino Méndez.
  • Conozco el texto de Eloy, titulado La picaresca negra de la transición. La cultura quinqui y la escuela de la masculinidad, y le doy las gracias otra vez, en esta ocasión públicamente porque, en sus páginas, analiza la reedición de El demonio te coma las orejas, de David González, y cita mi prólogo para dicho libro.
  • Intentaré ir este verano a Barcelona para ver la exposición y pillar un catálogo.
  • Más información: aquí.
  • Y más: acá.

Saul Bass


Una web dedicada al gran Saul Bass: aquí.

Palmarés del Festival de Cannes


Arriba, fotograma de The White Ribbon, de Michael Haneke, que se ha llevado la Palma de Oro. Lista de galardones: aquí.

Recién hechos


Cartel de la presentación del día 30 de mayo. Aprovecho para comentar que ya hay ejemplares de los libros de la editorial en Zamora (en las librerías Semuret y Miguel Núñez y en el Ávalon Café).

El hombre de las suelas de viento. Poemas Africanos de Arthur R. (1879 – 1891), de David González


No tengo suerte.
Mi socio murió.
Mi viaje a Abisinia ha concluido.
Me encuentro excesivamente cansado.
Travesías por mar
y viajes por tierra a caballo.
Sin ropas. Sin víveres.
Sin agua. Torturado
por un reumatismo en los riñones
que me hace rabiar.
Tengo otro en el muslo izquierdo
que me paraliza de vez en cuando.
Un dolor articular en la rodilla izquierda.
Un reumatismo (ya antiguo) en el hombro derecho.
Me encuentro excesivamente cansado.
Pensad que llevo siempre en mi cinturón
dieciséis mil y algunos cientos de francos
en oro.
Pesan unos ocho kilos y me provocan
disentería.
No me quedaré mucho tiempo por aquí.
No tengo empleo. Por fuerza,
tendré que volver a Sudán, Abisinia o Arabia.
Tal vez vaya a Zanzíbar.
Tal vez a China, Japón.
¿Quién lo sabe?
¿Quién cojones sabe por qué caminos nos llevará nuestra
suerte?

Historia del artista español

Paso uno: planteamiento. Un cantante, un escritor, un poeta, un actor empiezan a descollar en lo suyo. Secretamente, con timidez, congregan a su alrededor a un grupo fiel de fans. En pequeños círculos hablan de este o de aquel. Lo que está de moda, en circuitos cerrados, si eres vanguardista y te gusta lo independiente y la gente que no abandona la lucha y se abre camino poco a poco en la música, la literatura, la poesía o el cine y el teatro, es acudir a sus conciertos, sus presentaciones, sus recitales o sus obras en pequeños teatros. Los medios de comunicación, en cambio, rehúsan informar sobre ellos: aún no son tan conocidos como para merecer un hueco en sus páginas o en sus ondas o en sus programas. Poco a poco, el cantante, el escritor, el poeta o el actor van despuntando. Tienen su público, reducido y fiel.
Paso dos: nudo. Un día el asunto se dispara. La fama toca a la puerta. Puede ser por un premio, por alcanzar inesperadamente el primer puesto en la lista de los más vendidos o visitados, porque el famoso de turno lo recomendó en la tele, porque alguien del extranjero se fijó en él. Durante un tiempo los términos cambian, la tortilla da la vuelta: los medios comienzan a enfocar su atención en el cantante (o su banda), en el escritor, en el poeta o en el actor; suman cientos de seguidores; pero sus primeros fans se muestran un poco hostiles, porque “ellos” los descubrieron primero y no les agrada que nadie venga a quitarles aquello que apoyaron desde el principio, así que a la mayoría no le gusta que se estén convirtiendo en figuras de moda. Los medios pasan de ignorarlos a copar con sus caras las portadas de sus revistas y sus periódicos, sus programas y sus entrevistas. Luego llega un tiempo en el que los medios se olvidan y todo se estabiliza: los últimos fans buscan otra novedad y los antiguos seguidores se reconcilian con ellos, y en la prensa o la tele sólo salen de vez en cuando, de manera esporádica. A veces esa estabilidad hace que caigan incluso una temporada en el olvido. Ya son pocos (aparte del puñado de fieles de siempre) los que van a sus conciertos o escuchan sus discos o leen sus libros o acuden a sus recitales o no se pierden sus obras de teatro. En las estanterías de los grandes almacenes, sus lugares han sido ocupados por quienes ahora ganan premios, o son más jóvenes, o venden más.
Paso tres: desenlace. El personaje en cuestión muere. Tal vez muera en el momento en que nadie prestaba atención a sus obras. Quizá en sus últimas actuaciones, recitales o películas congregó un puñadito de fieles, pero poco más. Hacía tiempo, sin embargo, que no grababa un disco, ni publicaba un libro, ni intervenía en una película de éxito. Pero la muerte despierta a la memoria. Los engranajes para ganar dinero cuanto antes se mueven a una velocidad pasmosa. Las discográficas se apresuran a sacar recopilatorios y a rescatar los tracks descartados en otras grabaciones. Las editoriales publican esa antología, o esa poesía completa, que llevaban un tiempo “a punto de publicar”, y los herederos y agentes rebuscan en los cajones, a la caza de cualquier manuscrito olvidado, incluso aunque sea una chorrada que el escritor o el poeta se había negado a publicar en vida. En los festivales de cine y de teatro y en los repartos de premios de ambas industrias recuerdan con dolor al finado. El mercado se llena de obras póstumas. Famosos, petardos y políticos, aunque lo habían dejado en la estacada, asisten a su entierro para decir ante los micros que “se ha ido el mejor”. Todos lo lamentan. Todos aman al muerto: era el músico, el escritor, el poeta de cabecera, el actor favorito del mundo. Y preparan homenajes. Tardíos, claro.

domingo, mayo 24, 2009

Reeditan Falling Angel (Corazón de ángel)


Valdemar ha reeditado esta impresionante novela (llevada al cine por Alan Parker, con Mickey Rourke y Robert De Niro); la edición que yo tengo data del 87 y tiene una portada bastante horrible (la de la foto, de Versal). Pero el libro es el mismo: idéntico traductor y distinto título, más acorde con el original (Falling Angel). Me dan ganas de volver a comprarla, ya que es más elegante la nueva edición. Aprovecho para recomendar su lectura.

Pandoras en Málaga y Sevilla



La igualdad mal entendida

Salimos de una cafetería y un cartel me llama la atención. Anuncia un combate de boxeo. Disfruto con el boxeo, lo admito. Es uno de los deportes más emocionantes que existen y no se andan con chiquitas: contiene casi la misma ración de violencia que algunos partidos de fútbol, pero sometido a un reglamento para los golpes. Me fijo en las fotos de los contendientes y entonces lo veo. Un aviso en el cartel indica: “Mujeres gratis”. Dado que la frase está junto a los precios de venta de las entradas en taquilla, debemos suponer que las mujeres pueden entrar al pabellón sin pagar, no que lleven fulanas que atiendan a los espectadores sin cobrar. El precio de la entrada en la taquilla es de diecisiete euros en pista y de catorce euros en las gradas.
Y entonces lo pienso. A esto es a lo que hemos llegado. Tanta historia, tanta tontería, tanta ministra de Igualdad, para que las mujeres sigan entrando gratis a las discotecas (matizo: a algunas discotecas) y a los combates de boxeo. Se supone que la igualdad consiste en que tanto hombres y mujeres tengan las mismas oportunidades. Pero no. Estamos pasando de un mundo injusto para la mujer (el de nuestros abuelos) y en el que el hombre era el beneficiado y ella siempre perdía, a un entorno en el que se procura que el hombre pierda en algunos aspectos, lo cual acaba siendo también injusto. Y eso tampoco es igualdad. No es igualdad que la mujer se quede en casa acunando al bebé mientras el hombre se va de cañas con los amigos, ni es igualdad el caso inverso en el que el hombre se queda en casa acunando al bebé mientras la mujer se va de cañas con las amigas. Lo digo porque se confunden las cosas. He estado en casas rurales en las que todos los hombres preparábamos la cena mientras todas las mujeres estaban charlando alrededor de la mesa. Quiere decirse que se está exigiendo igualdad, algo que era necesario y que a mí me place y me parece perfecto, pero en muchos casos esa supuesta igualdad consiste en que la mujer reemplace al hombre de antaño y el hombre ocupe el lugar que otrora tenía la mujer. Y que conste que, en lo de las casas rurales, no me quejo: a mí me encanta verlas disfrutar, porque es algo que personas como mi madre no pudieron hacer en su juventud. Pero que no lo llamen igualdad, por favor. No lo es. Hace tiempo, en un programa de debate de la tele donde salían varias petardas, una de ellas, escritora para más señas, se mostró furiosa porque el hombre no podía parir, como si los asuntos de la naturaleza fuesen culpa nuestra. Como si los hombres lo hubiéramos amañado para esquivar la gestación.
Volvamos al combate de boxeo o a la discoteca donde, en ambos casos, las mujeres pueden entrar sin pagar. Si en ese cartel, en vez del aviso “Mujeres gratis”, pusiera “Hombres gratis”, teniendo que pagar ellas y nosotros no, se iba a preparar la de Dios es Cristo. Dirían que es un abuso, que es machismo, que la mujer siempre pierde, que no hemos avanzado. Pero yo quiero ir al boxeo por la patilla. Propongo, como desagravio, que permitan la entrada gratuita a los hombres cuando entren a los cines a tragarse esas comedias tontas de Julia Roberts que muchas mujeres insisten en ir a ver para desesperación de sus parejas, los novios y maridos que preferían ir a la sala de al lado a disfrutar con la de Sylvester Stallone. Se exige igualdad, pero aún en algunas discotecas me examinan los zapatos antes de abonar el importe de la entrada mientras, a mi lado, las chicas entran gratis. Días atrás hubo un escándalo porque se “subastaron” chicas en una discoteca. Lo que nadie dijo es que también se “subastaron” chavales para ellas. En fin, que estamos ante la igualdad mal entendida.

sábado, mayo 23, 2009

Otra imagen de Lucy Gordon


Taras y vicios

Resulta curioso analizar el modo en que nuestros gustos cambian de la infancia a la juventud y a la madurez. De niño te cautivan las manzanas con caramelo y detestas el sabor de la cerveza, mientras que años más tarde es justo al revés. Todo lo que, de crío, pensabas que era asqueroso, o pecado, o poco saludable, con el tiempo se convierte en la suma de tus vicios. Sucede también con quienes admirábamos en el pasado. Los cómicos, los actores, los músicos y los personajes que idolatrabas de niño pierden su lugar en tus preferencias y acaban ocupándolo sus colaboradores, es decir, los cómicos, actores, músicos y personajes que secundaban o completaban a aquellos.
Me explico. De niño, en las películas de los Hermanos Marx, mi favorito siempre era Harpo: era el más flaco, el más gamberro, el tipo que no necesitaba hablar para expresarse (las palabras, en la infancia, no tenían tanta importancia como ahora). Sin parrafadas difíciles de entender, nunca aburría. Pero pasaron los años y su lugar lo ocupó Groucho. Groucho representa el humor adulto y corrosivo y exhibe la figura de un hombre más maduro, con más años y kilos (me refiero al personaje, no al actor), con una verborrea que, entonces sí, empecé a comprender. Su arma es la palabra y nosotros ya estamos capacitados, pasada la niñez, para comprender sus vicios, sus pecados, su mala leche, su ironía y sus sagaces juegos de palabras. Pienso en Terence Hill y Bud Spencer, que nos entretuvieron en tantas matinales. El modelo a imitar era Terence Hill: delgado, guaperas, rubio, ágil, veloz y exitoso con las chicas. Pero no nos engañemos: años después reparas en que mola más Bud Spencer, que es tosco y bruto, que está grueso y es más feo, pero que reparte sopapos como nadie lo ha hecho. Su mejor baza consiste en esos visajes que hacía justo un segundo antes de perder la paciencia. Pienso en “La guerra de las galaxias”. De niño uno venera a Luke Skywalker y a los androides. De mayor prefiere a Han Solo, que es ladino y granuja, y a Darth Vader, que representa el Lado Oscuro. Pienso en cuando vi, hace muchos años, “El Dorado”, de Howard Hawks. La figura central de todo muchacho era el pistolero encarnado por John Wayne. Cuando vuelves a verla, pasada la adolescencia, el que te engancha es otro actor, Robert Mitchum, y su personaje de borrachín perdedor, que borda (Mitchum siempre bordó sus papeles). En el caso de Paul Newman y Robert Redford en “El golpe” y “Dos hombres y un destino” no había elección posible: sus personajes siempre estaban bien equilibrados y uno sigue admirándolos del mismo modo. Antaño idolatraba a D’Artagnan, que era el héroe central, pero hoy prefiero a uno de los tres mosqueteros: Athos. Esto vale, también, para el caso de algunos músicos y cómicos de la televisión. Los gustos varían. Es interesante hacer un repaso de lo que más le encandilaba a uno en sus primeros años y lo que más le encandila a uno en la actualidad.
Todo lo anterior demuestra, tal vez, que siempre nos resultan más atractivos los personajes cargados de taras y de vicios. La idea de este artículo nace de la lectura de las primeras cien páginas de la estupenda biografía de Bob Woodward sobre el actor y músico John Belushi, recién publicada en España, que estoy leyendo estos días y de la que ya contaré algo más. Empezar a leer este libro me ha recordado que antaño, de los Blues Brothers de “Granujas a todo ritmo”, yo prefería a Elwood Blues (Dan Aykroyd), pero hoy me quedo con el humor rudo y animal de Jake Blues (John Belushi). Su Bluto de “Desmadre a la americana” es lo mejor de esta cinta.

viernes, mayo 22, 2009

Lucy Gordon (1980 - 2009)






Se ha suicidado en París, a los 28 años, ahorcándose dos días antes de cumplir 29, la actriz Lucy Gordon. No era conocida (salvo si hacemos memoria y recordamos a la reportera Jennifer Dugan de Spiderman 3), pero probablemente estaba a punto de dar el salto: intervino en las aún no estrenadas Entrevistas breves con hombres repulsivos (basada en el libro de David Foster Wallace, quien, por cierto, también se ahorcó el año pasado) y Serge Gainsbourg, vie héroïque (donde hace de Jane Birkin). La chica era joven y guapa, una flor arrancada, y por eso su muerte me perturba más que las de, por poner dos ejemplos, Ballard o Bennedetti. Y por eso esta mañana se nubla. Y por eso pongo tres fotos, aunque debería poner muchas más.

Vetusta Morla & Christina Rosenvinge


Versionan el tema Chicago, de Sufjan Stevens. Descarga gratuita en El País: aquí.

Casimiro anda por ahí




Nos dice nuestro editor, Marcus Versus, que los nuevos libros de Ya lo dijo Casimiro Parker están ya disponibles en los puntos de venta. A partir de mañana o del lunes también estarán en Zamora. Dichos puntos se pueden encontrar en la web y en el blog.
Muchas gracias a quienes ya lo han leído o reseñado o nos han escrito contándonos sus impresiones. Ambos libros se presentan esta tarde en Fuenlabrada, junto a Loser, de David González. El día 30, sábado, en Malasaña (Madrid). Seguiremos informando.
[Estos días, por cierto, he disfrutado mucho con, entre otros, Déborah, David, Javier y Mario. Se aconseja pinchar en los links para leer sus crónicas; la mía llegará, tarde o temprano]

¡Vida Mostrenca! Contracultura en el infierno postmoderno, de Jordi Costa y Darío Adanti


Vida Mostrenca nació como sección semanal en el suplemento “Tentaciones” del diario El País el día 3 de diciembre de 1999, con la complicidad y el apoyo entusiasta del por entonces director de ese negociado Fernando Rimblas. A él le debemos que esto exista y nuestra gratitud jamás podrá expresarse satisfactoriamente en una frase que tenga final. Vida Mostrenca seguirá viviendo hasta que al último lector de este libro se le evapore el postrer recuerdo que le deje su lectura. Después, la Nada. Que no es buena, ni mala.
(…)
Aunque esto parece (y, en buena medida, es) una recopilación de artículos, en realidad tiene argumento. Ahí va un resumen para quien no se quiera leer el tocho: un mostrenco articulista y un ilustrador che-qué-loco salen al mundo y empiezan a detectar una serie de fenómenos extraños.

Creatura nº 40


En este número: entrevista del Kebran al dibujante Juan Kalvellido, un divertido texto de mi colega Mario Crespo sobre Georgie Dann y las secciones habituales (viñetas, poemas, fotos, relatos...), cuyo índice puedes encontrar aquí.

Yilmaz Güney

En uno de los artículos recogidos en su libro “¡Vida mostrenca! Contracultura en el infierno postmoderno”, Jordi Costa menciona al actor, guionista y realizador kurdo Yilmaz Güney. Rápidamente mi memoria se activa y recuerda el nombre. Y su película más célebre, con la que obtuvo la consagración y la Palma de Oro del Festival de Cannes: “Yol (El camino)”. De niño veía todas las películas, y eso significa que veía las obras maestras, los bodrios, la serie B y la serie Z, y mucho cine no americano (casi siempre subtitulado). Entre esos filmes hubo obras memorables, como “El árbol de los zuecos”, “Papá está en viaje de negocios” o la citada “Yol”. De esta última recuerdo sobre todo el afiche: un hombre barbudo, tocado con gorra y con la cabeza cubierta por una capucha o quizá un pañuelo, y detrás una mujer abrazada a su cuello, como si la llevara a cuestas; y la mujer lloraba. Y no olvido la nieve. También me acuerdo del cartel de “El muro”, lleno de golfillos llagados; fue la última de Güney.
Vi “Yol” en su día, en Zamora. Cuenta la historia de varios presos a los que se les concede un permiso para ver a sus familias durante unos días. La película narra esa odisea para llegar hasta sus seres queridos, si mal no recuerdo. Lo que ignoraba y descubro años después, gracias al caudal inagotable de datos que destila el libro de Jordi Costa, es que Güney fue primero actor de serie B, metido en películas baratas que eran el equivalente al spaghetti western del cine italiano y español. Lo que no sabía, tampoco, es que Güney dirigió “Yol” desde la cárcel, dándole instrucciones a su colega Serif Gören. Y eso me parece asombroso, algo digno de recordar en la historia del cine, y sin embargo hoy nadie recuerda estas películas. Ni siquiera están editadas en dvd y aquí sí, aquí tendremos que recurrir a la mula para volver a verlas.
Me meto en internet y busco datos sobre su vida. Quiero saberlo todo. Quiero saber por qué estuvo en prisión, quiero saber cómo dirigió la película, quiero saber cómo pudo escaparse de una cárcel turca en el ochenta y uno y participar en el montaje final de “Yol”, quiero saber cuál fue la causa de su muerte en el exilio, en París, cuando aún no había cumplido cincuenta años. Dos artículos de El País ofrecen respuestas. Güney escribió una novela, “La incongruencia de los tres desconocidos”, inédita en España, “que le valió ya su primera condena por presunta propaganda comunista” (El País, 24 de noviembre del 82). En el mismo artículo, escrito por Diego Galán, leemos estas declaraciones de Yilmaz: “Sufrí varias detenciones más. Una, por ayudar a estudiantes que favorecían la independencia del pueblo turco; otra, por participar en una reyerta en la que murió un juez fascista. Aunque nunca pudieron probar mi culpabilidad en esa muerte, fui condenado a dieciocho años de cárcel. Pero no detuve mi actividad cinematográfica: escribía guiones, los dibujaba plano a plano, hablaba con los actores y daba instrucciones muy precisas a mis ayudantes, que se encargaban de filmar lo que les indicaba”. También dice: “La base documental de mis películas es la propia vida, mi vida y la de quienes conozco. Lo esencial no consiste en buscar temas nuevos, en mostrar lo nunca visto, hacer lo nunca hecho. Se pueden hacer muy bien cosas que ya se han tratado centenares de veces, y encontrar una nueva mirada, una nueva forma de contarlas”. Es una proeza soportar el encierro en una prisión turca, dirigir desde dentro una película que gana varios premios y escaparse para estar presente en el montaje y en su pase en Cannes. Hoy, sin embargo, todos hemos olvidado a Yilmaz Güney (salvo Jordi Costa). Que alguien rescate sus obras en dvd, por favor.

jueves, mayo 21, 2009

Ácido Tour: mañana, en Fuenlabrada


Recitarán sus poemas:
DAVID GONZÁLEZ
JAVIER DAS
ANA PÉREZ CAÑAMARES
JOSÉ ANGEL BARRUECO
GSÚS BONILLA
HASIER LARRETXEA
ANTONIO DÍEZ
Mª JESÚS SILVA
ESTEBAN GUTIÉRREZ

PRESENTACIÓN DE LOS POEMARIOS
LOSER
y
NO HAY CAMINO AL PARAISO
.
Viernes, 22 de mayo. A las 19:00 horas. Mesón Nuevo Canete. Plaza del Poniente nº3. Fuenlabrada (Madrid).
.
[Y os recuerdo que esta tarde, en La Casa del Libro de la calle Fuencarral (Metro: Bilbao), a las 19:00 horas, se presentan los poemarios Guerra de identidad + Cuaderno de batallas (de Déborah Vukušić) y Loser (de David González)]

Pastillas contra la Resaca


Como escribe Patxi Irurzun en Hank Over, esta historia es cierta. Rigurosamente cierta y asombrosa. Tengo guardados los mails. El anuncio original es el de arriba; el de abajo es la rectificación. Pero es mejor leerla tal y como la cuenta Patxi aquí.

Cuentos inéditos, de Val McDermid, Denis Lehane y Jerome Charyn


Este pequeño libro reúne tres cuentos: Antes de conocer a Gwen (de Dennis Lehane), La rubia de consolación (de Val McDermid) y El amo de Sugar Hill (de Jerome Charyn). Aunque, de los tres autores, mi favorito es Charyn, el mejor relato del libro es el primero, el de Lehane. Cuenta la historia de un tipo que sale de la cárcel y a la puerta le espera su padre, con quien daba los golpes antes de su encierro; y es ese mismo padre el que aguarda a que su hijo recuerde dónde puso el botín antes de que lo detuvieran. Es fácil encontrar un ejemplar en las librerías de viejo, tiene 94 páginas y cuesta un par de euros. Este es el arranque de la historia de Lehane:
.
Tu padre va a buscarte a la cárcel en un Dodge Neon robado, con tres gramos de cocaína en la guantera y una prostituta llamada Mandy en el asiento trasero. Dos minutos después de subir al coche, cuando la cárcel todavía cuelga inclinada en el retrovisor, Mandy te explica que sólo se dedica a la prostitución a media jornada. El resto del tiempo, realiza trabajos sencillos de oficina en una cadena de vídeos independiente; además, dos domingos al mes, también se ocupa del bar del centro local para veteranos de guerra. Sin embargo, siente que su vocación... que la verdadera vocación de su vida... es escribir.

Conflicto doméstico-político

hemos tendido las mentiras, la ropa sucia,

el vicio de callar.

concebimos esta pequeña empresa del amor

con la osadía del sindicalista clandestino

pero otros perros nos ladran aquí, en la trastienda,

que no tienen más amo

que nuestro deseo.

que no aman más cuerpo que la inmanencia.

si no supimos defender al compañero de celda

ni ganarle la partida a la avaricia de los escalones

¿quién se va a creer que por amor amordazaremos

a estos perros salvajes?

¿quién con su labia judicial abogará por una causa

tan embarrada?

y pese a ello, con las manos impregnadas de aceites,

con los ojos irritados y el decir espeso

cuelgo en tu silencio silencios de habla insurrecta:

contra la torpeza de no saber amarte

con la urgencia de asaltar una comisaria y demandar

la oligarquía de los bancos y las eléctricas.

noche que se resume en ladrillazo al cristal de mis no

verdades: qué el aire limpie

esta sala y sus tristes sombras inmóviles.



Víktor Gómez, Elogio de la noche

Hoy, en Córdoba


Café Irún: Marwan & Lucas




Buena pesca

Sigo hoy con Valencia porque quiero anotar algo que me había pasado desapercibido hasta la semana pasada: es una ciudad donde se palpa la literatura. Sus librerías de viejo no tienen nada que envidiar a las de Madrid. Incluso he encontrado algunos títulos que llevaba años buscando por ahí, sin éxito. Y los encontré en Valencia sin pretenderlo. Como si me salieran al paso. Quiero creer que el destino los estaba reservando, en ese o aquel estante, para el momento en que me diera por entrar a las librerías y fascinarme con sus stocks.
La librería París-Valencia, en la que a veces compro por correo electrónico, tiene cuatro sucursales. Fue un colega, el poeta Javier Das, quien me llevó a una de ellas, en la calle Pelayo. Javier pasa los veranos en la ciudad y se conoce las librerías más potentes, por lo que hizo el papel de cicerone. Aguanta tanto en una librería como yo, y eso es decir mucho porque existen pocas personas que, como nosotros, soporten tantas horas seguidas viendo libros. En el local de Pelayo, donde se puede gozar de una cantidad asombrosa de ejemplares baratos, encontré a unos tres euros el volumen “Bukowski: Una vida en imágenes”, que nunca antes había comprado porque costaba casi veinte euros. En un estante de difícil acceso, medio escondido y en sombras, localicé una perla: “El aullido del mudo”, los artículos que el desaparecido Raúl Núñez publicara en la revista Turia. Es un libro que no había tenido jamás en las manos. En la primera página consta, aún, el precio en pesetas. De Núñez es fácil encontrar en los cajones de saldo algunos de los libros que publicó en Anagrama, pero éste nunca lo había visto por ahí. La mayor alegría de ese fin de semana me la llevé en la Librería Primado. Merodeando por la sección de poesía encontré uno de los pocos poemarios que me faltaban de David González: “El hombre de las suelas de viento. Poemas Africanos de Arthur R. (1879 - 1891)”. Lo publicaron en la editorial valenciana Germanía, y juro que lo había buscado hasta debajo de las piedras, y que incluso en una librería de Gijón se comprometieron a enviármelo y jamás me llegó. De las cartas de Arthur Rimbaud, David extrae el oro de la poesía, selecciona aquellas frases más llamativas o poderosas y las convierte en poemas. Un trabajo de minero. Compré también un ejemplar de los diarios de Miguel Sánchez-Ostiz, “La casa del rojo”, escritor que me recomendó Patxi Irurzun. Estaba a dos euros, o así.
Estuve en otra de las sucursales de París-Valencia, situada en la Plaza Alfonso el Magnánimo. Allí me llevé una alegría y a la vez una decepción. Me explico. Tengo en casa todos los libros de Frédéric Beigbeder, salvo uno que no lograba encontrar: “Barbie”. Lo vi en una pila de saldos, a dos euros. Iba a llevármelo, entusiasmado, hasta que le eché un vistazo. Se trata de un pequeño engaño: Beigbeder sólo escribe un prólogo de dos páginas. El resto son fotografías de la muñeca Barbie. ¿Y qué hago yo con eso? Así que ahí lo dejé. Puedo ser freak, pero no tanto. En cambio, me llevé un librito de “Cuentos inéditos” de tres autores del género negro: Val McDermid, Dennis Lehane y Jerome Charyn. El principio del cuento de Lehane, autor de “Mystic River” y “Shutter Island”, es demoledor: “Tu padre va a buscarte a la cárcel en un Dodge Neon robado, con tres gramos de cocaína en la guantera y una prostituta llamada Mandy en el asiento trasero”. Estuve en otras librerías. La que está en la calle Nave, creo que se llama Facultades, tiene una especie de trastienda-almacén donde se me hizo la boca agua. Pillé una novela de Virginie Despentes. Fue una buena pesca.

miércoles, mayo 20, 2009

Portadas exquisitas


Nobody Move, nueva novela de Denis Johnson. Inédita en España.